sábado, 26 de octubre de 2024

SOBRE TORMENTAS EN VASOS DE AGUA Y MUERTOS QUE TODAVÍA NO ESTÁN EN SU ATAÚD




Para quienes resistimos desde el mismo 2003 al régimen kirchnerista, apoyar al gobierno del Presidente Javier Milei era, es y será por el tiempo que manda la Constitución Nacional (un mandato con posibilidad de dos) el único camino posible. Ese punto está fuera de discusión.

Teniendo ello en claro hay que tener mucho cuidado de no degradar la lealtad a esa forma de traición que es la obsecuencia. Porque la obsecuencia, aborrecible por sí, es también una fuente inagotable de ridiculeces. Y en el oficialismo lo ridículo ha cobrado una dimensión que supera la esperable desprolijidad de un espacio político surgido de un fenómeno disruptivo que, canalizando el hartazgo de la sociedad frente a la obscena corrupción y extrema ridiculez del kirchnerismo, fue armado de apuro y todavía sigue en formación.

Desborda en el oficialismo mucha estupidez interna de esa que malgasta energías en tormentas de vasos de agua. Lo cual tiene entre otras varias características no menos perversas, una muy singular: obsecuentes que sobreactuando su "lealtad" salen de safari a la caza de enemigos internos para dar fe de su fanatismo. Fracturan dentro en lugar de golpear fuera.

El carácter peleador del Presidente es esgrimido como excusa por la corte de obsecuentes para justificar sus propios agravios, olvidando que el propio Javier Milei en demasiadas ocasiones y con distintos personajes pasó del insulto rimbombante al abrazo estrecho.

En este punto, obsérvese que Milei es un político de pragmáticas conciliaciones, por lo tanto generar o agravar disensos en su nombre es de mínima estúpido; como estúpida es la obsecuencia.

Desgastan las esperanzas de enterrar al kirchnerismo la abundancia de frases, gestos, actings de pura idiotez especulando al 2025/7 o vaya uno a saber porqué. No voy a listar aquí los protagonistas de esas situaciones, se reputan por todos conocidos; ya que señalarlos además de llevarme a caer en lo mismo que critico sería tan vano como engorroso. Arduo sería compilar la larguísima sarta de pavadas que se vienen diciendo y haciendo. Doy por sentado que mis lectores lo tienen claro.

Yo a esa calesita no me subo. Y eso también lo saben.

Pareciera que en el mareo disfrutaran masticar la cizaña que desde antes del 10 de Diciembre de 2023 el kirchnerismo, se propuso sembrar entre referentes del nuevo gobierno. Debe ser pues que el sabor de la ponzoña obnubila el pensamiento y endulza los egos y veleidades de los que les hacen el juego pegando codazos entre quienes debieran permanecer formados hombro con hombro recordando que los enemigos están enfrente y que ya volvieron una vez. 

Si el imperdonable pecado del PRO durante el interregno macrista fue intentar congraciarse con los que nunca los iban a votar, el pecado capital de La Libertad Avanza podría llegar a ser debilitarse por causa de una absurda intolerancia interna. Si el afán de dividir, que afloró groseramente tras la correcta visita de diputados oficialistas a los presos del prevaricato, se impone a la voluntad de abroquelarse para desmantelar todo bastión sobreviviente (cultural y político) del régimen, los kirchos seguirán disponiendo de guaridas desde las que operar en contra de la Nación y la República.  

En la evolución del cuadro de situación no puede soslayarse que indudablemente hay fallas de conducción política que por su sola posición son responsabilidad exclusiva de Javier Milei, no obstante lo cual existen otras responsabilidades porque la política es siempre una construcción colectiva. Hay pues acciones políticas secundarias dentro de un mismo espacio de gobierno que requieren el tacto de entender contextos y obrar con consensos organizados para no ser contraproducentes. No entender algo tan simple como eso genera situaciones desagradables y desgastantes como la inentendible disonancia entre Milei y Victoria Villarruel.  

El complicado asunto de la unidad de la Derecha es un tema más que sensible para mí. Lo supo advertir Agustín Laje cuando en el prólogo de "El heroísmo y la gloria", captó que yo pretendo sintetizar varias corrientes. Y así es. Siempre he creído que en función de alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional es posible e imprescindible construir consensos básicos, para que en principio confluyan liberales, conservadores y nacionalistas. Sin olvidar las diferencias ni resignar identidad, la unidad de la Derecha republicana es una aspiración que se esbozó posible con el fenómeno Milei aglutinándonos en la necesidad de enfrentar al kirchnerismo, pero que sólo podrá existir realmente cuando no sea el espanto lo que nos una sino el más sincero amor por la Patria y la Libertad que creo, estoy convencido, profesamos por igual buena parte de los conservadores, liberales y nacionalistas. 

No olvido que abundan hoy quienes comenzaron a decirse públicamente de Derecha, muchos de los cuales con desprecio me llamaban "facho" hace no muchos años, cuando aferrados a la corrección política más progre sostenían que decirse de Derecha era aborrecible. Bienvenidos sean al bando de la racionalidad republicana, pero si bien paso por alto viejos agravios celebrando que, batalla cultural mediante, hayamos logrado romper el cerco de la idiotizante corrección política progre, (porque sin conversos no hay victoria) tenemos que asegurarnos que reconocerse de Derecha no sea una moda pasajera.

Durante el predominio del régimen kirchnerista quienes resistimos debimos dedicar mucho tiempo a preservar el sentido común explicando una y otra vez conceptos básicos, comenzando por el más básico de todos: 2+2=4. Haríamos mal en olvidar que 2+2=4.

Estamos viviendo el desarrollo de una gran oportunidad histórica para recuperar la voluntad de ser y prevalecer de la Nación Argentina. La audacia transformadora del Presidente, a la que los zurdos y progres llaman "locura", es la racionalidad del 2+2=4.

El gobierno del Presidente Javier Milei está haciendo cosas que reclamo hace décadas y más allá de lo que critico, mucho de lo que debe hacerse se hace.

Lo que subrayo con estos renglones es que se haría más recordando que el kirchnerismo todavía no está en el ataúd. 




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
Estado Libre Asociado de Vicente López

6 comentarios:

  1. Efectivamente, Ariel!! LLA debe dejar de recelarse entre sí y cohesionarse. Liberales, conservadores y nacionalistas es momento de aunarse para que el rugido aterrador de barrer con el pasado más recalcitrante sea aterrador y las ratas salgan disparadas por tirante. Pero, aquí las riendas las debe tomar el lider y nadie más que el lider, única manera de evitar cualquier tipo de implosión. La Nación y la Republica se lo merecen para honrrar a nuestros Padres y al mundo.

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  2. Hay que apoyar al Gobierno. Y recomendarle al Presidente que ya es hora que modere sus expresiones calificando a quienes ya sabemos cómo son. Es conocido por todos lo que han hecho los que se fueron. Algunos de ellos no lo quieren reconocer porque les conviene regresar al
    Caos K que nos sumergió. Muchos buenos peronistas seguramente entenderán y reconocerán esto y posiblemente se sumen si no los insultamos. Ameghino decía: Cambiaré de opinión tantas veces como adquiera conocimientos nuevos. Compadezco a aquelllos que no puedan hacerlo…….

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  3. Este Sr liberal es uno de aquellos bien paridos que existen en el país,y lo digo con conocimientos ya que fui uno de los que combatieron la guerrilla de 65 en adelante.No con rencor diré en todas las filosofías políticas existen buenos intencionados como en este caso y los malos.Que golpean las puertas de los cuarteles para que los defensores de la Patria salgan a salvarla y después como buenos judas asesoran Crusificar la verdad de los justos.Que Ironía y de la mano de los que como ellos mismo dicen será justicia.DE LA CUAL ????

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  4. Educacion ....coherencia...paz y tranquilidad a los ciudadanos

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Ariel Corbat

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