Leo que comenzó la "Semana Azul" para concientizar sobre el autismo. No sé si este tipo de eventos logra su cometido, pero sí sé que la conciencia se conmueve cuando uno es de alguna manera advertido por un caso particular.
Hace muchos años volvía a casa en el tren,por la Línea Mitre de Retiro hasta Juan B. Justo, junto a uno de mis hijos que entonces tendría unos tres o cuatro años. No recuerdo de dónde volvíamos, pero la estábamos pasando bien riendo entre nosotros con juegos de palabras y alguna que otra tontería.
Noté en el trayecto que otro pasajero, más o menos de mi misma edad, nos observaba fijamente. Instintivamente me puse en modo alerta, no me quedaba claro que significaba esa manera de mirar.
Cuando llegamos a nuestra estación él también se aproximó a la puerta para descender del tren. Yo seguía en modo alerta esperando cualquier movimiento que intentara tomarme por sorpresa.
Bajamos al andén y caminando muy lento me aseguré que se adelantara para mantener distancia. Íbamos pues unos cuantos pasos detrás de él hacia la salida de la calle Agustín Álvarez, no había nadie más por ese sector que hubiera bajado del tren, así que mi modo alerta se iba relajando.
Pero antes de llegar al final del andén se dio vuelta y con mucha tristeza en el rostro me hizo una pregunta extraña:
- ¿Siempre podés jugar así con tu hijo?
En un instante mil cosas cruzaron por mi cabeza mientras medía distancias para lo que fuera que estuviera pasando. Y ajeno a mis tribulaciones aquel hombre dijo:
- Mi hijo es autista, yo no puedo jugar así con él.
Su tristeza era tal que lo único a lo que atiné fue a asentir con la cabeza. Hizo un gesto como de quien sabe que puso a otro en una situación incómoda, movió las manos mostrando las palmas, giró sobre sus talones y siguió caminando. Salió del andén hacia el lado de Panamericana y nosotros cruzamos las vías hacia el otro lado.
Son incontables las veces que aquel recuerdo ha vuelto a mí. Hace que valore las pequeñas cosas cotidianas que nos parecen normales, pero que no lo son para todos.
No creo que pueda llegar a dimensionar lo que significa tener un cerco invisible que te impida conectar con tu hijo. Duele de sólo pensarlo y por eso no creo que nadie que no esté en el lugar de esos padres pueda saberlo. Pero intento comprenderlo.
Supongo que intentar comprenderlo es concientizar y que de eso se trata la Semana Azul.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
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