Capitán de Navío (VGM) Jorge Luis Colombo
Ha despegado en su último vuelo el Capitán de Navío (VGM) Jorge Colombo, quien lideró la Escuadra de aviones Súper Étendard durante la Guerra de Malvinas.
Tuve el gusto de compartir curso y otros buenos momentos con él. En ocasiones caminábamos juntos sosteniendo largas conversaciones. Un tipazo.
Cierta vez le pregunté quién era el mejor piloto que había conocido. Me respondió sin vacilar que Alberto Jorge Philippi, a quien creía dotado de nacimiento para volar. Decía que en los ejercicios de combate aéreo enfrentarse a Philippi era saberse derribado porque "siempre llegaba un momento en que lo perdías de vista y eso significaba que te tenía en la mira; no había forma".
Poseía Colombo buen sentido del humor, que evidenciaba al contar sus anécdotas. Risueño decía que: "A todos los marinos les gustan los portaaviones, pero les gustarían mucho más si no tuvieran que llevar pilotos a bordo".
En su vida militar palpitó la guerra en 1978 y la vivió en 1982. Cuando le preguntaban si lo más difícil de su carrera mlitar había sido la guerra respondía que no, que lo más difícil lo había vivido antes cuando un punto movedizo en el mar se convertía, al aproximarse en vuelo, en el lugar donde debía aterrizar su avión. No hace mucho un camarada de Colombo lo definió como: "Un duro, pero un duro de verdad". Lo era, sin duda alguna. Pero también un tipo sensible, enamorado de su mujer y su familia. Un Caballero y un Señor en toda ocasión.
Portaaviones ARA 25 de Mayo. |
CONFLICTO DEL BEAGLE
Entre el 12 y el 22 de diciembre de 1978, la guerra con Chile era considerada inminente; un hecho, más que una mera posibilidad. Las fuerzas argentinas se alistaban para iniciar la ofensiva. La flota de la Armada Argentina dirigida por el portaaviones 25 de Mayo navegaba al sur del Cabo de Hornos en formación de guerra. Como nunca antes y nunca después el Portaaviones 25 de Mayo operaba al máximo de su capacidad. El grupo aeronaval embarcado consistía de 11 aviones A-4Q Skyhawck, 4 Trucker Antisubmarinos y tres helicópteros Sea King. Dada la cantidad de aviones 5 de los A-4Q permanecieron todo el tiempo en cubierta. La dotación normal del Portaaviones era de unos mil hombres, pero en esas circunstancias llevaba 1.400, incluyendo una cantidad considerable de infantes de marina.
Las hostilidades iban a dar comienzo con el crepúsculo matutino del 21 de diciembre de 1978, momento para el cual estaba previsto que despeguen desde el portaaviones los A-4Q que, atacando con el sol a la espalda, iban a arrasar con sus bombas las defensas de los infantes de marina chilenos establecidos en las tres islas del Canal de Beagle: Picton, Lénnox y Nueva.
Uno de los pilotos que iban a dar inicio a la guerra era el entonces capitán de corbeta Jorge Colombo, quien durante la gesta de Malvinas se desempeñaría como Jefe de la Escuadra de Súper Étendard. A la hora prevista el capitán Colombo se encontraba en la cabina de uno de los A4-Q, con precisas instrucciones de ataque.
Tenía blancos asignados para cada una de las seis bombas de 250 libras MK-84 que cargaba su avión. Ya en catapulta, listo para despegar y conciente del significado de su misión, el capitán Colombo sintió que la cosa iba en serio y se concentró en el cumplimiento del deber; pero cuando ya se consideraba en guerra llegó la súbita orden de suspender el ataque. En el primer momento los pilotos navales no recibieron ninguna explicación sobre el cambio de planes, supieron sí, mejor que nadie, que la Guerra con Chile había estado a punto de catapulta.
La explicación radicaba en las gestiones de la diplomacia vaticana y de los Estados Unidos que llegaron con el tiempo justo para detener la ofensiva y lograr que al día siguiente, el 22 de diciembre, tanto Pinochet como Videla aceptaran la intermediación trabajosamente ofrecida por el Papa Juan Pablo II. Aceptada la participación de la Santa Sede, el Papa encargó el delicado asunto al Cardenal Antonio Samoré.
Aquella vez el conflicto evolucionó hacia una salida diplomática que no pudo repetirse en 1982, con el Reino Unido de Gran Bretaña la resolución fue violenta.
MALVINAS
El "Capi" Colombo llegó a la Guerra de Malvinas con la instrucción recibida en Francia para el vuelo de los aviones Súper Étendard, comandado la Escuadrilla encargada de disparar sobre la flota inglesa los misiles Éxocet.
El buen desempeño de los aviones navales en el uso del misil Éxocet, que dio inicio con el hundimiento del destructor HMS Sheffield fue notoriamente celebrado por los franceses, aunque no dudaron en trasmitir los datos de los pilotos argentinos a sus aliados británicos quienes planearon un golpe comando, la "Operación Mikado" para eliminarlos.
Ha muerto un Patriota, y al igual que aconteció en su momento con la muerte del Comandante Carlos Robacio (BIM-5) y tantos otros, me duele profundamente el silencio oficial, y la indiferencía ciudadana, omitiendo el merecido homenaje que se les debe a los patriotas cuando son llamados al bronce.
No puedo olvidar que luego de un viaje que hizo a Francia junto a otros pilotos dijo que los trataron como si fueran veteranos de guerra franceses, mejor que en nuestro propio país.
- Buen descanso "Capi", y gracias por el combate.
La "Lora" emblema de la Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque. |
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha