jueves, 9 de diciembre de 2021

EL FESTEJO DE LA DEMOCRACIA TOTALITARIA




COVID es un virus al que sobre una población mundial de 7.940.326.746 se atribuye la muerte de 5.210.000 personas, o sea apenas el 0,07%.

Por supuesto que ese ínfimo porcentaje no altera el modo de vida en sociedades bajo tiranías, donde la opresión es la regla, pero sí en las democracias; sean reales o pretendidas.

Es un fuerte experimento social, que mide alcances del miedo como factor erosionante de las convicciones de Libertad. 

La pretendida tensión entre Libertad y Salud, exacerbada por las masivas campañas de miedo, deja expuestas vulnerabilidades y contradicciones peligrosas en países libres. Tanto así que cabe preguntarse: ¿qué quedaría de la Libertad ante otra pandemia que en lugar de cobrarse la vida del 0,07% de la población mundial se cargara un 1%? 

A los proyectos totalitarios en el poder, como el kirchnerismo en Argentina, la excusa de la pandemia les facilita y acorta el recorrido que convierte a una democracia ya fallida al autoritarismo demagógico del Estado que te cuida.

Así el gobierno de Alberto de la Fernández, el 19MAR20 y pretextando pandemia, dio un golpe de Estado contra la Constitución Nacional al atribuirse facultades que los constituyentes no le dieron colocando las libertades individuales bajo permiso del Poder Ejecutivo. Y eso no fue resistido sino avalado desde la cobardía por la oposición parlamentaria y la CSJN que desertaron de sus funciones y deberes. 

En ese contexto de experimento social y político hay que analizar la convocatoria del régimen K para celebrar la "Democracia" (como si esto lo fuera) con un festival partidario y masivo en Plaza de Mayo.

Al mejor estilo orwelliano, tal como la Alemania Oriental resguardada por el muro infame se decía "democrática", se pretende que "democracia" sólo sea kirchnerismo. Basta ver las convocatorias de los funcionarios de gobiernos en las redes sociales para comprender que los que decían ir por todo, lejos de volver mejores, siguen yendo por todo. Y todo es todo.

Esa es en definitiva la aspiración de todo proyecto totalitario, vaciar de contenido el lenguaje, las instituciones y la cultura en pleno para apropiarse del todo anteponiendo sus relatos a la realidad. Esto que, a más de lo que se observa día a día, se ratificará obsceno en la Plaza de Mayo el 10 de Diciembre de 2021, es una fase avanzada del proceso orwelliano de desmemoria y adoctrinamiento colectivo iniciado el 25 de Mayo de 2003, para cerrar la aspiración que el colectivo de intelectualoides kirchneristas "Carta Abierta" explicitó en 2013 a través del documento titulado "Los Justos". Allí utilizaron la expresión "cloacas del lenguaje" para referir a cualquier pensamiento contrario al régimen, porque para ellos el kirchnerismo en el gobierno no es sólo otro gobierno sino el partido que controla al Estado, la política misma; y por ende todo el que no lo obedece es enemigo de la política, de la democracia y de lo justo. 

Véase en ello la clara definición de una "democracia totalitaria", concepto tan corrupto de la democracia como la corrupción misma del régimen kirchnerista que sus intelectualoides justifican.

No hay nada que festejar por la existencia de esta democracia subvertida y en consecuencia fallida, que hunde en la miseria material y moral a la Nación Argentina. 

El 10 de Diciembre el gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista de Alberto de la Fernández no está convocando al pueblo argentino a festejar la democracia. Está convocando desde el Estado a su militancia y clientela para avanzar en la apropiación de las marcas "pueblo" y "democracia" como sinónimo de kirchnerismo. Y no hay nada nuevo, es la misma pretensión de Ricardo Forster con los demás intelectualoides, una mera consecuencia de la deliberada exacerbación del odio para imponer la lógica amigo/enemigo.

Y un punto ahí: está claro que la pandemia se enciende o se apaga según convenga al gobierno.

Hay un marcado oportunismo del miedo, que se levanta ahora como se levantó para el velorio de Maradona, en las fiestas de Olivos y cada vez que el gobierno quiso.

Para cerrar, debo decir que nada de esto ocurriría si Argentina tuviera ciudadanía. Porque de tenerla no se permitiría a los funcionarios desertar de sus funciones. Y como consecuencia de funcionarios que cumplen con sus deberes ningún político podría salirse de los márgenes establecidos por la Constitución Nacional. Pero para que haya ciudadanía se requiere convicciones y coraje, algo que al parecer los argentinos hemos perdido.

Es muy penoso contrastar el modo en que los presidentes de Argentina y Brasil eligieron responder a la pandemia. Uno apeló a la cobardía y otro a la valentía.


Ya por Mayo de 2020, cuando sin ninguna elegancia Bolsonaro decía que el brasileño nada en una cloaca y sobrevive, estaba afirmando que el Brasil es un pueblo fuerte. En cambio Alberto de la Fernández pregonaba que Argentina es un pueblo débil, gente a la que "debe cuidar" porque cualquier nana la puede matar...

"Yo prefiero morir antes que perder mi libertad", ratifica ahora el Presidente del Brasil Jair Bolsonaro; quien desde el inicio entendió de qué va la pandemia.

Y así no sólo entendió eso: Es obvio que Bolsonaro entiende el Himno Nacional Argentino mucho mejor que Alberto de la Fernández.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.


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