martes, 28 de septiembre de 2021

INSEGURIDAD: COMO TODO EN EL PAÍS DE MAL A PEOR




No se necesita leer el Financial Times para advertir que el futuro de Argentina va de malo a peor. 

Toda ama de casa (la ocupación más importante porque da sentido a todas las demás) lo tiene claro en cuestiones elementales, como que 100 pesos ya es precio de un sachet de leche. Hay más baratos, claro. El punto es que todo resulta muy caro para el bolsillo argentino, aunque barato puesto en dólares.

En rigor de verdad todo está muy barato en esta Argentina de liquidación pre temporada de desguace. Y el dólar a 186 es un regalo. 

Un país que no tiene moneda y cuyos precios son notoriamente inferiores al de los países que sí la tienen, pero caros para sus habitantes, lejos de obtener una mejor calidad de vida se degrada aislado del mundo.

Estamos mal y vamos a estar peor, porque acá no se discuten remedios, sino placebos en todos los órdenes

Y yo no hablo de economía. Ni siquiera cuando aludo precios como el de un sachet de leche. Yo hablo de cultura, de filosofía de vida, de racionalidad, de austeridad como valor ético y republicano. De política. La economía se deriva de todo eso; es el carro, no los caballos.

La política también define la seguridad del país, es lo que hace que en Argentina la vida humana cotice a la baja. Especialmente la vida de los honrados, para los cuales el sistema que ha construido la casta política no conserva ninguna piedad ni ofrece esperanza. 

Sobre esta introducción voy a hilar algunas notas breves (la obviedad es tal que no da para extenderse mucho) sobre el paso de Sabina Frederic por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Admito que me gusta escribir, porque si no fuera así me limitaría a decir que su reemplazo por Aníbal Fernández sirve de lápida para enterrar un cadáver putrefacto.

En primer lugar y sin ocultar la jactancia, señalo que si para algo sirvió Sabina Frederic fue para demostrarle a Patricia Bullrich, su antecesora, que las críticas a su gestión de quien esto escribe eran certeras

Mientras Bullrich y sus obsecuentes presumían de estar cambiando el paradigma de la Seguridad "para siempre", sostuve reiteradamente que esa pretensión era un disparate conceptual y una muestra de voluntarismo intrascendente que podía borrarse con una sola firma ante un cambio de gobierno. Y fue lo que pasó, Frederic a sola firma dejó sin efecto resoluciones de Bullrich, ahí terminó la sanata del cambio de paradigma para siempre.  

Lección Nº 1: La Seguridad, que consiste en garantizar el estilo de vida propuesto por la Constitución Nacional, no se alcanza con voluntarismo y, por definición, nunca se consolida para siempre. 

Luego Frederic hizo una gestión filosóficamente corrupta, de práctica indecente y contraria a la razón, que llegando al colmo de proteger a usurpadores denunciando penalmente a los honrados habitantes de Bariloche y Villa Mascardi que reclamaban poner fin a las usurpaciones, logró que toda persona de bien extrañara y revalorase a Patricia Bullrich como ministro de Seguridad de la Nación. 

Frederic con su imbecilidad de anteojeras ideológicas reivindicó todos los días la gestión de Patricia Bullrich, haciendo que parezca mucho mejor de lo que fue. Eso lo advirtió rápidamente el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires Sergio Berni, quien añadió a su conocida propensión al show el mismo modo de comunicarse en redes sociales que como ministro sostuvo Patricia Bullrich. De hecho cualquiera que quiera cotejar tuits de Bullrich y Berni describiendo operativos policiales confirmará que parecen escritos por la misma persona.

Lección Nº 2: Las deficiencias político institucionales de concepto y método en gestiones sucesivas generan un círculo vicioso entre lo malo y lo peor. Cuidado entonces con zambullirse al humo, porque es tóxico.

El staff que acompañó a Frederic en el ministerio de Seguridad de la Nación, principiando por el secretario Eduardo "maniquí de sastre" Villalba y lo grotesco de Gabriel Fuks, fue un verdadero festival de cachivaches. La pobreza intelectual del conjunto no sólo aportó a la acelerada degradación de la Seguridad en casi dos años, también reivindicó al staff de Bullrich; donde a pesar de algunos funcionarios lamentables como Gerardo Milman o Patricio Furlong también revistaron elementos de gran valía.

Ahora bien, la citada definición de la Seguridad Interior implica que no basta para alcanzar sus objetivos el empeño de los instrumentos del Estado específicamente dedicados a ella, es una tarea que requiere la coherencia armónica de todo el gobierno sosteniendo la clara orientación que los constituyentes dieron al Estado. Esto relativiza la importancia del staff ministerial, pues vale aquello de que los aciertos tácticos no corrigen las deficiencias estratégicas: ni el mejor equipo podría compensar el daño que hace al país el gobierno títere, golpista, corrupto, criminal y comunista de Alberto de la Fernández. Y es claro que no será nunca este gobierno el que seleccione al mejor equipo.

Lección Nº 3: La Seguridad no la define un ministro, tampoco un presidente, sino el funcionamiento institucional de los tres poderes del Estado sosteniendo en toda instancia la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional. Mientras eso no se entienda no habrá República ni Seguridad.

Ojalá tampoco hubiera existido su "gestión" en el Ministerio de Seguridad de la Nación.Por desgracia para los argentinos honestos ella y sus sabinos han hecho mucho daño atacando la racionalidad básica que reclamaba Manuel Belgrano: castigar al culpable y proteger al inocente.


La lápida puesta sobre la gestión de Sabina Frederic es la llegada de Aníbal Fernández. Y esa sola presencia en el gabinete de ministros ratifica, desde la inconsistencia contra cualquier archivo del que hace de presidente, que Argentina padece un gobierno incoherente y errático. Porque no fue en el siglo pasado sino en la campaña electoral de 2015 que Felipe "boludo" Solá y Daniel "fideos" Arroyo grabaron aquel significativo spot como candidatos del Frente Renovador de Sergio Massa. Allí decía Arroyo: “Yo la verdad que lo que siento es que la mamá y el papá en la provincia de Buenos Aires que está preocupado por la inseguridad, que está preocupado por los robos, que está preocupado porque se vende droga en el barrio, debería pensar en serio si Aníbal Fernández es la persona para manejar la Policía Bonaerense, que es manejar el cuidado de nuestros hijos”.

Ahora Aníbal Fernández maneja las cuatro fuerzas federales... Y ya demostró con sus primeras declaraciones que su interés no está puesto en garantizar la Seguridad sino en perder tiempo con discusiones que no hacen al eje de su función.

Es curioso que un ministro que promueve legalizar el consumo de marihuana, como si la nuestra fuera una sociedad con todas sus necesidades básicas satisfechas e instituciones, cultura y educación lo suficientemente fuertes como para que el consumo de drogas no sea problemático, sostenga al mismo tiempo que la Argentina no está preparada "ni de casualidad" para el uso de las pistolas Taser.

Si Argentina no está preparada para el uso de pistolas Taser, tampoco está preparada para el uso de un martillo, un bisturí o sistemas como Windows. Las pistolas Taser son solamente una herramienta, ni más ni menos peligrosa que cualquier otra incluyendo las armas de fuego.

La incoherencia en el pensamiento del ministro Aníbal Fernández se convierte en indecencia sabiendo que en nuestro país empresas como Toyota están señalado la dificultad de contratar personal con la elemental capacidad de comprender texto. Y eso, que es gravísimo, no va a mejorar liberando el consumo de marihuana. Pero en esta sociedad que el kirchnerismo ha dañado institucionalmente y degradado en su cultura hasta la miseria intelectual, argumenta que esos mismos jóvenes que no acceden a un trabajo por no poder comprender texto, puedan tener un faso de marihuana en los labios y que, eventualmente, un policía no tenga más chance frente a cualquiera de ellos que dispararle un plomo (como pasó hace muy poco con Chano) porque somos un país imbécil que no está preparado para el uso de las Taser.

Lección Nº 4: Armarse. Un gobierno puede ser corrupto sin ser criminal, como también puede ser criminal sin ser corrupto. La corrupción tiene distintos niveles, como distintas son las motivaciones que pueden determinar la conducta criminal de un gobierno. Pero cuando un gobierno es criminal y corrupto, toda persona honrada debe concientizarse que el arma que pueda portar es indudablemente la última defensa de la Patria y la Libertad. Si la Seguridad no se puede confiar al gobierno hay que sostenerla con las propias manos. 

Este escenario proyecta ese horizonte. Como todo en el país, de mal a peor.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 














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