miércoles, 24 de junio de 2020

FIRMÁ LA PETICIÓN: PROHIBIR LOS AUTOMÓVILES, un satírico aporte de Mario Santos.


La tortura de tomar precauciones es superior a los peligros que se pretenden evitar: 
es mejor abandonarse al destino”. 

Napoleón Bonaparte. Un verdadero irresponsable.



PROHIBIR LOS AUTOMÓVILES

Por Mario Santos.

Nacido y criado en Balvanera,
columnista de La Pluma de la Derecha.



Desde los inicios mismos del automóvil hace más de un siglo se han venido produciendo accidentes fatales, llegando a convertirse en las últimas décadas en una situación intolerable. En Argentina tenemos 7613 muertos anuales (2014, fuente: Luchemos por la Vida), que si bien representan un porcentaje pequeño de la población, son muertos que no se pueden recuperar.

Algunos negacionistas e irresponsables alegarán que sería una medida demasiado extrema dejar a la población entera de un país (más de 40 millones en el caso de Argentina) sin las ventajas de la movilidad que proporcionan el vehículo particular y los colectivos, con tal de salvar a unos pocos miles, pero curiosamente no son ellos sino el Presidente el que tiene que enviar sus condolencias a cada una de las +7 mil familias de las víctimas fatales. Además, serviría como ejemplo mundial, ya que hay casos más bochornosos aún, como el de Estados Unidos, que cuenta unas 32 mil muertes anuales, gracias a una cultura que privilegia la libertad irresponsable de circular en vehículos con motores a combustión que llegan a velocidades muy altas, en una sociedad en la que tenemos adolescentes paseando en bicicleta, niños cruzando la calle para ir a la escuela, y ancianos haciendo las compras a pie. Los extremistas liberales alegan que si bien se deben tomar medidas para prevenir los accidentes y lograr reducirlos al mínimo, las pocas miles de muertes inevitables son un precio que la sociedad debe estar dispuesta a pagar para que millones  de personas puedan viajar más rápido, y así ganar tiempo que se puede invertir en otras actividades.

Son tan ridículos como los fanáticos que piden liberar la cuarentena por el impacto económico, cuando saben que sin cuarentena en lugar de unos centenares de muertos (apenas cruzamos los 1.000 en estos días), tendríamos decenas de miles (se calcula que 20 ó 30 mil). Según esos sectarios dementes, deberíamos estar dispuestos a sacrificar a 30 mil personas, para evitar que +40 millones caigan en la pobreza, el desempleo, el hambre, y la miseria, las cuales –es cierto-, son consecuencias  de mantener el país frenado por varios meses. Pero si bien los expertos estiman que tardará varios años en recuperarse la economía (aprox. una década) , y que los niveles de desempleo y pobreza serán los más altos desde el Crack del 29, y si bien las estadísticas muestran un aumento de muertos en otras enfermedades como las cardiovasculares (por no ir a consultar al médico en la cuarentena),  de suicidios, y si bien podemos admitir que existe un deterioro de la salud mental de la población (por el aumento de consultas al psicólogo por miedo, ansiedad, depresión, etc.), y se calcula que habrán millones de muertes a causa del hambre que se avecina, sería ridículo no decretar un aislamiento obligatorio, porque las personas no son números, y no se le puede pedir a la sociedad que sacrifique las vidas de 30 mil personas, a cambio de la pobreza y el desempleo de 40 millones, que sí se pueden recuperar, como bien explicó el Presidente. 

Por ello, es que debemos terminar con la irresponsabilidad que significa el uso de automóviles en la vía pública, que deja centenares de miles de muertos anuales a nivel mundial, y concretamente, alrededor de 7-8 mil en nuestro país, es decir, unas 22 muertes por día (fuente: Luchemos por la Vida), un promedio similar al del Covid-19. Si toda la población de un país estuvo dispuesta a sacrificar sus pymes, kioscos, y trabajos de toda una vida, y si fuimos lo suficientemente adultos para tomar precauciones sobre un virus que dejó más de 1.000 muertes en Argentina (460.000 muertos mundiales) en lo que va del año, seámoslo también con este problema, porque las fatalidades automovilísticas ya dejaron más de 3500 (630.000 a nivel mundial) en la primera mitad del 2020. Bastante más que el covid-19. 

“A los que me hablan de salud vs. economía: la economía se puede recuperar. Las vidas perdidas no”.
Alberto Fernández, presidente de la Argentina. 

El tiempo perdido por viajar sin vehículos a combustión se puede recuperar. Las vidas perdidas no.

Firmá ahora la campaña para prohibir los automóviles en Change.org: