MALÓN COMUNISTA

La reforma Constitucional de 1994 consagró el racismo respecto de las poblaciones aborígenes, por el sencillo expediente de darles un status diferenciado: de incapaces que no pueden disponer por sí mismos quedando sometidos a la propiedad comunitaria de la tierra.

Como curiosidad histórica, la Constitución unitaria de 1819 proponía que los indios, si bien eran iguales en dignidad y derechos a los demás ciudadanos debían ser puestos "al nivel de las demás clases del Estado". Aquello era sincero: no había comunistas. En 1819, con buena intención se quería elevarlos, igualarlos al resto. 

En 1994, lejos de pretender concretar el viejo anhelo, se encontró el modo de dejar a parte de la población en perpetua inferioridad (Art. 75. Inc. 17). Y abrir nuevos conflictos en la sociedad argentina.

Así, cada etnia aborigen se confina a una reservación de inferiores que deben ser tutelados, ya que en nombre de un mal entendido respeto a su identidad cultural jamás podrán valerse por sí mismos. 

Para nuestros políticos, los aborígenes son subnormales que necesitan legislación especial y la caricia del paternalismo con su discurso de vengadores de la historia. Y sobre ese racismo, que es una inconsistencia y contradicción de nuestro orden constitucional, el activismo comunista contribuye a que desde el buenismo progre y bienpensante lo que se entendió mal se entienda todavía peor.

El INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) es cómplice de las usurpaciones "mapuches", y ese conflicto artificial está fogoneado desde Cuba en la búsqueda comunista de nuevos sujetos revolucionarios que reemplacen al proletariado (que desde antes de la caída del Muro de Berlín prefiere capitalismo).

Hace décadas Inteligencia de Chile advirtió a sus pares de Argentina que el conflicto araucano iba a impactar de este lado de la cordillera, no por pretensión aborigen sino por manipulación comunista. Inteligencia informa, no decide: y nuestros gobiernos ignoraron las oportunas advertencias. Hoy, usurpaciones mediante, el INAI está atentando contra la Constitución Nacional y las leyes de la República. Sólo en un país subvertido puede darse que una repartición estatal atente contra el propio fundamento de su existencia.

Hay quienes no quieren creer que Cuba ejecuta en la Argentina un plan de dominación como el que le permite parasitar hasta el agotamiento a Venezuela. Muchos  se aferran a la corrección política con que los han adoctrinado para no ver lo que está pasando: nos están sometiendo.

Y lo patético del asunto es que la red comunista está a la vista. La titular del INAI María Magdalena Odarda es castrista, ha dado fe de ello integrando el Grupo Parlamentario de Amistad con Cuba en el Senado. Fue parte de la orquesta roja dirigida por Orestes Pérez, el representante de la tiranía que desde la Embajada de Cuba en Buenos Aires realizó un intenso trabajo de Inteligencia y redobló los esfuerzos para la infiltración política durante los cuatro años del interregno macrista. 

Magdalena Odarda y Orestes Pérez

Algo que Bloque Constitucional denunció a Cancillería, sin que los cambiemitas hicieran nada.

Ser "amigo de Cuba" a través de la organización estatal castrista no significa ser amigo del pueblo cubano, significa ser amigo de la dictadura que somete al pueblo cubano. Odarda es de esa clase, como el chavista Solanas, Luenzo etc.

La muerte del peronismo por infiltración comunista, confirmada el último 17 de octubre, deja en claro que Argentina, mal gobernada por una casta política de totalitarios y progres, está cerca de perder su soberanía y convertirse en otra satrapía castrista.

No nos equivoquemos pensando que la Conquista del Desierto fue insuficiente o que tenemos un problema mapuche. Roca y la gloriosa generación del 80 nos legaron un país pleno, somos nosotros los que no estamos a su altura al permitir la subversión del orden constitucional. No gobierna el peronismo, ni ninguna fuerza política argentina. Al igual que entre 1978 y  1982, cuando la Inteligencia castrista dispuso que Montoneros asentara su "Comandancia Militar" en La Habana, a esta copia farsesca de Montoneros en el gobierno también la dirige Cuba.

Obsérvese que tenemos más funcionarios comunistas de los que tolera cualquier democracia. Como bien dice Nicolás Márquez: tengamos presente que el macartismo es un sano y noble sentimiento para defender la Libertad de los comunistas que buscan matarla.

Si por mi gusto fuera: Remington Patria y a otra cosa. Pero no siempre lo que a uno le gustaría es lo correcto. Alcanza con recuperar el sentido común para entender el deber ser del país, en lugar de seguir permitiendo que esto sea el reino del revés. Difícil mientras dure este gobierno. 

Si Argentina, que respondió violentamente al ataque del terrorismo castrista y enfrentó a Gran Bretaña hundiendo barcos, derribando aviones y combatiendo cuerpo a cuerpo, hoy se deja humillar por secesionistas mapuches es que no somos dignos de nuestra historia.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
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