lunes, 9 de septiembre de 2019

UNA SALIDA DIGNA PARA MAURICIO MACRI



La catarsis emotiva como acto político no alcanza para modificar lo que el escenario proyecta luego de las PASO.

Ni Mauricio Macri ni María Eugenia Vidal, emocionados con sus respectivas plazas colmadas de suplicantes, han recuperado chances de ser reelectos. 

Y nada indica que puedan recuperar competividad electoral. 

Tampoco mejoran las chances del resto de los candidatos cambiemitas por despegarse de Macri. Porque Macri es ahora el único actor que puede modificar el escenario político, el único con capacidad de maniobra para ocasionar un cimbronazo que cambie todo. No hay, entonces, "sálvese quien pueda", ese barco depende del hombre al timón.


Cristina Fernández compartió ese mismo poder y ya lo usó. Jugó bien su carta aprovechando esa misma capacidad, con la astucia de fingir humildad para esconderse detrás de Alberto Fernández y usarlo como mascarón de proa para el caballo de troya kirchnerista, que viene cargado de camporistas y comunistas. 

Si ese presente griego atraviesa los muros de la Casa Rosada, no desembarcarán con sutilezas sino que irán por todo desde el primer día, con un objetivo de máxima que es derogar la Constitución Nacional. 

Y digo derogar porque no piensan reformas sino cambiarla por completo. 

Macri no puede ganar, pero puede darse una salida digna salvando a la República, tal vez también a Vidal, y hasta conservar relevancia como líder político si resignase su candidatura a favor de Roberto Lavagna. Pero ese gesto requiere autocrítica, visión y grandeza, tres cosas que hasta ahora no demostró tener. 

Sé que a muchos no les gusta la idea, pero no tienen otra mejor. Macri insistiendo es un callejón sin salida, para la República y para su propia relevancia política. Sin lograr que Fernández pierda votantes no hay forma de impedir que llegue a la Presidencia. 

La cuestión aquí no es lo que nos gustaría, el punto es simple: el único candidato que puesto en posición expectante puede arrebatarle votos a Fernández, y por eso ganarle, es Lavagna. 

A mi me encantaría que fuera Juan José Gómez Centurión, pero es Lavagna. Y cualquier otro enroque que no sea Macri por Lavagna no modifica el resultado previsto. 

En el primer debate presidencial, que es el domingo 13 de Octubre Macri tiene el marco ideal para patear el tablero y hacer la heroica, la del renunciamiento por la República. Pero no creo que lo haga, y por eso la va a pasar muy mal en el debate. Tiene todas las de perder.

La supuesta moderación de Alberto Fernández es, como el mismo Alberto, completamente decorativa. Podría rebelarse, sí. Pero hasta ahora no evidencia la fortaleza para hacerlo.

Ante los hechos tal como se presentan conviene concientizar desde ahora en la necesidad de sostener la última línea de defensa de la República, que es el tercio más uno que se requiere del Congreso para impedir el manoseo de la Constitución Nacional.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López.