jueves, 24 de octubre de 2019

¡UN DOCUMENTAL IMPERDIBLE!


Desde la aparición del cine, las películas son uno de los entretenimientos mejor apreciados por la humanidad. La fábrica de sueños nos ha permitido imaginar la vida desde infinidad de cristales, y a tal punto nos ha puesto en galaxias lejanas como acercado al vecindario que a veces, pantalla mediante, nos descubrimos iguales a los que creíamos enteramente opuestos y entendemos cosas sobre nosotros mismos. En buena medida podría decirse que si uno es los libros que ha leído, también es las películas que ha visto. Por eso hay películas que nos dejan impresiones duraderas, que nos acompañan por siempre como hitos de nuestra propia existencia. 



La lectura y el cine son siempre experiencias personales, porque sin importar cuántos más lean ese libro o vean esa película, superando los rasgos comunes todo aquello que pensamos, sentimos o imaginamos es único e intransferible.  

Disfruté a través de Netflix "Chuck Norris vs Comunismo", un documental de Ilinca Calugareanu (2015 y sin fecha de vencimiento) que revela el modo en que a través del videocassette en la Rumania del dictador comunista Nicolás Ceaucescu, el deseo de ver películas logró burlar la censura. Se trata de un encantador alegato a favor de la Libertad, que despierta una inmediata simpatía por los rumanos y deja marca. 

Si recomiendo con el mayor entusiasmo a los lectores de La Pluma de la Derecha el documental de Calugareanu es porque, objetivamente, tiene méritos propios para ser inolvidable. Expone su idea en forma clara y amena, ayudando a comprender lo mucho que había de Orwell, como realidad y paranoia, en la Rumania comunista; subrayando y exaltando en la narración que la sencilla humanidad de los rumanos, (finalmente, la sencilla humanidad a secas) no pudo ser quebrada. 

Revolución Rumana (1989), el dictador Nicolás Ceaucescu es ejecutado
y la Bandera Rumana liberada de la mancha comunista. 
Pero luego también la recomiendo por mi propia subjetividad. Porque trazar paralelos es inevitable y acá viene mi historia para que el lector repase la suya. Confieso que el título del documental me llamó la atención y a la vez me hizo dudar de verlo, pues las películas de Chuck Norris no han gozado de mi preferencia. Pero superado ese prurito, con unos pocos minutos del documental recordé la impresión que siendo adolescente me causó la película rusa, realizada en 1979, "Moscú no cree en lágrimas", del director  Vladímir Menshov.  Premio Oscar a la mejor película extranjera en 1980, ver esa película significó para mí que el ruso promedio, ese enemigo comunista siniestro y gélido, era muy parecido a cualquier argentino; entendí entonces que el comunismo es espantosamente artificial.

Viendo "Chuck Norris vs Comunismo" pasa lo mismo con los rumanos, pero mientras nosotros eramos socios de varios videoclubes y alquilábamos películas sin restricciones, sólo por diversión, ellos arriesgaban algo y a más de diversión intuían en esas cintas el sabor de la Libertad; despertando al sueño de alcanzarla. Quienes dan su testimonio en el documental lo hacen de tal forma que se los siente cercanos, un amigo o un vecino cualquiera del barrio. La directora ha sabido captar el rasgo humano que nos iguala en lo cotidiano, subrayado por el valor de una voz: la de Irina Nistor.

Buscando sintetizar en una imagen la experiencia de "Chuck Norris vs Comunismo" recordé la última película de Jerry Lewis y Dean Martin como dúo: "Hollywood or Bust", de 1956 y dirigida por Frank Tashlin, que en plena Guerra Fría y con la caracterización del Gran Bufo como un ruso amante del cine, rindió tributo y acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", envió un mensaje de esperanza a los que padeciendo la oscuridad tras la cortina de hierro anhelaban la luz del proyector, esa luz que décadas después llegó a Rumania en las cajas plásticas del VHS. 

Jerry Lewis, "Hollywood or Bust" (1956)

Al fin, la Libertad vence. Lo trágico es que en las vueltas de la historia haya pueblos que no sabiendo valorar su Libertad caigan estúpidamente en abismos de los que otros pueblos escaparon con gran sacrificio. Pero esa es otra película, posiblemente una película argentina en pleno rodaje...


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.  







martes, 22 de octubre de 2019

POSTMACRISMO: UNA HIPÓTESIS POSIBLE




El 27 de Octubre Alberto Fernández será Presidente electo.

La dura transición hasta el 10 de Diciembre extinguirá la carrera política de Macri, y quizá la de Vidal.

En ese corto plazo debemos reconfigurar la defensa de la República.

Por supuesto hay que barrer los dirigentes políticos que en estos años se pasaron de progres y generar nuevos liderazgos.

Muchos votantes de Macri harán su duelo enojados con sí mismos, con nosotros (votantes de Espert y Gómez Centurión) y con el mundo.

Luego entenderán.

El gobierno de Macri no fracasa en estas elecciones.

Perder las elecciones es consecuencia del fracaso. Y fracasó porque pretendió gobernar sobre la misma base cultural que le dejó el kirchnerismo.

Con su fracaso nos deja mucho más débiles que en Diciembre del 2015.

Ahora habrá que plantarse duramente defendiendo el tercio más uno de legisladores que en el Senado y Diputados pueden evitar la reforma constitucional. La última línea de defensa.

Y debemos tener en claro que no podemos confiar en ellos, porque ahí abunda ADN progre.

Votar el domingo a Espert o Gómez Centurión es el primer acto de la resistencia, el segundo es reorganizarnos, unidos en torno a la defensa de la Constitución Nacional y sumar a los republicanos que creyeron en Macri.

Con patriotismo y humildad, sin olvidar lo que enfrentamos. O sea: dejando a un lado discusiones y diferencias que son para otro momento del país.

Nosotros con la Constitución Nacional, sin dobleces, y quien contra ella contra nosotros.

Bien claros: si Alberto Fernández gobierna dentro de márgenes constitucionales será un Presidente al que nos opondremos en forma constructiva, pero si atenta contra ella será el enemigo.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López

viernes, 18 de octubre de 2019

ARMAS PARA EL PUEBLO

“Aux armes, citoyens,
formez vos bataillon!
Marchons, marchons!
Qu'un sang impur
abreuve nos sillons!”

La Marsellesa

Macri tan progre y nosotros tan LGBT



Progre y como tal equivocado de principio a fin, el Presidente Mauricio Macri se va despidiendo del gobierno mostrando cada día ser más ajeno al cambio votado en 2015.  

Tras la depresión por la derrota en las PASO, acaso alienado en su microclima fanático por la forzada euforia de una campaña electoral puramente emotiva y apuntada al “milagro”, persiste en el error de perder base electoral por intentar congraciarse con quienes nunca lo votaron ni lo van a votar. Su fracaso en gobernar es tan evidente que ni el tiro del final le va a salir. 

La última infeliz ocurrencia surgida de la irracionalidad gobernante se conoció el 18 de Octubre, cuando Macri posteó un hilo en Twitter con el siguiente contenido: 

  • "VAMOS A PROHIBIR COMPLETAMENTE LAS ARMAS DE GUERRA. Hoy la ley permite comprar armas capaces de atravesar chalecos antibalas y puertas blindadas. Esto solo beneficia a las mafias y a los delincuentes. Vamos a prohibirlas por completo. #PropuestasNuevaEtapa.
  • Vamos a prohibir que los civiles compren o importen, tengan consigo o en sus casas, fabriquen y utilicen armas de guerra. Son un peligro para las familias y para las fuerzas armadas y de seguridad, que se enfrentan a las mafias todos los días. Vamos a eliminarlas de la calle.
  • En estos años actualizamos los reglamentos de uso de armas para las fuerzas de seguridad y reforzamos los controles para la tenencia y portación de armas en los civiles. Ahora vamos a eliminar las armas de guerra para que estas no lleguen nunca a las manos de los delincuentes”.


Por supuesto la propuesta fue secundada por la ministro de Seguridad Patricia Bullrich, con la misma falacia argumental:  

  • ”Vamos a prohibir la comercialización de armas militares para seguir combatiendo con más fuerza a las organizaciones criminales. Estas son armas con un enorme poder de daño, que además de atentar contra la vida de las personas pueden perforar chalecos o incluso traspasar blindados”.


Un Presidente que se suponía era republicano, pero que carece tanto de un servicio de Inteligencia eficiente, como de la práctica misma de la Inteligencia en su toma de decisiones, en comparsa con una ministro de Seguridad que mantiene acéfala a la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, propone prohibirnos a los civiles las armas de guerra de uso civil condicional aduciendo que eso será útil para combatir a las mafias y sus delincuentes. 

Con un poco de humor podemos conjeturar que estas recientes las imágenes de
México impactaron al gobierno argentino. Nuestro gobierno no quiere que los
 ciudadanos puedan tener acceso a las las armas que usan los narcos mexicanos.
Sería una terrible afrenta a los DDHH herir a un delincuente
con algo más rotundo que un simple 22....

Pues bien, si hay un grupo social que puede exhibir su condición de buenos ciudadanos son los legítimos usuarios de armas de fuego, porque para serlo debieron acreditar estar exentos de persecución penal, contar con medios lícitos de vida y aptitud psicológica, además de la específica idoneidad técnica para el uso de armas, sorteando en el trámite la insufrible burocracia estatal, entorpecida con funcionarios que se atribuyen como prerrogativas propias las facultades que las normativas reconocen a los ciudadanos. 

Ir sobre las armas de los legítimos usuarios es propio de políticos superficiales, cómodos y demagógicos, habituados a cazar en el zoológico en perjuicio de contribuyentes y ciudadanos. No es cierto que los armeros y los usuarios legales sean quienes provean armas a las organizaciones criminales. Lo que sí es cierto, es que en la Argentina no hay otra política de seguridad que no sea el espasmo, algo que recrudece en tiempos electorales. 

Como en toda ocasión vale afirmar el concepto: la seguridad interior consiste en garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional. Por ende, cualquier política de seguridad debe estar inspirada, orientada y dirigida por normas constitucionales. 

Pues bien, en materia de armas el Artículo 21 de la Constitución Nacional ordena en su primera parte que “Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de esta Constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo nacional”.

Esa previsión debe interpretarse en forma complementaria con el inalienable derecho de resistencia a la opresión, que el mismo texto constitucional recepta, tanto como un derecho implícito de la forma republicana de gobierno en el Artículo 33, como un resguardo explícito en el Artículo 36 incorporado por la reforma de 1994; autoría de esta misma casta política que gobernando desde entonces no se cansa nunca de rendir tributo a Groucho Marx. 

Si en tanto ciudadanos argentinos estamos obligados a armarnos para la defensa de la Constitución, va de suyo que no puede el Estado impedirnos poseer armas, porque en caso de riesgo emergente de sedición nada garantiza que las autoridades constituidas tengan la oportunidad de proveernos esas armas. Hipotéticamente, bastaría que los subversivos bloquearan arsenales para garantizar su impunidad y el éxito del ataque contra la Constitución Nacional. A fin de poder responder en una situación extrema, como la que los constituyentes han previsto, es que tenemos normas que facultan a los ciudadanos probos a poseer armas; porque en definitiva un pueblo armado es un pueblo soberano. 

Nuestros constituyentes, se ha dicho con razón, han tomado para su obra el molde de la Constitución de los Estados Unidos, y aunque sabiamente supieron volcar en él contenidos propios mantuvieron intacta la misma lógica jurídica que sostiene, en la interpretación de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, la vigencia de la Segunda Enmienda por la cual: “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”.

Ciertamente tenemos diferentes culturas e idiosincrasias, como distintos han sido los procesos históricos en la organización cívico militar de uno y otro país, pero la defensa de la República Argentina sigue siendo la defensa de una República, obviamente basada en principios republicanos y no hay razón alguna para prohibir el acceso de los ciudadanos de bien a las armas desde que la misma Constitución las contempla como su salvaguarda.  

Y en nuestro Himno Nacional sancionado por la Asamblea del Año XIII, tácitamente ratificado por los Constituyentes de 1853 y posteriores reformadores: “el valiente argentino a las armas / corre ardiendo con brío y valor”, porque al igual que violentamente lo entiende La Marsellesa supo plasmar  Vicente López y Planes, el Bardo de la Libertad, que ser libres no es una gracia que otro nos concede. Hoy mismo: “¿No los veis sobre el triste Caracas / luto, y llantos, y muerte esparcir?”.

Nicolás Márquez, notorio exponente de la Derecha Argentina,
manifestándose por la Libertad en medio de una ola roja.
En su remera toda una declaración de principios republicanos. 

La tenencia y portación de armas se encuentra reglada en Argentina de modo bastante estricto. Es realmente una tomadura de pelo que la progresía gobernante nos venga ahora, en los estertores de su agonía, a plantear una prohibición total de las armas de guerra, como si la eliminación de la categoría de armas de uso civil condicional pueda aportar algo al combate contra las mafias. Para combatir al crimen organizado, y en especial al narcotráfico, se requiere algo que este gobierno, al igual que el anterior, desprecia: Inteligencia. Sin Inteligencia Criminal no hay ninguna política de seguridad que pueda ser sustentable en el tiempo. 

Y luego están las consideraciones filosóficas y políticas. 

Entre las primeras hay que traer al debate la voz de Cesare Beccaria, que inmune al paso del tiempo nos sigue ilustrando sobre las falsas ideas de utilidad que entrañan propuestas como la que, alegremente, lanza el Presidente Macri en su retirada. 

Nos señala Beccaria: “Las leyes que prohíben llevar armas son de esa naturaleza; sólo desarman a los que no están inclinados ni determinados a los delitos, mientas que los que tienen el valor de poder violar las leyes más sagradas de la humanidad y el más importante de los códigos ¿por qué respetarán las menores y las puramente arbitrarias, cuya contravención es tan fácil e impune, y cuya ejecución exacta suprime la libertad personal, tan amada por el hombre como por el iluminado legislador, sometiendo al inocente a todas las vejaciones debidas a los reos? Estas leyes empeoran la condición de los asaltados mejorando la de los asaltadores, no disminuyen los asesinatos sino que los aumentan, porque es mayor la facilidad de asaltar a los desarmados que a los armados”. 

No digo que repitiese hoy esto mismo, pero su lógica no puede ser omitida en ningún análisis de la cuestión. 

Finalmente cabe la consideración política. Mauricio Macri subestimó la inflación y todo el cuadro de situación tanto como sobreestimó a su equipo. No ha gobernado bien en cuatro años. De hecho lo hizo tan mal que vuelven los que no debían volver. 

Y ahora, para empeorar su legado, en el estribo de su interregno donde no se hicieron los cambios para los que fue votado, cuando aquella cobarde excusa de "no se puede porque vuelven" es ya la profecía autocumplida, pareciera que busca desarmarnos para entregarnos inermes a la restauración del régimen kirchnerista.

En esta consideración política poco importa que el Presidente Macri, ante la reacción cívica, haya salido a batir su propio récord en desmentirse posteando: 

  • “Quiero aclarar algo sobre la propuesta de hoy. Nuestro objetivo es combatir el comercio y tráfico ilícito de armas de fuego. De ninguna manera pensamos restringir los derechos de los legítimos usuarios de armas que cumplen con la ley y sus reglamentaciones particulares”.


Porque al fin de cuentas, cuál haya sido su objetivo aclara poco. Y si se expresa sin pensar ni proyectar las consecuencias de sus dichos, ¿cómo saber lo que en verdad cree antes de la próxima desmentida?

Sin armas no hay Libertad. Sin Libertad no hay ciudadanos. Sin ciudadanos no hay Patria. 

No las entreguemos. 

¡Constitución o muerte!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

jueves, 17 de octubre de 2019

AUNQUE USTED NO LO CREA


En la noche del sábado 12 de Octubre de 2019, un mocoso de 13 años ingresó a la Unidad de Prevención de la Policía Local de Villa Adelina, en el Partido de San Isidro, fingiendo estar perdido. Cuando los policías se disponían a auxiliarlo extrajo un cuchillo con el que apuñaló a un efectivo en el cráneo y se lanzó sobre otro que logró repeler el ataque a tiros. Viendo la inaudita situación un tercer policía cayó infartado. A pesar de la gravedad de las heridas nadie salió muerto.


Lo más llamativo de la narración, que pertenece a las crónicas policiales y no a la ficción literaria, es lo que ocurrió después cuando, herido y esposado, el agresor dijo haber sido enviado por otra persona a matar policías.

A mucha gente la noticia le pareció falsa y buena parte del periodismo decidió ignorarla. Al parecer, hay comunicadores sociales que no sabrían qué hacer con la verdad; y se esconden de ella en los acogedores pliegues del relato para progres que la izquierda les construye. La verdad los excede, porque incomoda, desafía y finalmente se come relatos y relatores: no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Pasan cosas como estas en la realidad argentina pero la pereza intelectual hace que, incluso en el grado de descomposición cultural, y por ende social, que evidencia la Nación Argentina algunas cosas nos parezcan imposibles de creer. En esa pereza hay también un cierto instinto de supervivencia. Porque la resistencia a creer que algunos sucesos hayan ocurrido, estén ocurriendo, o sean siquiera posibles, es el reflejo ingenuo de otro momento cultural que, en un pasado lejano, afirmó en el estilo de vida de los argentinos nociones diferenciadas del bien y del mal con la aspiración de ser buenas personas.

Esa concepción de la vida se niega a creer que un niño pueda obrar como un personaje de Stephen King por fuera de sus libros. Negar el terror, cual ingenuas criaturas que se cubren la cabeza con las sábanas, no nos libera del miedo; al contrario: nos deja a merced de sus dueños. 

De modo perverso, el régimen kirchnerista jugó con ese reflejo ingenuo lanzando el eslogan "Argentina, un país de buena gente". Los buenos querían creer que fuera verdad, pero desde el uso faccioso de los recursos del Estado, transformados en aparato de propaganda y control social, lo que se buscaba afanosamente era eliminar todo vestigio de los valores que sí nos hicieron, allá lejos en el tiempo, un país de buena gente. Bajo el eslogan complaciente, la subversión cultural apuntaba a emplazar disvalores para consolidar el proyecto totalitario de corrupción estructural. 

Hay canciones que sintetizan ensayos sociológicos, entonces vale citar alguna para comprender mejor de qué estamos hablando. Me viene al oído "Esto pasa ahora", de Memphis La Blusera que dice: "La gente buena es tonta de remate / porque los malos van ganando el desempate / sin antifaz andan sueltos los ladrones / digan porque son mejores los peores".

La incredulidad de los buenos ante la maldad se da en forma espontánea y tiende al olvido para seguir adelante, pero también es inducida de manera planificada por quienes se aprovechan de ella. Ya ha pasado antes en el país, aunque pocos recuerden.

Así Pablo Giussani en su libro “Montoneros La Soberbia Armada” destaca el caso de la adolescente Adriana Komblihtt, apodada “La Turca”, quien murió el mismo día en que cumplía 16 años, 31 de Marzo de 1977, al detonarle en las manos la bomba con la que fue enviada por la organización terrorista a atentar contra una comisaría. Los buenos no esperan que una niña, o una embarazada, vaya a matarlos.

Ciertamente son distintos los contextos de Guerra Revolucionaria y de Guerra Civil Molecular, pero el aprovechamiento de la incredulidad es el mismo, ya sea que la violencia tenga un fin político determinado o sea la manifestación del simple deseo autodestructivo. 

Luego ese aprovechamiento se manifiesta como algo normalizado que condiciona nuestra forma de pensar al buscar despojarnos de la lógica crítica. Un ejemplo de eso se dio el miércoles 16 de Octubre de 2019, cuando por A-24 en el programa "Maxi Mediodía" que conduce Maximiliano Montenegro, estuvo como invitado el candidato presidencial Juan José Gómez Centurión.


En esa oportunidad la entrevista derivó a la interpretación de los años de plomo y Claudio Zlotnik, ex Página/12, repitió el relato edulcorado que la izquierda le sirvió a los progres sosteniendo que los militares hicieron terrorismo de Estado y los montoneros terrorismo "privado". Es sabido que la Comandancia de Montoneros funcionó de 1978 a 1982 desde La Habana, en un edificio dispuesto al efecto por la Inteligencia cubana. Eso evidencia ocultamiento malintencionado o un desconocimiento patético del rol jugado por la dictadura castrista durante la guerra.

Y ese finalmente es el punto: ocultamiento o desconocimiento hacen a la misma cuestión. Nos debilitan culturalmente desde que nos predisponen a creer en el relato antes que interpelar crudamente a la realidad, porque los buenos, casi interpretados en aquella dolorida expresión de Silvio Soldán (¡No puede haber tanta maldad!), no conciben que la maldad pueda manifestarse arteramente.

Por suerte algunos somos buenos, pero no tan buenos. Entonces podemos advertirle que abra los ojos:

Aunque Usted no lo crea, el mal existe, planifica y ejecuta.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López 






martes, 15 de octubre de 2019

¡SANTAS CALORÍAS, BATMAN!


¡¡¡Contemplad el milagro!!!

¡¡¡Aleluya hermanos, aleluya hermanas!!!

¡¡¡Alabada sea la Gloria del Señor que con sus postres y carbohidratos conserva la virtud!!!





Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

LEALTAD Y TRAICIÓN




Leo en Infobae la nota de Eduardo Anguita y Eduardo Cecchini, comprendiendo de inmediato que el nunca expulsado relato kirchnerista hace que vuelve recargado aún antes de la restauración del régimen.

En algunas cuestiones elijo no ser neutral. Porque no quiero serlo, ni puedo, ni debo. Juré defender a muerte la Constitución Nacional. 

Diré entonces que considero al Capitán Alfredo Astiz un leal oficial de la Armada que ha ofrendado a la Patria su vida y Libertad.

Por el contrario, Julio Urien traicionó a la Armada y a la Patria al pasar a la organización terrorista Montoneros y ponerse al servicio de la dictadura castrista.

Astiz forma parte de los auténticos jóvenes idealistas, los que nos salvaron de una vida sin libertades bajo otra dictadura comunista con pretensiones de eternidad.

Si olvidamos quienes son los nuestros y quienes el enemigo terminaremos perdiendo la Patria y la Libertad sin disparar un solo tiro luego del 10 de Diciembre.

Un fuerte abrazo para Alfredo Astiz.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

jueves, 10 de octubre de 2019

LA INDESEABLE NOTORIEDAD DE LA AFI





En esa genialidad de Mel Brooks que es la serie El Superagente 86 (Get Smart), el malvado pero encantador Conrad von Siegfried solía corregir las tonterías de su subordinado Starker diciendo: 

- ¡Starker! En KAOS no hacemos eso. 

Esta mención viene a cuento porque la AFI, Agencia Federal de Inteligencia que mal conducen Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, viene obrando con una torpeza tan digna de Starker que merece correctivo a lo Siegfried. 

Mientras el Presidente Mauricio Macri gobierna en estado de constante sorpresa, siempre detrás de los hechos, sus jefes de Inteligencia se dedican a hacer denuncias penales que los dejan en ridículo. Ocurre que Arribas y Majdalani siguen en sus cargos tras la imbecilidad de haber denunciado por amenazas al Dr Osvaldo Pugliese (ver nota). No fueron echados ni tuvieron la dignidad de renunciar. Y como la nave así va, trascendió ahora que la Cámara Federal ordenó volver sobre los periodistas Gerardo “Tato” Young y Rodis Recalt,  a quienes la AFI había denunciado por revelar el nombre de un agente de Inteligencia, causa que el Juez Casanello había desestimado archivando el expediente en noviembre del año pasado. 

Pocas cosas contradicen tanto la propia esencia de algo como un servicio de Inteligencia denunciando a periodistas. E intentando ser breve paso a explicar el punto, primero desde la óptica profesional y luego conforme a nuestro Derecho: 


LIMITACIONES PROFESIONALES DEL SECRETO



El viejo y querido "Manual de Informaciones", gloriosa revista que en sus antiguas épocas publicaba el Comando en Jefe del Ejército y editaba la Jefatura II Inteligencia, tenía una muy atractiva sección que se llamaba "Cuando el espionaje es noticia".

¿Qué significa? Que algunas veces lo secreto deja de serlo. Es normal. Pasa, y cuando pasa rara vez corresponde ir a patalear a tribunales. Para empezar, si se filtra al público alguna información que una institución de Inteligencia debía mantener a resguardo se debe a dos razones: falla del sistema y/o personal infiel. Por eso, ante la evidencia de vulnerabilidad la primera respuesta es rigurosamente de puertas para adentro. Luego, eventualmente, alguna represalia puertas afuera. Esas son las reglas básicas del juego. 

Ahora bien, esa sección que traía el Manual de Informaciones empezó a publicarse en plena Guerra Fría, en tiempos en que la velocidad de la información y los canales de circulación eran mucho más lentos y limitados que hoy. Pero aún entonces, antes de la revolución tecnológica en las comunicaciones, solamente por la aparición de las primeras fotocopiadoras un analista de Inteligencia escribió un libro titulado "Un mundo sin secretos". En ese libro, que en la SIDE conservábamos fotocopiado (porque esa era la gracia), se afirmaba que la sola existencia de las fotocopiadoras aumentaba exponencialmente el riesgo de filtraciones. Y de hecho, algunas de las veces en que el espionaje fue noticia se debió a fotocopias, por ejemplo operaciones montadas en torno al mantenimiento técnico de las fotocopiadoras de distintas embajadas. Ello nos debe recordar que siempre que hay un secreto, es porque hay un otro que no debe saberlo pero que, va de suyo, hará todo lo posible para saberlo. 

En el presente, cuando cada simple teléfono es una computadora con infinidad de posibles aplicaciones y la velocidad de la información roza lo instantáneo desde casi cualquier punto del planeta a otro, lo que puede mantenerse en secreto es cada vez más limitado; y mucho más limitado aún lo que debe mantenerse en secreto. Además la utilidad temporal de lo secreto es menor, a veces no más que minutos. 

La comprensión de qué es lo que amerita el esfuerzo de conservarse en secreto y por cuanto tiempo, hace a la profesionalidad de cualquier servicio de Inteligencia, porque no hay profesionalismo en pretender que todo sea secreto. 


MITOS LEGALES SOBRE LA ACTIVIDAD DE INTELIGENCIA


Existen diversos mitos legales sobre la actividad de Inteligencia. El más difundido -y que trataré en extenso en otra oportunidad- afirma que "está prohibido hacer inteligencia interior", una falacia con rango de estupidez absoluta que, además de contradecir la Ley, bien explica la falta de comprensión de la actividad de Inteligencia por parte de la casta política que es la usina de ese dislate. 

Sobre llovido mojado, la propia AFI difunde que "la Ley Nacional de Inteligencia 25.520 y su modificatoria 27.126 establece que nadie puede divulgar de manera alguna cualquier información referida a la AFI y sus actividades". Eso es falso. No es cierto que la Ley 25.520, aún modificada por ese mamarracho kirchnerista que es la 27.126, diga semejante cosa. La ley (en sus artículos 16 y 17) no busca blindar indiscriminadamente cualquier información sobre la AFI sino aquella que pueda afectar el interés de la seguridad interior, la defensa nacional y las relaciones exteriores de la Nación. Es el mismo criterio del Artículo 222 del Código Penal, que pena con prisión a quien revelare secretos políticos, industriales, tecnológicos o militares concernientes a la seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la Nación.

Por ende, en la consideración de ese interés, tampoco es cierto que los funcionarios de la AFI estén obligados a denunciar automáticamente cualquier filtración como presunto delito. Desde el más elemental criterio profesional, en el entendimiento de las reglas básicas del juego, tienen un claro margen discrecional de oportunidad, por mérito y conveniencia, para decidir formalizar o no cualquier denuncia. 

Y es que allí, para la interpretación de los hechos y la ley, debe imperar la propia razón de ser del Sistema de Inteligencia Nacional desde su lealtad y funcionalidad a la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional. Por eso, que la AFI denuncie a un ciudadano por emitir una opinión, como a un periodista por hacer su trabajo (publicar algo que supo -y si lo supo ya dejó de ser secreto-), no solamente es una estupidez sino que implica la contradicción de su propia esencia, perder el norte de su lealtad y misión.

La conclusión que nos dejan estas lamentables denuncias, es que a falta de cumplir con su deber, bajo otro gobierno más que desprecia la práctica de la Inteligencia en su toma de decisiones, la AFI se dedica a meter la pata concitando una notoriedad indeseable.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha. 
Estado Libre Asociado de Vicente López




lunes, 7 de octubre de 2019

LIBRO RECOMENDADO: "LAS GUERRAS CIVILES - UNA HISTORIA EN IDEAS", DE DAVID ARMITAGE.




Recién finalizada una primera lectura del libro de David Armitage "LAS GUERRAS CIVILES - UNA HISTORIA EN IDEAS" (obra que merece el gusto de leerse varias veces), me surgen algunas reflexiones iniciales, a saber: 
  • El carácter pasional de las guerras civiles hace que sus combatientes se sientan, como en ninguna otra guerra, el centro del universo. Aquello de pinta tu aldea y pintarás el mundo, puede parafrasearse como mata a tu hermano y matarás al mundo. Porque cuando una guerra civil se desata no hay nada, absolutamente nada, más allá del enemigo cercano que tenga alguna importancia. 
  • Si el concepto de Guerra Civil es tan controvertido como paradojal se debe, entre otras razones, a que ningún conflicto puede clasificarse correctamente como tal hasta que finaliza, y aún así será discutible. Ocurre que no hay definición desinteresada de la Guerra Civil, ni puede haberla. 
  • Siempre que se piensa en la Guerra Civil, por mucho que se excarbe en el pasado, hay una parte de la atención que se mantiene fija en el futuro. Cuando queremos esclarecer qué fue o qué es una guerra civil, en rigor de verdad nos estamos preguntando si ocurrirá próximamente. De hecho, siendo argentino, me lo pregunto repetidamente en estos días... 

Luego observo que Armitage y Corbat, en tanto autor y lector respectivamente, estamos a todo un océano de distancia. Y aunque la tecnología y las comunicaciones hagan de tanto mar un charco, son inevitables diferencias culturales y de enfoque. 

Así, la visión del Derecho no es la misma: Armitage, profesor en Harvard, cita a John Rawls y su Teoría de la Justicia, omitiendo -de modo incomprensible para este abogado sudamericano- a Hans Kelsen y la Teoría Pura del Derecho. Cuestión que no resulta menor al advertir que la noción de justicia se la atribuye cualquier bando para justificar sus acciones, por lo que a fin de esbozar un concepto puro de la Guerra Civil con consecuencias jurídicas deberían tomarse postulados metodológicos de la Teoría Pura del Derecho; quitando del medio la noción de Justicia. 

Desde este lado del mundo, donde la Guerra Fría fue caliente y todavía, al margen de mentiras útiles al lucrativo negocio de los derechos humanos como que fue un "genocidio", discutimos si fue guerra, civil, revolucionaria, contrarrevolucionaria, terrorista o sucia, recomendaría a Armitage ampliar su enfoque leyendo el Facundo, "Civilización y barbarie", de Domingo Faustino Sarmiento y "El crimen de la guerra" de Juan Bautista Alberdi. En especial leer a Alberdi le permitiría subsanar la omisión de la Guerra del Paraguay en que incurre al enumerar guerras que cita como "explosión de violencia de mediados del siglo XIX".

Editado por Alianza Editorial, recomiendo efusivamente a los lectores de La Pluma de la Derecha el libro de David Armitage "LAS GUERRAS CIVILES - UNA HISTORIA EN IDEAS". 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López



viernes, 4 de octubre de 2019

SI YO FUESE DE IZQUIERDA


Algunas mujeres quieren prohibir los concursos de belleza por las mismas razones que un flacucho como yo argumentaría contra las exhibiciones de fisicoculturismo... 

En ello radica la fealdad moral de la izquierda con la que -desde la mediocridad resentida- se pretende imponer la chatura de una igualdad matemática, artificial e inhumana. Porque el sentimiento que prima en el izquierdista es la envidia, y el único modo que se le ocurre para dominarlo es eliminar aquello a lo que envidia. 

Esa es la lógica de la izquierda, que lleva millones de muertos intentando la reingeniería para el "hombre nuevo", que a la postre no es tal sino una monstruosa mezcla de autómata y bestia. 

La igualdad para la Derecha es solamente la igualdad ante la ley, sin privilegios de casta, ni de ninguna clase. Una igualdad humana, que reconoce las diferencias al no ponerle un techo al potencial de cada quien. En esas diferencias a veces salimos beneficiados y a veces perjudicados; así es la vida.


Veamos un ejemplo: Si con mi casi metro noventa fuese de izquierda, me hubiese victimizado en el Carrefour aduciendo sentirme discriminado porque la tabla, para calcular por altura el rodado ideal de la bicicleta, terminaba en el rodado 26 que no contempla a los que medimos más de un metro ochenta.

Si yo fuera zurdo iniciaría una campaña para que un montón de progres se solidaricen conmigo y todos juntos nos encargaríamos de hacer que mi problema se convirtiera en un problema para todos. Algo que hacen todo el tiempo. 

Así, y porque nunca faltan legisladores dispuestos a ser generosos con la de los demás, obligaríamos a los comercios a tener rodados estrambóticos y a precios económicos, subsidiados por el Estado, para poder jactarnos de estar construyendo una sociedad inclusiva. 

Pero lejos de caer en ese desquicio, como soy de Derecha prefiero reírme; tomarme una foto para divertir a mis amigos y no joderle la existencia a nadie.

Cuando se es de Derecha la vida es más simple, para uno y los demás. 

La razón también es simple, no es cuestión de altura o belleza física sino de altura y belleza moral: la naturaleza y la Libertad nos hacen distintos, también nos hacen únicos. Y ciertamente, no se llega a la felicidad bajo la guía de la envidia. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, 
un liberal que no habla de economía. 

¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
Ariel Corbat