jueves, 27 de junio de 2019

SERIEDAD INSTITUCIONAL, ESA ENVIDIABLE CONSTANTE CHILENA


El marcado contraste institucional entre Chile y Argentina se vio bien reflejado en los respectivos traspasos de mando presidenciales de 2013 y 2015. 

Los chilenos, mostraron orgullosamente al mundo su condición de país civilizado cuando el entonces Presidente Sebastián Piñera llamó a la Presidente electa Michelle Bachelet generándose un diálogo admirable, que no podía más que infundir tranquilidad y certeza sobre el futuro de Chile. 

Todo lo contrario de lo acaecido en Argentina cuando Cristina Fernández, admiradora de Fidel Castro y su tiranía, se negó a participar de la ceremonia del traspaso de los atributos presidenciales a Mauricio Macri, despreciando por completo la voluntad democrática de las urnas y a las instituciones republicanas; lo que no hizo más que consolidar esa constante incertidumbre en la que vivimos los argentinos. 

Siendo parte de una generación que, marcada por el conflicto del Beagle y la posterior Guerra de Malvinas, consideró enemigos a los chilenos, asumir que la seriedad institucional de Chile es un ejemplo a seguir ha sido para mí una enseñanza dura. 

Sería una obstinación estúpida no reconocerlo: Son desde hace décadas un país más serio que nosotros. Supieron tener una salida ordenada del gobierno militar y sostener políticas de Estado. Así, además de continuidades económicas básicas, a ningún político chileno en el poder se le cruzó por la cabeza desmantelar sus Fuerzas Armadas; imbecilidad que Alfonsín y Caputo iniciaron en la Argentina.  Y que el miserable de Caputo reivindicó como un acierto hasta el último de sus días...

Comandos del Ejército Argentino participando de la
Competencia Fuerzas Comando, Chile 2019.
Hoy Chile es un país que provee a su propia Defensa adquiriendo elementos modernos, mientras nosotros hemos perdido capacidades en forma trágica, al punto de contentarnos con recibir rezagos militares, ya no del primero sino del tercer mundo.

Este año Chile ha sido sede de la 15ª edición de la Competencia Fuerzas Comando, que anualmente organiza el Comando Sur de los Estados Unidos (USSOUTHCOM) y que, por décima vez, ganó el aplicadísimo equipo de Colombia. Y aquí también surgen elementos para apreciar la fortaleza institucional chilena. 

En el desarrollo de la competencia, el equipo chileno, prácticamente tuvo agarrado por la sombra al equipo de Colombia, llegando a estar a una distancia mínima de cinco puntos. Y ahí, cuando un simple error acarreando una penalidad podía significar el batacazo chileno, se pudo apreciar la concentración que hace del 10 veces campeón un relojito de precisión, porque inmunes a la presión volvieron a despegarse en las últimas pruebas.

Por primera vez. Argentina envió a la competencia comandos del Ejército Argentino, quienes finalizaron en el puesto 14º (entre 19). En ediciones anteriores nuestro país fue representada por el Escuadrón Alacrán de Gendarmería Nacional, que cerró su participación en Panamá 2018 en el 10º lugar (entre 17). 

Resultados finales de la Competencia Fuerzas Comando
Chile 2019.

En 2016, compitiendo en Perú, donde también ganó Colombia, Argentina y Chile compartieron el 7º puesto. La referencia es útil para entender que no hay nada casual en el notable desempeño del equipo chileno como local, obedece a la seriedad con que se preparó para el evento, a la manera colombiana: competidores con experiencia, tiempo, adquisición de armamento, disponibilidad de munición, elementos de práctica y el apoyo del Comité Olímpico de Chile con psicólogo deportivo y kinesiólogo incluidos. 

Si bien es cierto que difiere de un país a otro la relevancia que se le otorga a la participación en la competencia, también es necesario ver en ella indicadores de fortaleza institucional.  Así, por ejemplo, Colombia valora mucho el desempeño de su equipo, al punto de interesar directamente al Presidente de la Nación, y sostiene el empeño a través del tiempo. En otros países el interés es menor, y en algunos casos meramente protocolar.

Una competencia es sólo una competencia, por lo que la idea de tener un equipo dedicado exclusivamente a ella puede ser objetada como una deformación de la misión institucional. Considero un criterio válido que el equipo se presente con la preparación de rutina, la misma que le sirve para cumplir cotidianamente con sus deberes. 

Pero algo es indudable: si bien una competencia sólo es una competencia, tener en claro el sentido específico de la función hace al orgullo institucional, y cuando eso se pierde se valora más un evento de cocina que uno militar. 



Argentina tiene que empezar a valorar, en todos los órdenes, el pensar y actuar con sentido institucional.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López.

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