La realidad argentina es demasiado compleja, además de muy poco complaciente con las buenas intenciones, como para ser abordada desde el gobierno con criterios simplistas. Pretender reducir la solución a problemas de toda índole, acumulados por décadas, implementando solamente una mejor gestión es miopía política. Esa alienación o escape hacia el confort de la virtualidad, puede acarrear consecuencias desastrosas; porque la trascendencia que el gobierno supone en cada ladrillo bien colocado, resulta exagerada frente a la inercia de confusión moral que no ha sabido, ni querido, remover de la sociedad.
Un posteo en su muro de Facebook es la mejor demostración de Mauricio Macri como un ingeniero que, lejos de ser un estadista o un político hábil, sostiene una visión limitada de la política y rebaja la función presidencial a la gestión de obras.
Publicado en Facebook por Mauricio Macri el 01JUN19. |
Desde ya que son necesarias las obras, pero con eso no alcanza. Por definición no alcanza, y mucho menos en el contexto de país subvertido como el que dejó el régimen kirchnerista: dañado en sus instituciones y degradado en su cultura hasta la merma intelectual.
CAMBIEMOS capitalizó la sana reacción republicana frente al proyecto totalitario de corrupción estructural de la "Cristina eterna", pero una vez en el gobierno no supo interpretar que se le reclamaba como prioridad alcanzar y defender el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional.
Esa era el sentido del cambio, y su requisito ineludible para ser alcanzado era la confrontación cultural que, por la cobardía del "no se puede porque vuelven", se prefirió eludir. Así se redujo el cambio a mejorar la gestión, y las consecuencias políticas de esa tibieza imperdonable están en las encuestas electorales: los que echamos en 2015 tienen chances de volver.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todo comentario es bienvenido siempre que exprese ideas en forma educada.