miércoles, 28 de febrero de 2018

SIN TON NI SON



SIN TON NI SON


Me aburrió, de muerte me aburrió,
la sarasa y firulete sin razón
que a la hueca necedad de nublazón
se apropió de "la verdad", de otra "verdad",
sin ton ni son.

Me aburrió, de muerte me aburrió,
la "verdad" monologada sin dudar,
tanto insulto arrojado sin pensar,
y que esto siga y siga igual, sin cambiar,
sin ton ni son.

Me aburrió, de muerte me aburrió
que soñarte sea sufrirte, país.
La calesita en la plaza era así,
pero ya, dar vueltas se volvió infeliz;
sin ton ni son.

Me aburrió, de muerte me aburrió.
Era tiempo de descuento y acabó
el reloj ya da la hora del adiós,
me voy, llevando al silencio esta pasión,
sin ton ni son.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.

sábado, 24 de febrero de 2018

UNA PARÁBOLA DE MALVINAS



Hoy es 24 de Febrero. Aniversario del nacimiento de Roberto "Toto" Estévez, uno de los héroes (en el sentido más restrictivo de la palabra "héroe") de la Guerra de Malvinas. Un tipo especial, sin ninguna duda.

Para algunos, entre los que me incluyo, es una fecha de reflexión. Roberto Estévez murió en Malvinas, combatiendo con fiereza y al mismo tiempo cuidando de sus soldados con un amor sublime. 


Ciertamente, como alguna vez me hizo notar otro héroe de Malvinas, (y vuelvo a decir "héroe" en el sentido más restrictivo del término), nuestro país luego de la guerra se ha fagocitado, y lo sigue haciendo con una crueldad infame, a tipos de la misma buena materia que Estévez. Y esa es fuente principal de las reflexiones que surgen en este día como un imperativo de conciencia, a partir del evidente y pronunciado deterioro de las instituciones militares en un contexto de pérdida de identidad nacional.

La Patria como valor se ha degradado en términos de aceptación social y factor de unión, esa es la razón moral del estado de indefensión que desde hace años ostenta la República Argentina. Porque lo material se sustenta en cosas inmateriales.

Al esplendor alcanzado por la Generación del 80, lo precedió el entendimiento de la Patria como algo tan trascendente que, como dijera el Capitán Domingo Fidel Sarmiento, morir por ella es vivir por siempre. Los hombres de la generación del 80 fueron los jóvenes que combatieron en la Guerra del Paraguay, soldados profesionales como Julio Argentino Roca, soldados voluntarios como Leandro Alem, unidos por la misma convicción patriótica sintetizada por el bravo Martín Viñales que, tras ser herido en Curupaytí, dijo al saber que le amputarían un brazo: “Poca cosa, la Patria merece más”. Hicieron un gran país; y las odiosas comparaciones me ahorran largos párrafos.

La deformación cultural de la Argentina hizo que muchos crean que la Patria es una ventanilla del Estado que debe dar todo sin recibir nada a cambio. Desde el retorno a la democracia tuvimos un Alfonsín, dos Menem, un De La Rúa, un Rodríguez Saa entre otra fugacidades, un Duhalde, un Kirchner, dos Fernández y un Macri. Ningún John Fitzgerald Kennedy que interpelara a los argentinos como aquel a los estadounidenses: "Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país" (20 Enero 1961, discurso de asunción presidencial).

Malvinas fue lo más cercano a ese sentimiento que los de mi generación, una generación de arena, pudo experimentar. Malvinas, que nos dejó algunas enseñanzas y otras heridas abiertas por la poca capacidad para sacar provecho de esas mismas enseñanzas. La primera de las disposiciones transitorias de la Constitución Nacional, incorporadas por la lamentable reforma de 1994, declama: 
La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional.
La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Es una declamación sin respaldo de "fierros", al punto que el poder militar de la Argentina no califica ni como mera amenaza para la fuerza de usurpación británica en las islas. 

Esa imposibilidad de recurrir a la vía armada obliga a depositar toda esperanza en la diplomacia, pero sabiendo que las palabras son tan contundentes o vacías como poderosos los cañones que las respalden, para que la reclamación argentina pueda tener alguna posibilidad de éxito, se requiere definir una estrategia que se instrumente sin fallas como política de Estado. 

La audacia del débil, para no caer en el ridículo, debe demostrar una solidez argumental monolítica y una coherencia de ejecución extrema, desde que ningún error será compensado por la fuerza. 

Entonces hay que llamar la atención del gobierno sobre el modo en que sus funcionarios informan cuestiones vinculadas al conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas. 

Recientemente, Prefectura Naval Argentina informó que el guardacostas GC24 Mantilla detectó un buque pesquero potero sin identificación pescando dentro de la zona económica exclusiva argentina que, resistiéndose a ser inspeccionado emprendió la huida hacia la denominada Zona Externa de Conservación (Falkland Islands Outer Conservation Zone, FOCZ) impuesta unilateralmente por Gran Bretaña en 1990. En esas circunstancias, "luego de casi ocho horas de intensa persecución con malas condiciones meteorológicas y debido a la posición y trayectoria del buque infractor y del guardacostas, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación ordenó interrumpir el seguimiento".

Sobre esos hechos, la ministro de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, mostrando la peor faceta del voluntarismo que es su irrefrenable afán de figuración, posteó en twitter lo siguiente, que parece escrito por un kelper y no por un ministro argentino: 

"Un barco chino pesca ilegalmente en aguas argentinas. Cuando la @PrefecturaNaval le da la voz de alto se da a la fuga. Se acercan otros barcos de la misma compañía que intentan rodear y chocar al buque Mantilla de la Prefectura, quien los termina corriendo del territorio nacional". 




El post de la ministro Bullrich es sucedáneo de un parte informativo que le da contexto. Argentina no ha renunciado a su soberanía sobre Malvinas, al punto que nuestra Constitución establece como objetivo nacional recuperar el ejercicio fáctico de esa soberanía. Por ende, nuestros funcionarios deben medir sus palabras. El territorio nacional argentino continúa más allá de la zona de exclusión impuesta unilateralmente por el invasor.

Para Patricia Bullrich, conforme con una política de seguridad efectista centrada en la mera reacción y contención, preocupada exclusivamente por mostrar resultados inmediatos, una persecución terminada en fuga no iba a tono con la "espectacularidad" de su gestión, tenía que darle un matiz de triunfo y no se le ocurrió mejor idea que inventarse uno: correr al pesquero del "territorio nacional"...

El problema es que el territorio nacional es bastante más grande que el alcance de su visión. Conforme nuestra Constitución Nacional, en la disposición ut supra transcrita, claramente el pesquero chino no fue corrido "del territorio nacional" por el guardacostas de la Prefectura, ya que nunca cruzó un límite que sea legalmente reconocido tal por la República Argentina. 

Era cuidadosa la información brindada por la Prefectura, indicando como causa de finalizar la persecución cuestiones meteorológicas y la decisión de Cancillería, que tal vez haya asesorado también en la redacción del informe. La ministro, sin ninguna necesidad, hizo un agregado absurdo que, además de volver a desconocer, como tantas veces, la importancia de discernir qué debe informarse y qué no, demuestra la poca prioridad que siendo funcionaria de gobierno le confiere a la cuestión Malvinas en desconocimiento de la Constitución Nacional.  


Se entenderá entonces, en esta suerte de parábola, porque la Argentina luego de Malvinas se fagocita sin asco a tantos buenos patriotas de la clase de Roberto Estévez. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.






viernes, 23 de febrero de 2018

JORGE MACRI Y HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA EN VICENTE LÓPEZ


Juan Pablo Arenaza, Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta

Se realizó hoy en Vicente López una reunión de Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta con vecinos, para tratar cuestiones de seguridad y metrobús. El evento tuvo lugar en el Centro de Adultos Mayores de Juan Cruz 225 (detrás de Carrefour) y ofició como moderardor un funcionario porteño: Juan Pablo Arenaza, Subsecretario de Vinculación Ciudadana del Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Aunque estaba anunciado a las 08:15 hs dio inicio cerca de las 09:00 hs, con Jorge Macri anunciando que Rodríguez Larreta estaba demorado y que él debía retirarse temprano porque a las 10:00 estarían enterrando a una prima suya, de apellido Calcaterra.

Al llegar Rodríguez Larreta justificó su tardanza diciendo que se debía al "kilombo" de las narcovalijas de la Embajada Rusa, caso que habiendo "explotado" ayer le demandó dedicar la mañana a la exoneración del policía de la Ciudad involucrado. 

Fue una reunión poco interesante. Ninguno de los vecinos que pidieron hacer uso de la palabra planteó algo que pudiera considerarse novedoso o punzante. Y las respuestas fueron de manual.

Lo único llamativo fue la poca tolerancia que aflora en cuanto alguien manifiesta una opinión discordante, lo que tuvo su pico cuando una vecina, en su turno como oradora, expuso entender que la Ciudad de Buenos Aires tomaba indebida intervención en asuntos de Vicente López, usando como ejemplo de ello que el metrobús se impuso sin consultar a los vecinos del Municipio. Fue reiteradamente interrumpida y debo decir que me desagradan mucho esas faltas de civismo. Se puede estar o no de acuerdo con lo que decía, pero se expresaba respetuosamente y esas reuniones se convocan para hablar libremente. Que Jorge Macri la calificara de "activista" conocida me molestó, él estaba ahí para contestar no para calificar.

En fin, inercia de la política de odio del régimen kirchnerista que redujo el pensamiento a la primitiva categoría de amigo/enemigo. Ya cambiaremos. O no.

Cuando Jorge Macri se fue al cementerio, Horacio Rodríguez Larreta quedó al frente de la reunión de vecinos; en Vicente López.

Arenaza seguía oficiando de moderador, o algo así.

Viendo a los dos porteños que protagonizaban la reunión recordé una foto humorística que publiqué tiempo atrás, respondiendo a la publicidad del Banco Ciudad, con la leyenda "OLIVOS NO ES UN BARRIO PORTEÑO". Sonreí.



Me fui. No había nada más que escuchar ahí.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

domingo, 11 de febrero de 2018

SEGURIDAD EN ARGENTINA, LA DEMAGOGIA DEL ESPASMO




En la República Argentina no hay periodismo especializado en seguridad pública. Una pena, porque sobre algunos temas prefiero leer a publicar. 

Durante el régimen kirchnerista las políticas de Defensa y Seguridad tuvieron un denominador común: el odio visceral a los uniformados. 

Como evidencia basta mencionar que Nilda Garré ocupó el Ministerio de Defensa desde el 2005 hasta el 2010 y luego el Ministerio de Seguridad hasta el 2013. Su contribución a la indefensión e inseguridad de la Argentina hizo eje en desmoralizar el elemento humano de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas de Seguridad respectivamente, al punto de lograr un inédito alzamiento de gendarmes y prefectos. El resto de los monigotes ministeriales como Agustín Rossi, Arturo Puricelli y María Cecila Rodríguez completaron la faena. 

El proyecto de corrupción estructural impulsado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, un totalitarismo inspirado en Laclau, requería sostener fracturada por antagonismos irracionales a la sociedad; lo que lograron empantanando al país en los rencores de la Guerra Antisubversiva. Todo lo que llevaba uniforme fue tratado como resabio de la vieja dictadura, vilipendiado y sometido a escarnio público. De esa degradación no se salvaron ni siquiera los agentes del Servicio Penitenciario, obligados a tolerar las murgas del "Vatayón Militante". 

Mientras saqueaban con "exhtasis nestoriano" toda caja que podían asaltar, revivían para la gilada y en modo de farsa prolongada la triste, pero al menos corta, revancha que se dieron en el 73 bajo esa desgracia de dos meses que fue el gobierno de Cámpora. 

A su caída en las urnas, el régimen kirchnerista dejó las Fuerzas Armadas reducidas a la inoperancia, las Fuerzas de Seguridad carentes de proactividad institucional y el Sistema de Inteligencia Nacional literalmente colapsado. Un país en el que Aníbal Fernández pudiera cancherear, con la soberbia de creerse dueño del destino de los argentinos, era incompatible con la profesionalidad en las instituciones del Estado.

La postal del mamarracho en materia de Investigaciones y Seguridad la dio la muerte del Fiscal Alberto Nisman, con gente como el Secretario de Seguridad Sergio Berni quien no tenía nada que hacer dentro de un departamento objeto de pericias.  

Sergio Berni (círculo) en el departamento de Nisman.

Es importante comprender lo que en materia de Seguridad recibió el gobierno de CAMBIEMOS, para analizar objetivamente la gestión de Patricia Bullrich. 

Comparada con sus antecesores lo de Bullrich es notablemente bueno, ha sabido cambiar el trato y la consideración hacia las Fuerzas de Seguridad, permitiendo el desarrollo profesional e incluyendo una cierta mejora en los haberes de quienes, para Cristina Fernández, no eran más que mano de obra barata por seguir una vocación de servicio. Bullrich, además, ha dado muestras de estar dispuesta a respaldar  las FF.SS. y bancar la presión como muy pocos políticos lo hubieran hecho

Esa reversión del maltrato levantó las restricciones que las Fuerzas de Seguridad tenían y/o sentían tener para actuar de motu propio, proactivamente, en el ámbito de sus incumbencias profesionales. Respondieron muy bien a ese estímulo, que por otra parte (me consta) estaban esperando con la angustia de quien cuestiona su utilidad mientras ve deteriorarse a su institución. 

Y los resultados positivos quedan a la vista gracias a los incansables tweets de la ministro dando cuenta de detenciones, decomisos que, en el afán de publicitar logros, terminan siendo también un instructivo para que los delincuentes sepan más de lo conveniente...  

Lo que no se aprecia en la gestión de CAMBIEMOS personalizada por Bullrich es un plan de seguridad. No tener plan es, decididamente, un error estratégico; y los errores estratégicos no se corrigen con aciertos tácticos. Un slogan de campaña electoral, como "Argentina sin narcotráfico", puede enunciar un objetivo de gestión; pero para realmente ser una meta a alcanzar necesita de un plan. 

Dejar que las fuerzas hagan, aunque se las aliente y respalde, no constituye un plan. Y para poder planificar, inexorablemente, se precisa contar con Inteligencia. Lo grave es que aunque el Ministerio de Seguridad contiene a la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC), inexplicablemente Patricia Bullrich la mantiene acéfala desde el comienzo de su gestión. Un conductor que no utiliza y optimiza todos los recursos a su alcance, sencillamente no es un conductor.

Así las cosas, lo que en mera contraposición al kirchnerismo es de apariencia brillante, puesto en un contexto de racionalidad es una gestión de claroscuros; con tendencia a estabilizarse como mediocre en la medida que, por el transcurso del tiempo, se aleje el recuerdo del lamentable punto de inicio. 

La promocionada acción antidrogas es meramente reactiva y de contención, por lo que la falta de Inteligencia Criminal impide analizar el aluvión de drogas que se evidencia en el aumento de las cantidades de estupefacientes secuestradas, de tal modo que se celebra lo que en realidad es alarmante. Punto en el que no me voy a extender porque hay cosas que no deben hacerse públicas. 

La ausencia de un plan maestro de seguridad se refleja también en la ausencia de planes especiales, como los que deberían guiar la intervención de fuerzas federales en territorios provinciales. Un operativo de esas características que no contemple como objetivo que la policía provincial retome el control territorial termina siendo un parche que acarrea más problemas y ninguna solución. 

Cuando no hay Inteligencia apoyando al decisor prima la voluntad sin método y el desorden que representa hacer y deshacer. Señal de ello es que la heredada estructura burocrática del Ministerio de Seguridad no refleja coherencia funcional para llevar adelante ningún Plan de Seguridad Nacional, pero en lugar de plantearse una reformulación general que le diera impronta agresiva en pos de la funcionalidad, se opta por el parche y el remiendo. 

Sirve de ejemplo la creación de la Secretaría de Fronteras a través del Decreto 15/2016. La iniciativa  atribuía importancia a las zonas de frontera, principalmente en la lucha contra el narcotráfico. Luego, la aparición pública del conflicto RAM a través del Caso Maldonado vino a ratificar la consideración especial que merece el cuidado integral de la frontera frente a grupos violentos y secesionistas.  Pero en lugar de consolidar esa Secretaría, creada por un Decreto del Presidente Macri, cuando las problemáticas trasnacionales apuntalaban la necesidad de una mayor atención se decide desjerarquizarla para bajarla al rango de Subsecretaría. 

Patricia Bullrich y Luis Green

Esa decisión provocó la renuncia del Secretario de Fronteras, Luis Green, por considerarla un "error político de gravedad". Debo decir que la renuncia de Green es un bello gesto. Los funcionarios deben ser de convicciones serenas y renuncias nerviosas. Dos requisitos indispensables para obrar con lealtad. Alguien podrá decir que elogio a Green por elogiar mi propia renuncia, vale, pero alrededor de Patricia Bullrich hay algunos obsecuentes que, con tal de seguir en sus cargos, le palmearían la espalda al borde de un precipicio.

Todavía pesa en la sociedad argentina la inercia de la lógica amigo/enemigo instalada por el kirchnerismo. Esa afectación de la racionalidad nos hace presa fácil de la demagogia del espasmo y los consejos del encuestador;  por lo que un día la Gendarmería impone autoridad en las calles y al siguiente se deja que la Policía de la Ciudad sea lapidada durante horas en inmediaciones del Congreso.  En un país que perdió la escala de grises, toda discusión corre el riesgo de plantearse en término de blanco o negro. Así el policía Chocobar es visto como héroe o asesino, cuando posiblemente no es ninguna de las dos cosas. Perdura el fanatismo; impermeable al sentido constructivo de la observación crítica y que de no estallar en insultos se contenta con la ignorancia. 

Por ello aclaro: integro CAMBIEMOS desde Unión Por la Libertad (UPL), pensando pues en lo que resta para completar el mandato del Presidente Macri, el gobierno debería advertir que la enorme y combativa voluntad de la ministro Bullrich no alcanza a cubrir sus deficiencias técnicas y que la táctica no puede solucionar los errores de la estrategia; mucho menos su ausencia. 

Sin estrategia, sin plan propio, pareciera que el viaje de la Ministro Bullrich a los Estados Unidos, en compañía del Secretario de Seguridad Interior Gerardo Milman (a cargo de la DNIC), del Director Nacional de Cooperacion Regional e Internacional Gastón Schulmeister y del agente del FBI Paul Brighman, tiene por objetivo no tanto una sana y necesaria cooperación como dejar que otros piensen y, por ende, decidan por nosotros. 

Schulmeister, Bullrich, Brighman y Milman

Algunos, extrapolando experiencias de negocios, creen que la Seguridad, la Defensa y la Inteligencia del país se pueden mejorar adquiriendo una franquicia. El problema, para decirlo jocosamente, es que Mc Donalds les va a enseñar cómo hacer un Big Mac, pero no sabe de Choripán. Y el chimichurri, al igual que la pólvora, ya está inventado hace mucho tiempo...

Anunciar que la ministro Bullrich trae de Estados Unidos el compromiso de crear pronto una “task force” contra el crimen internacional y el narcotráfico para el Noreste argentino, con participación de analistas de inteligencia de la DEA, mientras se desjerarquiza la Secretaría de Fronteras y la DNIC sigue acéfala, es, por lo menos, desprolijo. Muy, pero muy, desprolijo.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López



lunes, 5 de febrero de 2018

CUIDAR AL PRESIDENTE




Joe Wolek debió caminar tranquilo por el muy porteño barrio de La Boca. Creería que, por tratarse de un tradicional paseo turístico, su seguridad e integridad física estaba garantizada por la Ciudad de Buenos Aires.

El típico turista no tenía porque saber que el Tango, con su proverbial sabiduría, registra en la letra de "El Conventillo" la peligrosidad del barrio y sus conciertos de cuchillos en la calle Olavarría. Hernán Cucuza Castiello en sus triunfales veladas de El Faro, sabe darle su propia impronta a lo que antaño cantaba Edmundo Rivero para advertir que el cuchillo no siempre necesita motivo: 

Yo nací en un conventillo
de la calle Olavarría,
y me acunó la armonía
de un concierto de cuchillos.
Viejos patios de ladrillos
donde quedaron grabadas
sensacionales payadas
y, al final del contrapunto,
amasijaban a un punto
p’amenizar la velada.

Al gringo lo asaltaron dos sujetos. Uno de ellos, de 18 años, Pablo Kukoc, sin la prosapia, la elegancia, ni el destino poético de aquellos guapos que pudieron, alguna vez, pisar esa misma esquina de Garibaldi y Olavarría. Tan poca pasta de malevo tenía el delincuente que, ante la resistencia de Wolek a resignar sus pertenencias, reaccionó con el filo acero al modo de una mujerzuela histérica. Diez puñaladas y ninguna certera. Ni técnica ni pulso firme, sólo histeria. Tan poca cosa que llegando al corazón no mató. Ningún compadrito de fiyingo en el chaleco podría sentir más que desprecio por ratero de tan baja estofa.

El drama de escenario tanguero se volvió fatal porque mientras que el gringo se desangraba el ratero se dio a la fuga corriendo y perseguido por Luis Chocobar; un policía de Avellaneda que andaba por allí vestido de civil. Los policías no corren a los criminales por deporte: intentan detenerlos. La autoridad del Estado, como tenedor del monopolio de la violencia, depende en buena medida del dominio efectivo de las calles. El ladrón que huye debe ser detenido, por lo que dispararle para que se detenga es una opción válida antes que dejarlo escapar. Así lo hizo Chocobar y Kukoc cayó herido.

Quiso el destino que fuera una de esas pocas veces en que el delincuente muere y la víctima salva su vida. De haber muerto el turista y escapado el delincuente no habría motivo de indignación para nadie, mucho menos para la prensa, pero en Argentina, donde tuvimos como Juez de Corte Suprema a Eugenio Zaffaron matar al delincuente es gravísimo, casi tanto como haber matado terroristas...

Desde luego este blog se solidariza con el Policía.

Ahora bien. Emocionalmente me agrada (y mucho) que el Presidente de la Nación haya recibido a Luis Chocobar en la Casa Rosada, pero profesionalmente esa exposición de Mauricio Macri es algo que nunca debió ocurrir. Aún queriéndolo el Presidente. No debieron permitirlo ni Gustavo Arribas, como jefe de la AFI, ni Patricia Bullrich, como ministro de Seguridad de la Nación. Y por cierto, no entender la diferencia entre obsecuencia y lealtad, o entre servir y durar, es sumamente peligroso: los funcionarios no son leales diciendo a todo que sí, en ocasiones la lealtad es decir no y servir es poner la renuncia sobre la  mesa.

Si un hecho que sucedió en Capital Federal con intervención de un miembro de la Policía de Avellenada requiere que el Presidente Macri se aboque al mismo, de un modo en que no lo hacen Horacio Rodríguez Larreta ni María Eugenia Vidal, queda en evidencia un problema político; una sensible fractura al interior del gobierno a la hora de cambiar paradigmas culturales. 

Aun dentro de un mismo partido, la relación entre Presidente y gobernadores reconoce tensiones que impiden un alineamiento automático, lo que en cierta medida es saludable que así sea, porque mal que nos pese a los unitarios Argentina declara ser un país federal. Distinto es el juego al interior del gabinete de ministros del Presidente. Muy distinto.

Son muchas y sobradamente fundadas las críticas que Patricia Bullrich merece por encarnar una política de seguridad voluntariosa y efectista; cuya principal falencia es que carece por completo de Inteligencia y por ende de plan. No obstante, hasta ahora parecía venir entendiendo bien algo que todo ministro debe comprender: su rol de fusible. Era ella la que parada en la línea de fuego, acaso por su personalismo, confrontaba cuidando que el Presidente no quedara a tiro; pero llevar a Chocobar a la Casa Rosada fue dejar sin paragolpes a Macri y a Bullrich sin uno de sus principales méritos. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López



viernes, 2 de febrero de 2018

NIÑOS ARGENTINOS, BLANCO DE LA AGRESIÓN CASTRISTA



La tiranía castrista y el uso infame de la figura de Martí.

El representante de la tiranía castrista en Buenos Aires, Orestes Pérez, demuestra que es un objetivo del gobierno cubano adoctrinar niños argentinos con ideas comunistas. 

La línea de intromisión en asuntos internos del país por parte de la Embajada de Cuba que hemos visto a través de la “Propuesta Tatú”, se observa en el “Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional” impulsado por la dictadura cubana. De allí se desprenden las llamadas “Cátedras Martianas”, concebidas para incentivar el estudio de la obra de Martí, “que ayuda a comprender las raíces de los actuales procesos revolucionarios y progresistas que se gestan en Nuestra América”, según explica Héctor Hernández Pardo, subdirector General de la Oficina del Programa Martiano de Cuba.

Cuadra remarcar que la dictadura castrista, como parte de la falsificación de la historia en la que incurre todo régimen totalitario, hace un uso tendencioso de la figura del poeta José Martí (1853-1895); tergiversando las ideas de quien fue un patriota cubano que nunca pronunció ni escribió una sola palabra a favor de la opresión comunista. 


Consecuentemente, el embajador cubano promueve la realización de la Primera Jornada de la Red Nacional de Cátedras Martianas “Hacia la IV Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo”, que tendrá lugar el 23MAY18 en el Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”, Av. Corrientes 1543, CABA. Evento que, se aclara expresamente, los organizadores consideran: “apto para niños”.

"Apto para niños" - adoctrinamiento para futuros "revolucionarios"

Es claro que Cuba nunca renunció a su pretensión de exportar, por cualquier vía su fracasada “revolución”, esa que hizo de los jabones una propina apreciada por los cubanos. Es claro, también, que el embajador Orestes Pérez no actúa de motu propio sino siguiendo directivas de La Habana, donde los planes de colonización cultural son trazados con participación del área exterior de su servicio de Inteligencia y contemplan largos años como plazo de ejecución, al modo soviético.

Argentina ha sido siempre un objetivo de dominación codiciado por la dictadura castrista. Cuando el intento armado de conquista a través del ERP y Montoneros fracasó, todo el empeño colonizador se volcó a la cultura. Si hoy el embajador cubano muestra impunemente el interés de la tiranía por adoctrinar niños argentinos, es porque viene cebado de inercia desde que el régimen kirchnerista, con Teresa Parodi como ministro de Cultura, le entregó la soberanía cultural argentina. El acto tuvo todos los condimentos de una claudicación lisa y llana, encubierta bajo la firma del acta protocolar de la carta de intención para el “hermanamiento” de La Casa de Las Américas con el Centro Cultural Kirchner en Octubre de 2015.
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Orestes Pérez, Teresa Parodi, Maite Hernández Lorenzo,
la claudicación cultural de la Argentina ante la tiranía.

En estos días la agrupación de abogados Bloque Constitucional denunció ante Cancillería la intromisión de las embajadas de Cuba y Venezuela en asuntos internos de la Argentina a través de la “Propuesta Tatú”, solicitando romper relaciones diplomáticas hasta que recuperen la condición de países democráticos. 

Algún escéptico dirá que exagero, los progres dirán que no es para tanto, algunos funcionarios querrán evitar problemas, y si pudieran leer mis labios en este momento verían que estoy repitiendo: 

¡Es la cultura, imbéciles!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López