Sergio Berensztein sostiene, con razón, que "la Argentina no resolvió la cuestión de los servicios de inteligencia". Suscribo plenamente. Pero, en realidad, Argentina no ha resuelto esa ni ninguna otra cuestión porque el nuestro es un país en el que, lamentablemente, las cuestiones no se resuelven.
Argentina nunca quiso escuchar el llamado de Ortega y Gasset. En lugar de ir por las cosas, de resolver los temas, nos hemos especializado en desarrollar lo que Rafael Bielsa llama "aptitud para las reyertas de chiruzas de barrio".
La dolorosa frase de Bielsa alude a un país que desperdició su potencialidad a cambio de nada, acaso empantanado en la confusión desde que Don Bartolomé Mitre dijera aquello de "cuando todo el mundo está equivocado todo el mundo tiene razón". Algunas veces, el grado absurdo de las discusiones argentinas, con la mentira entronizada como símbolo en el lugar de la verdad, me hace sospechar que no somos ya una Nación y hasta temer que no seamos tampoco un país, que a lo mejor ni siquiera estemos en un mundo de entidad real, sino en la fantasía de algún escritor como Jonathan Swift. Quizá Gulliver camina entre nosotros, desconcertado por la envejecida joven promesa de una República derrochada en nombre de la nada...
Sin embargo, pienso luego existo; aquí estamos. Sosteniendo convicciones republicanas por no ceder a la tentación de ser simplemente animales de fango. Lo dije antes con pretensiones poéticas, si a mí Patria se la ha llevado el viento, sigo aquí, emboscado, para robar al viento. Y no soy el único.
Ir por las cosas es enfrentarlas. Esforzarse por vivir como se piensa, para no terminar pensando como se vive. Los que somos republicanos obramos con sentido republicano fortaleciendo la cultura institucional, en este contexto estamos obligados a pelear, porque cada uno tiene que librar las peleas que le tocan. No como chiruzas de barrio, que discuten por la discusión misma queriendo que nada cambie, sino a través de los resortes institucionales que derivan de la Constitución Nacional y para que funcionen realmente como tales. Si cada quien cumple el rol institucional que la ley le asigna, seguramente vamos a empezar a ser un país distinto del que chapotea en el barro.
Con ese sentido, plenamente convencido que hay que resolver la cuestión de los servicios de Inteligencia, porque la República necesita fundamentar sus decisiones de Estado, he realizado la siguiente presentación:
Buenos Aires, 21 de Marzo de 2017.-
Senador Nacional
Juan Carlos Marino:
Me dirijo a Ud. en su carácter de Presidente de la Comisión
Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia.
La
Ley 25.520 confiere a la Comisión Bicameral que Ud. preside el deber de
supervisar el funcionamiento de los organismos que integran el Sistema de
Inteligencia Nacional, con amplias facultades para controlar e investigar de
oficio, estableciendo que el control parlamentario abarca la consideración,
análisis y evaluación de la ejecución del Plan de Inteligencia Nacional. El
objeto que da razón de ser a la Comisión Bicameral no es solamente un mero control
formal de legalidad, sino de funcionamiento.
En
ese entendimiento de lo institucional, vengo a poner en conocimiento de la
Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia
el estado de inoperancia que presenta la Dirección Nacional de Inteligencia
Criminal, responsabilidad del Subsecretario de Investigación del Delito
Organizado y Complejo Juan Patricio Furlong, quien conserva la firma de
Director Nacional de Inteligencia Criminal.
A
tal fin acompaño en sobre cerrado copia de la nota que el 06MAR17 elevé a la
Ministro de Seguridad de Nación Patricia Bullrich, en la cual le ofrecí mi renuncia
manifestando irreconciliables diferencias con el Subsecretario Furlong.
Consecuentemente, el 13 de Marzo la Ministro Bullrich firmó mi "baja por
no confirmación de planta permanente". Aceptación implícita de la renuncia
que hubiese preferido fuera explicita, porque con ese paso de salida neutra y
burocrática se pretende ignorar la cuestión planteada.
El
06 de Enero de 2016 la página web del Ministerio de Seguridad de la Nación
hacía pública mi participación en la Dirección Nacional de Inteligencia
Criminal. Erróneamente se me presentaba como Director Nacional, cargo que,
deseo aclarar, nunca desempeñé.
Asimismo,
es menester subrayar que el estado de inoperancia que presenta la Dirección
Nacional de Inteligencia Criminal bajo responsabilidad de Furlong dista mucho
de ser un secreto de Estado. Por caso, a la noche del mismo día en que presenté
mi renuncia, la Diputada Nacional Elisa Carrió, siendo entrevistada en TN
CENTRAL por Nicolás Wiñazki y Luciana Geuna, ante una pregunta sobre los servicios
de Inteligencia, respondió:
- Hoy no hay SIDE tampoco. No hay nada. No
hay nada. Primero no hay Inteligencia Criminal, porque la Inteligencia Criminal
está a cargo de Furlong. Persona más sospechada que Furlong para Inteligencia
Criminal... Y no estoy imputando con esto a Patricia Bullrich.
Y
agregó luego respecto a Furlong:
- Es un socio de Burzaco, pero que obviamente
de Inteligencia Criminal no hace nada.
"No
hace nada", dijo la Diputada Carrió. "Funcionario de la nada",
había escrito yo. Por si hiciera falta aclararlo, no hubo ninguna coordinación
previa con la Diputada Carrió. La concurrencia de opinión fue fortuita. Pero,
esa sincronía por azar, pone en evidencia que es de público y notorio la
ausencia de Inteligencia Criminal; lo percibe cualquier ciudadano que analiza
la situación y es obvio para los especialistas. Por caso, Laura Etcharren
refiriéndose a la abundancia de cocaína en el país, en diálogo con Nelson
Castro: (TN DE 18 A 21 del 14 de Marzo) dijo textualmente: "está faltando
un trabajo de campo e Inteligencia Criminal". Ningún especialista en
seguridad está conforme con el estado de la Inteligencia Criminal en el país.
Ninguno.
La
Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia
tiene un ineludible rol institucional para que cada quien cumpla con su
respectiva responsabilidad dentro del Sistema de Inteligencia Nacional y tiene
las facultades para hacerlo, aunque históricamente haya desempeñado un papel
decorativo con el que acompañó pasivamente la decadencia del Sistema de
Inteligencia Nacional hasta su estrepitoso colapso a finales de 2014. Es
evidente que recomponer un sistema colapsado implica un esfuerzo que requiere
ser sostenido en el tiempo, pues bien, en lo que respecta a Inteligencia Criminal
se ha desperdiciado un año.
Solicito entonces que la Comisión Bicameral
de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia investigue y
evalúe el funcionamiento de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal,
formulando en consecuencia al Poder Ejecutivo las pertinentes “recomendaciones
para el mejoramiento del Funcionamiento del Sistema de Inteligencia Nacional”
(Art. 33, Inc. 4 C, Ley 25.520), y promueva toda acción administrativa o legal
que surja de su investigación.
Accesoriamente,
solicito que en el tratamiento de cualquier actuación relacionada con esta
presentación se abstenga de participar el Contador Alberto Carlos Revah, en
razón de haber sido socio de Juan Patricio Furlong en la sociedad de
responsabilidad limitada Global Lider.
Finalmente,
quedo a disposición para responder personalmente cualquier consulta que surja
de lo aquí expresado.
Sin otro particular, lo saludo cordialmente.
J. Santiago
Tamagnone (h)
DNI 17.737.490
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López