Frente a la incertidumbre por el destino del Submarino ARA San Juan, mientras los especialistas abocados a las tareas de búsqueda hacen su trabajo al resto no nos queda más que esperar.
Los creyentes rezan y los que no lo somos, en momentos así, quisiéramos poder hacer algo parecido para expresar nuestros buenos deseos hacia la muchachada de a bordo y sus familias.
Está fuera de toda discusión que los submarinistas tienen una vocación y un temple especial, aquello mismo por lo que las películas de submarinos son tan atractivas. En lo personal, eso que parece tan obvio, me quedó particularmente en claro cuando unos veinte años atrás tuve el gusto de conocer al Capitán Gaffoglio y conversar con él: submarinista no es el que trabaja en un submarino, sino aquel que lo siente su hogar.
Si pudiera rezar, si creyera, lo haría de buena gana. A falta de esa convicción, escribo, con la esperanza de pronto periscopio en superficie.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López
Amèn, los estamos esperando...!!
ResponderEliminarEscribir así es rezar
ResponderEliminarRezar es muy fácil: es como hablar con un amigo. No hay fórmulas, solo palabras y creer que nos escuchan... Qué Dios padre ilumine a quienes están en el operativo de búsqueda y proteja a los tripulantes del submarino Ara San Juan... Que la Stella Maris los cuide e interceda también por todos ellos
ResponderEliminarNo hace falta repetir como loritos; tus palabras SON UN REZO. . .Mis esposo fue no creyente y cuando en julio del 86, junto a mi hijito de 15, el y un amigo, se dio vuelta de campana su lancha por el motor y una subestada donde fallecieron los tres, las ultimas palabras fueron:"DIOS MÍO, NOS AHOGAMOS TODOS". . .Dichas en el Juzgado Federal por un testigo que trataba de salvarlos arrojandoles sogas desde el bar de la costa!!!
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