Yo no quiero sembrar la anarquía,
yo no quiero vivir como digan;
tengo algo que late en mi corazón
Escucho un tango y un rock
y presiento que soy yo,
y quisiera ver al mundo de fiesta!
Charly García
(Yo no quiero volverme tan loco)
Hoy, 01 de Setiembre de 2017, asistiremos a otro acto de hipocresía en nombre de los derechos humanos. Pretextando un falso interés por el paradero de Santiago Maldonado, la izquierda y los mercaderes de los derechos humanos, añorando el saqueo de la República del que participaron durante el kirchnerismo, marcharán para tratar de convencer a cuanto idiota útil encuentren por su camino que el gobierno de Mauricio Macri es una dictadura sostenida por el terrorismo de Estado.
Siempre subestimamos el nivel de hijadeputez de la izquierda, creemos que se van a moderar en sus delirios por la fuerza de la realidad misma y la razón simple; pero eso nunca ocurre porque no son racionales ni afectos a la verdad. No se moderan por sí mismos, sólo lo hacen cuando se los confronta. Por supuesto que al fanatismo no se lo debe enfrentar con fanatismo, porque no es victoria convertirse uno en lo que combate, pero sí hay que entender que se debe ser firme, muy firme, en ponerles límites. No es aceptable, bajo ninguna circunstancia, el adoctrinamiento de los chicos; mucho menos asustar a criaturas gritándoles en las aulas que sus padres son asesinos. Como no es aceptable que pretendan imponer sus relatos sobre la realidad. Hay que decirles basta y que sea basta.
Ser gendarme es, por definición, sinónimo de buena persona. Ser hijo de gendarme es un orgullo. Hay Patria en cada verde.
Por el contrario, ser rojo es sinónimo de mala gente, de apoyar dictaduras como la que oprime al pueblo de Cuba y Venezuela, de alabar asesinos de personas y libertades, de justificar la violencia, de negar todo derecho al que no está dispuesto a temerles.
Apenas con lo justo Argentina eligió ser una República y Mauricio Macri es Presidente. Argentina ni tuvo una entrega de atributos presidenciales civilizada. Envidio profundamente la altura democrática, elegancia republicana y dignidad humana con que ese mismo acto se celebró en Chile entre Piñera y Bachelet. Pero apenas con lo justo, a pesar de Cristina Fernández y el kirchenrismo, somos una República. Esa estrechez de margen condiciona la fortaleza de la democracia y señala que la tan mentada "grieta", no separa ideas políticas en matices de acuerdos básicos, los propios de un país organizado constitucionalmente con valores republicanos; aquí la división está marcada por distintas concepciones del bien y el mal. Los rojos: kirchenristas, comunistas, progres e idiotas útiles varios, creen que la maldad es buena, que robar es loable, que las dictaduras eternas de izquierda son comprensibles y que el terror no es condenable cuando lo padecen las buenas personas, es decir la gente que ama a su país, que quiere vivir y dejar vivir en paz, que trabaja, que crea, que produce, que sueña, que piensa por sí misma.
Los rojos sólo saben odiar, es para sentir lástima por ellos que sea eso para lo único que sirven. Y ni siquiera se lo creen, porque basta con analizarlos a la ligera y se les nota lo falso. Si estuvieran preocupados realmente por Santiago Maldonado, si creyeran real el terrorismo de Estado, no viajarían al sur en plan de "turismo del desaparecido" para posar sonriendo con alegría de colegiales en viaje de egresados.
Acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", no hayamos sabido ser lo suficientemente expresivos, vehementes y constantes en explicarles a los rojos que nuestro país, la República Argentina, va a seguir siendo República y Argentina.
Hoy marchan "contra la dictadura de Macri" los que defienden a la "Revolución cubana" y al "democrático" Nicolás Maduro, los que se rasgan las vestiduras cuando ligan aquí algún merecido corchazo de goma, pero callan la balas de plomo que disparan los chavistas. Son los mismos que el 24 de Marzo de 2017 reivindicaron en la Plaza de Mayo la lucha armada de las organizaciones terroristas como Montoneros y ERP. El gobierno debió salirles al cruce duramente en ese momento, no lo hizo y se cebaron. De nuevo vamos a escuchar eso mismo, otra vez.
Mauricio Macri es el Presidente de la República Argentina, legal y legítimo. Es su deber velar por la paz. Ahora bien, nadie se confunda, la paz no se garantiza cediendo frente a los rojos, ahora y siempre la respuesta no puede ser la pasiva defensa, porque eso, como la zanja de Alsina, sólo garantiza, en el mejor de los casos, un empate que es derrota.
La respuesta, ahora y siempre, no es Alsina: es Roca.
Especialmente en estos días, cuando necesitamos paz y administración, la respuesta debe ser liderada por el Presidente Mauricio Macri, emulando al mejor Presidente que tuvo la República Argentina; el Presidente Julio Argentino Roca.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
Excelente!
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