Finalmente uno debe votar. Por imposición legal o por conciencia cívica, en cualquier caso la obligatoriedad de concurrir a las urnas es ineludible. Debo pensar mi voto. Y entonces pesa aquello de uno y sus circunstancias.
Soy parte de CAMBIEMOS. Lo fui como independiente, lo sigo siendo como afiliado de UNIÓN POR LA LIBERTAD (UPL) y vocal de la junta partidaria de Vicente López.
En un contexto ideal, por criterio institucional esa simple pertenencia definiría mi voto; pero la realidad dista mucho de ser ideal. Tanto que vengo bregando por la necesidad de sanear la representatividad política del país reclamando que los partidos políticos tengan vida institucional, que es decir voz y voto para los afiliados. Lo básico de lo básico. Y mientras eso no ocurra nadie puede reclamar disciplina partidaria a la hora de ir a votar.
Por otra parte, votar al traidor no es uno de esos sapos que podemos aceptar como parte del menú de la política. Y CAMBIEMOS en la Provincia de Buenos Aires se traicionó groseramente cuando, con la sola y honrosa excepción de Guillermo Castello (CC), sus legisladores provinciales votaron como comparsa del Frente Para la Victoria el mamarracho que, promulgado en silencio por María Eugenia Vidal, se convirtió en la Ley 14.910. Vidal, la que con vehemencia había dicho: "Elegimos antes que nada decir la verdad, sin relatos", avaló luego la mentira de los 30.000 desaparecidos, que sirvió de base para la corrupción estructural del régimen kirchnerista. Ante esa claudicación moral de CAMBIEMOS, iba a votar en blanco a nivel provincial.
A nivel nacional tampoco me generaba mucho entusiasmo votar a CAMBIEMOS. Porque CAMBIEMOS es una alianza de camarillas políticas con sellos de goma dominada por la del PRO, que como parte integrante de la "casta política" no ha dado ninguna muestra de querer terminar con la "dedocracia". Y el PRO no negocia en términos amables con sus socios, sino que a cambio de apoyo ofrece la nada misma. Lo que si entiende es la presión. Basta ver la lamentable actuación legislativa de Federico Pinedo para ver como se dejan marcar la cancha por la izquierda. Que el PRO cede a la presión le quedó claro a Lilita Carrió, quien con gran muñeca supo presionar y posicionar muy bien a la Coalición Cívica en la lista de CAMBIEMOS.
Lo que Carrió logró presionando, tiene su contracara en lo que no logró Patricia Bullrich desde UPL, quien no hace mucho, durante un acto en San Isidro allá por mayo, nos pidió a los militantes evitar el "fuego amigo"; el resultado de silenciar las críticas queda ahora bien claro y esperemos se tome nota a futuro: el PRO no valora lo que tiene en el bolsillo...
Al callar las críticas de UPL hacia CAMBIEMOS, Patricia Bullrich demostró que teme perder la parte del Ministerio de Seguridad de la Nación que el Presidente Macri le confió; y con eso, en la lectura del PRO, ya tiene más que suficiente para contentarse. Por lo cual no había nada que negociar y logró el efecto contrario al que suponía. Consecuentemente, se ha debilitado en dos frentes, pues no fortalece su posición en la gestión ni la perfomance de su partido.
En este análisis de situación, cuadra señalar que de 2015 a 2017 UPL no ha logrado consolidarse como un partido de carácter nacional, lo cual implica una falla inexcusable de la conducción.
Espero, como afiliado, que la conducción partidaria realice una profunda autocrítica y que, además, a fin de crecer, se ponga UPL a la vanguardia del saneamiento de la representatividad política convocando a la voz y el voto de sus afiliados. La diferencia cualitativa hará luego una diferencia cuantitativa, porque ser un partido de ideas y principios con vida institucional plena es crecer al abrir la puerta a la participación de la ciudadanía. Voy a luchar por eso.
Mientras tanto debo votar y ya he decidido que cortaré boleta. Votaré a CAMBIEMOS a nivel municipal (que incluye candidatos de UPL) y a “Todos por Buenos Aires”, Lista 298, en los niveles provincial y nacional. Y lo haré así porque siendo parte de CAMBIEMOS no quiero dejar que se converta en "Kontinuemos".
Lejos de debilitarse, el Presidente Macri se verá fortalecido si ocupa banca de senador Nacional, el Dr. José María Sacheri (hijo de Carlos Alberto Sacheri, asesinado por el ERP) y de diputados nacionales el Lic. Arturo Larrabure (hijo del Coronel Argentino del Valle Larrabure - el Mártir del Himno Nacional Argentino asesinado por el ERP), Jovina Luna (hermana del Soldado Hermindo Luna, el que murió en Formosa enfrentando el ataque de Montoneros al grito de "¡Acá no se rinde nadie!"), el Comodoro Luis Blanchet Rubio (piloto de Pucará en la Guerra de Islas Malvinas), el Tcnl José Vercesi (combatiente con la Compañía de Comandos 602 en Malvinas) y José D’Angelo, militar y periodista, autor del libro “Mentirás tus muertos – Falsedades y millones detrás del mito de los 30.000 desaparecidos”.
Es necesario que el PRO sienta presión por derecha para que no solamente la izquierda le marque la cancha a CAMBIEMOS. Librar así la batalla cultural que algunas voces del PRO amagan querer dar hasta ser silenciadas por la "corrección política", poner verdad donde impera la mentira, terminar con el curro de los derechos humanos (tal como prometió en campaña Mauricio Macri) y cortar la inercia nefasta del relato kirchnerista.
Así votaré en las PASO 2017, procurando que "Todos por Buenos Aires" obtenga los votos que habiliten su participación en las legislativas. Para que CAMBIEMOS sea CAMBIEMOS.
¡PATRIA Y LIBERTAD!
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.
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