viernes, 27 de noviembre de 2015

EL PRESIDENTE MACRI Y EL ROL DE LA INTELIGENCIA





Tan sólo el trascendente giro de la política exterior anunciado por el Presidente electo Mauricio Macri, a lo que debe sumarse una variedad de amenazas y preocupaciones que no viene a cuento enumerar aquí, coloca a la República Argentina en la urgente necesidad de contar con un servicio de inteligencia útil; cosa de la que al presente carece. 

Por ello resulta preocupante el contenido del artículo de Claudio Savoia publicado el 27 de Noviembre de 2015 en Clarín y titulado "Crisis y dudas en Inteligencia, a la espera de un diciembre caliente". 

Según afirma el autor de "Espiados", libro escrito para el deleite de cualquier paranoico, Mauricio Macri, siguiendo la regla no escrita (a la que adhiero) que dice que el jefe de los servicios debe ser un hombre de la mayor confianza del Presidente, había postulado a José Torello como Director General de la AFI; pero, y acá viene lo preocupante: "Torello llegó a tener algunas reuniones y a trazar algunos planes, pero de golpe habría cambiado de idea. 'Le tiraron una carpeta con supuestos datos oscuros sobre un negocio que tiene junto a otros socios en un barrio histórico de la ciudad. Y eso lo espantó, salió corriendo`, le dijo a Clarín una fuente policial que circula en los entresijos de la comunidad de inteligencia. Torello no confirmó ni desmintió los rumores".

Supongamos ahora que la versión que difunde Savoia fuera cierta. En tal caso tenemos dos problemas. El primero es que el Presidente electo optó por un fulano asustadizo, sin la presencia de ánimo que el cargo y todo lo que implica requiere. La segunda es que la AFI, con los servicios de Fernando Pocino, recurre a los mismos famosos "carpetazos" que Antonio Stiuso. Esto último no puede sorprender a nadie porque estamos hablando del mismo gobierno que tras once años desvirtuando los servicios de Inteligencia, como al Estado todo, quiso descargar su mugre en la democracia cuando, mintiendo con descaro, Oscar Parrilli dijo: "Se deja atrás la SIDE de la dictadura militar y de Jaime Stiuso. Se salda una deuda de la democracia". Un caradura.

Cambiemos el enfoque y supongamos falsa la especie que, según la nota, tira "una fuente policial". En ese caso tenemos también dos problemas. El principal es que la tardanza del Presidente en definir autoridad para un área sensible y estratégica, más allá de la danza de nombres y los distintos trascendidos sobre las dudas que cada uno generaría, podría estar revelando cierta improvisación, es decir la ausencia de un plan previamente concebido. El secundario, por segundo y por ser mucho menos importante, es que abundan operadores de distinto nivel que crean y difunden historias para el gusto de orejas en toda su variedad. Hay mucho de mito en torno a la actividad de inteligencia, y mucho más en países con instituciones dañadas, cultura degradada y merma intelectual. 

En limpio. Argentina tendrá a partir del 10 de Diciembre de 2015, casi todos los mismos problemas que tiene hoy. Que el kirchnerismo sea retirado del poder es un grave problema menos, pero el árbol de los males argentinos es pródigo a la hora de dar sus frutos y a cada rato brinda nuevos problemas. Entre los problemas que vienen de mucho tiempo atrás hay uno que explica estas cosas de la coyuntura, se trata del déficit de base en el sistema representativo: la ausencia de partidos políticos con vida institucional plena basada en la voz y el voto de los afiliados a través de sus distintos órganos. 

El PRO, como tantos otros, no es un partido de representación legitimada por el voto de sus afiliados. Nuestra partidocracia finge a través de las PASO una representación y respaldo que en rigor de verdad los partidos no tienen. En un sistema que idealmente proyecta la construcción de consensos contemplando a los partidos políticos como el instrumento para las definiciones que permiten generar políticas de Estado, la ausencia de la institucionalidad partidaria termina dejando una enorme cantidad de decisiones, más de las convenientes, al arbitrio de la persona que llega a la Presidencia o a cualquier otro puesto de poder. 

Esto lo estamos viendo en la conformación del gabinete ministerial del nuevo gobierno, tal como lo vimos en los distintos gabinetes del régimen. 

En el caso específico de la AFI no se aprecia que desde el PRO se haya pensado una gestión tendiente a resolver la decadencia institucional en el vaciamiento moral y profesional que vienen padeciendo sus agentes de inteligencia. 

Puedo afirmar que no existe entre los agentes de Inteligencia de la AFI el estado de "convulsión" que refiere Savoia en la nota. Lo que hay es la ansiosa esperanza de un cambio que implique darle salida, por la misma puerta, a elementos desgastados por serviles y a los "intrusos" de los últimos tiempos.

El anhelo de los que aún conservan el espíritu SIDE es servir pofesionalmente. Hacerlo es perfectamente posible.

Para eso se requieren tres condiciones básicas: Primero que el Presidente electo designe un hombre de su confianza que no se asuste ante tigres de papel. Segundo que lo acompañen profesionales de convicciones constitucionales, que no estén manchados por haberse prestado al uso faccioso del Estado. Y tercero conducir a los servicios para dejarlos trabajar como nunca se hizo, es decir al modo en que manda la ley y el sentido común, sobre los riesgos y amenazas de los que el Presidente (el principal "cliente" de la  inteligencia de Estado) por el bien de la Nación debe estar prevenido a fin de tomar las mejores decisiones. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.