El 21 de Mayo de 2015 la Presidente Cristina Fernández de Kirchner dejó inaugurado el "Centro Cultural Néstor Kirchner", cabe una breve reflexión sobre la idea de la cultura que propugna el kirchnerismo.
Desde que por un inconstitucional decreto de pretendida necesidad e inexistente urgencia, demostrativo de la preeminencia de la voluntad presidencial por sobre la Constitución Nacional, a Cristina Fernández se le ocurrió crear de facto su Ministerio de Cultura, quedó perfectamente en claro que el régimen kirchnerista llama "cultura" al accionar faccioso del enorme aparato de propaganda y control social que ha montado desvirtuando los recursos del Estado. La deshonestidad del kirchnerismo es todavía mayor que la de Adolf Hitler, al fin de cuentas los nazis del Tercer Reich llamaban Ministerio de Propaganda a la burocracia bajo las órdenes de Joseph Goebbels; hoy a cargo de Teresa Parodi secundada por Ricardo Forster, el filósofo de la cobardía intelectual que ostenta el muy orwelliano cargo de "Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional".
cultura kirchnerista, adoctrinamiento en la intolerancia |
En nombre de la “cultura” se violenta sin ningún pudor la Constitución Nacional, porque no estamos en presencia de un proyecto cultural propio de la idiosincrasia de la Nación Argentina, sino de la avanzada totalitaria orientada desde Cuba y Venezuela.
Luego está la formalidad del nombre que se ha impuesto al Centro Cultural del viejo edificio del Correo, que en un alarde de originalidad han bautizado "Néstor Kirchner". Si había un nombre a contramano de la cultura era ese, como patentiza este tramo de "Cuando el relato es una farsa - la respuesta a la mentira kirchnerista", escrito por mis amigos Nicolás Márquez y Agustín Laje Arrigoni:
"Si bien no todo potentado tiene la obligación de conocer la 'cuna de la civilización', que Kirchner nunca haya viajado, pudiéndolo haber hecho cuantas veces quisiera, nos revela al menos dos conclusiones graves sobre el susodicho. 1) Ausencia total de inquietudes intelectuales y/o culturales. 2) Irresponsabilidad manifiesta, ya que un hombre que aspira a conducir el país no puede -teniendo medios de sobra para hacerlo- no haber conocido nunca una capital del viejo continente.
Néstor recién conocería Europa por obligación, después de haber llegado a la presidencia de la Nación y con motivo de su ejercicio como jefe de Estado. Efectivamente, todo indica que la única única inquietud intelectual que tenía Néstor era la política, pero entendiendo esta última no como un objeto de estudio desde una perspectiva académica o como ciencia social, sino como la desaforada lucha por la toma del poder estatal como un fin en sí mismo. Una anécdota rememorada por el ex canciller Rafael Bielsa, acompañando a Néstor en Nueva York en uno de sus primeros viajes como presidente, nos ilustra y confirma la ausencia de motivaciones colaterales que padecía el flamante detentador del Poder Ejecutivo: 'Era septiembre de 2005, durante la reunión anual de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). De repente el Presidente citó a la comitiva en la puerta del hotel donde se alojaba, el Four Seasons. Cuando la mayoría llegó, Kirchner anunció que saldrían a caminar por las calles de la ciudad.
Caminaron dos horas, sin detenerse ni una vez, El diputado nacional José María Díaz Bancalari casi se descompone. Bielsa estaba sofocado. Cuando llegaron al hotel, la encargada de la seguridad designada para la delegación argentina le dijo al canciller:
- Que raro, no se paró a ver ni una vidriera. Ni un traje. Ni un artículo electrónico. Ni los anuncios de las obras de teatro. Nada. ¿No le gusta nada?.
La mujer rubia, un tanto excedida de peso y transpirada quería entender por qué. Bielsa también. Se acercó y le comentó.
- Néstor, sos el tipo menos frívolo que conozco.
- Gracias.
- De nada. Pero no es un elogio. Porque, para ser un poco frívolo, también hay que tener un poco de imaginación. Te tiene que gustar algo, un libro, una película, una canción'*".
* Obra citada, pág. 70 y 71, con fuente en Luis Majul, "El dueño", Planeta, 2009, pág. 36.
Puede decirse, entonces, que la actividad cultural de Néstor Kirchner no se ha visto disminuida por su muerte. Su nombre puesto en un Centro Cultural de envergadura colosal, como el refaccionado Correo Central, es una contradicción flagrante y otra mentira más del régimen, del mismo tenor de falsedad que hablar de 30.000 desaparecidos. El legado cultural de Néstor Kirchner se reduce a los pocos segundos del siguiente video, en el que desnuda para la posteridad el objeto de sus deseos y aspiraciones en el asalto extasiado a una caja fuerte.
Puede decirse, entonces, que la actividad cultural de Néstor Kirchner no se ha visto disminuida por su muerte. Su nombre puesto en un Centro Cultural de envergadura colosal, como el refaccionado Correo Central, es una contradicción flagrante y otra mentira más del régimen, del mismo tenor de falsedad que hablar de 30.000 desaparecidos. El legado cultural de Néstor Kirchner se reduce a los pocos segundos del siguiente video, en el que desnuda para la posteridad el objeto de sus deseos y aspiraciones en el asalto extasiado a una caja fuerte.
El conjunto de intelectuales obsecuentes del régimen reunido en Carta Abierta, a través de su carta número 13 "Los justos", alude a este documento fílmico en los siguientes términos:
Mientras subsista el régimen el viejo Correo Central seguirá siendo el "Centro Cultural Néstor Kirchner", pero en rigor de verdad deberíamos llamarlo "Instituto Orwelliano 1984".
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
"La oscura figura del avaro, la brutal construcción del 'judío' con los bolsillos llenos de dinero que supo desplegar el antisemitismo exterminador, el relato de fabulosas bóvedas rebosantes de oro y de billetes se convierten, como en otros momentos de nuestra historia en la que gobiernos populares fueron derrocados por ominosas dictaduras, mediante la estética del más consumado amarillismo periodístico, en santo y seña de una oposición que busca destruir no sólo un gobierno, sino la propia legitimidad de la política".Evidenciando que en su intención totalitaria el kirchnierismo se considera la "propia legitimidad d ela política", lo que nos coloca a los opositores por fuera de la política, es decir como enemigos; la intelectualidad cerda (en términos de Orwell) reunida en torno a Forster y Horacio González, Director de la Biblioteca Nacional, proyecta así en los demás sus propios prejuicios, porque no se ha visto video alguno en que un judío se lance extasiado sobre una caja fuerte como lo hizo Néstor Kirchner. Ocurre que el régimen kirchnerista es un constante doble pensar que en la falsificación de la historia no deja de mostrar su racismo e ignorancia, lo prueba el haber modiicado la fecha y el contexto de la batalla de Ayohúma con tal de meter un carnaval en el Museo Malvinas (ver nota), nada culturalmente bueno puede surgir de la deshonestidad intelectual que es marca registrada del kirchnerismo. Son comunistas, nazis, fascistas, todo el totalitarismo en uno.
Mientras subsista el régimen el viejo Correo Central seguirá siendo el "Centro Cultural Néstor Kirchner", pero en rigor de verdad deberíamos llamarlo "Instituto Orwelliano 1984".
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López