domingo, 29 de marzo de 2015

PABLO SIRVEN Y EL PERIODISMO "PROGRE".


El domingo 29 de Marzo de 2015 leo en La Nación el artículo de Pablo Sirven titulado "Cristina y los cíclicos recuerdos de la muerte". Amerita algunas breves consideraciones. 


Pablo Sirven

Sirven cuestiona la celebración que cada 24 de Marzo realiza el régimen kirchnerista bajo la denominación del Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, pues considera que el mantenimiento de ese feriado obedece a la "obsesión oficialista por la confrontación" y cree sería mejor trasladarlo al 10 de Diciembre. También cuestiona la conmemoración del 2 de Abril, que opina debería volver al 10 de Junio. Y dice: "Resulta un despropósito sostener en el calendario de feriados las dos fechas 'magnas' de la última dictadura militar (24/3: golpe, y 2/4: invasión de las Malvinas)".

El problema no es la fecha ni el feriado, sino el qué y cómo se pretende recordar. Desde luego que el 24 de Marzo, como en cualquier otra fecha, no hay ni memoria, ni verdad, ni justicia en la intención y en los hecho del oficialismo. Convengamos que el kirchnerismo hace de la historia una herramienta de dominación orwelliana. Permanentemente pone en práctica aquella consigna totalitaria de "1984": "El que controla el pasado controla el futuro; y el que controla el presente controla el pasado". Y le da resultado.



Convengamos también que el progresismo, reflejado en notas como la de Sirven, es útil a ese propósito, porque temeroso de no ser políticamente correcto se apega al diccionario escrito por la izquierda gramsciana. Pablo Sirven parece oponerse a los absurdos del régimen kirchnerista, pero no lo hace. Razona y omite funcionalmente a lo que el aparato de propaganda y control social del kirchnerismo instala como verdad, a riesgo de ser acusado de fascista, golpista, destituyente, gorila o cualquier otro epíteto descalifiante, incluyendo al tan temido "neoliberal".

Así, cuando Sirven menciona la desaparición de Jorge Moura omite decir que era un guerrillero del ERP, porque de esas cosas no se habla, y mucho menos se dice que los guerrilleros estaban en guerra para imponer una dictadura eterna como la que oprime al pueblo cubano desde hace más de medio siglo. (Lo mismo hizo Abril Origlia al escribir en La Nación sobre Daniel Angerosa, presenta al desaparecido como un simple estudiante de medicina que ya graduado hacía trabajo solidario en las villas y que vaya uno a saber porqué razones fue desaparecido en los últimos días del gobierno peronista de Isabel Martínez -no durante la "dictadura" como reza el subtítulo-. Elude informar que integraba la organización terrorista Montoneros). 

Desde la misma corrección progre, a Sirven le parece mal "la desgraciada quema del muñeco de Bonafini, junto a otro del general César Milani, por parte de la agrupación H.I.J.O.S."; o sea, quemar representaciones de madres de terroristas está mal, no así las que representan a militares -aunque se trate de un traidor a sus camaradas muertos como lo es Milani-. 




También parece alarmarse porque tras esa quema "el Gobierno pretendió montar una operación para inculpar al Partido Obrero y otras organizaciones de izquierda", como si fuera nuevo que comunistas y trotskos tarde o temprano terminan matándose: es algo tan viejo que el aludido George Orwell lo vivió en España durante la guerra civil. Sirven, como buen progre, parece no haberse dado cuenta que los kirchneristas son comunistas. 

El balance de medios que hace Sirven en su nota refleja que el lector promedio argentino tiene dos opciones; lo informa el kirchnerismo en su afán de ser la mueva dictadura o lo informa el progresismo. En cualquier caso el relato está a salvo, como he dicho en otras oportunidades quienes somos de derecha no tenemos medios de comunicación. 

La historia no se descuelga, hay que asumirla con madurez para reconocer aciertos y errores de cara al futuro. Es una elemental cuestión de apego a la verdad y cultura republicana, no de relatos. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López