Yo voto al PRO.
Me tomé un buen tiempo para decidir mi voto en el 2015, más del que había previsto, porque el escenario real dista mucho del ideal.
Frustrados los intentos por salir de la diáspora liberal, la encrucijada de la elección presidencial me acotaba a obrar individualmente y optar entre dos de las tres alternativas reales, ambas con claroscuros: PRO o FRENTE RENOVADOR.
Varios queridos amigos militan en el Frente Renovador y contemplé seriamente la posibilidad de trabajar con ellos. El sólo coqueteo de los renovadores con Pino Solanas, un chavista, fue demasiado para mí; incluso cuando no cuajara. Hay una deriva ideológica que puedo tolerar para un armado político, pero no incluye al zurdaje: Dentro de la República todo, fuera de la República nada.
Otros tantos amigos, igual de queridos y respetados que los del FR, militan en el PRO, pero quizá por pesarme la experiencia de Pedro Benegas tenía cierta resistencia a brindarle mi voto a un partido cerrado. Tampoco me olvido que, hasta hace muy poco, Lilita Carrió iba del brazo con Pino Solanas y denostaba a Mauricio Macri.
No hay coherencia en la política argentina, viciada por la falta de representatividad que genera la pobre vida institucional de los partidos políticos. Por lo tanto el voto no puede ser decidido desde lo estrictamente ideológico y programático. Tenemos tres rejuntes atrás de tres nombres para la Presidencia, elija el que mejor le parezca o el que le resulte menos malo. Crudamente, es lo que hay.
Mi voto es apenas un voto. No más que eso. Irá para el PRO por imperio de las circunstancias. Seguiré criticando lo que desde mis convicciones me parezca criticable.
Si atrás del voto irá mi militancia, es algo que aún no decido.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
Me tomé un buen tiempo para decidir mi voto en el 2015, más del que había previsto, porque el escenario real dista mucho del ideal.
Frustrados los intentos por salir de la diáspora liberal, la encrucijada de la elección presidencial me acotaba a obrar individualmente y optar entre dos de las tres alternativas reales, ambas con claroscuros: PRO o FRENTE RENOVADOR.
Varios queridos amigos militan en el Frente Renovador y contemplé seriamente la posibilidad de trabajar con ellos. El sólo coqueteo de los renovadores con Pino Solanas, un chavista, fue demasiado para mí; incluso cuando no cuajara. Hay una deriva ideológica que puedo tolerar para un armado político, pero no incluye al zurdaje: Dentro de la República todo, fuera de la República nada.
Otros tantos amigos, igual de queridos y respetados que los del FR, militan en el PRO, pero quizá por pesarme la experiencia de Pedro Benegas tenía cierta resistencia a brindarle mi voto a un partido cerrado. Tampoco me olvido que, hasta hace muy poco, Lilita Carrió iba del brazo con Pino Solanas y denostaba a Mauricio Macri.
No hay coherencia en la política argentina, viciada por la falta de representatividad que genera la pobre vida institucional de los partidos políticos. Por lo tanto el voto no puede ser decidido desde lo estrictamente ideológico y programático. Tenemos tres rejuntes atrás de tres nombres para la Presidencia, elija el que mejor le parezca o el que le resulte menos malo. Crudamente, es lo que hay.
Mi voto es apenas un voto. No más que eso. Irá para el PRO por imperio de las circunstancias. Seguiré criticando lo que desde mis convicciones me parezca criticable.
Si atrás del voto irá mi militancia, es algo que aún no decido.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López