Votar a Scioli es convalidar un régimen que falseó tanto la historia como el día a día. Me cuesta mucho creer que alguien racional pueda votarlo desde la honestidad. Ocurre que hay una parte de la Argentina que ama las mentiras, son los que en caso que llegue a la Presidencia ya se preparan para creer que su fracaso será culpa de Macri.
Así como los animales de "Rebelión en la granja" se dejaban arriar por el temor a Snowball que esparcían los cerdos, y los aterrados súbditos del Gran Hermano de "1984" estallaban de odio por el miedo a Goldstein que alimentaba la propaganda totalitaria, los argentinos víctimas del proceso de desmemoria colectiva dejan que el kirchnerismo los asuste con el cuco amarillo; encarnado en Mauricio Macri.
Los kirchneristas repiten que "la Patria es el otro" pero no han dejado de echarle la culpa de todos los males a cualquier otro. Han dicho "tenemos Patria" y ese tener es el del cazador que atrapa una presa; mejor deberían decir que intentaron capturarla, someterla, desvirtuarla. Contra todo el que se atrevió a pensar en disidencia enchastraron paredones a lo largo y ancho del país con la peor amenaza, la que los revela un vulgar totalitarismo: "Ni lo piensen". Conforme a ello montaron desde el Estado un enorme aparato de propaganda y control social para degradar las instituciones, la cultura y el intelecto de los argentinos. Lograron las tres cosas, en ello radica su esperanza de ganar el balotaje.
Quienes resistimos al régimen nunca dejamos de pensar y pensarlo, porque pensarlo era tener esperanza que esa República ideada en la Constitución Nacional es posible en la Argentina.
Macri no es el candidato ideal, es sencillamente el candidato de la República posible. Vale para mí.
No tengo más que decir. Alea jacta est. Nos vemos el lunes.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
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