"Malvinas en primera linea", Lautaro Jiménez Corbalán Edivérn. |
Si un libro merece la expresión "relato vívido" es este.
"Malvinas en primera línea", de Lautaro Jiménez Corbalán, contiene mucho más que las "vivencias y anécdotas de integrantes del Regimiento de Infantería 4" que modestamente se anuncian en la tapa.
El primer acierto del autor fue haber registrado su realidad durante la campaña de Malvinas llevando un diario personal. El segundo acierto fue no apresurarse a publicar su contenido. Si bien hay testimonios que adquieren espectacularidad con la inmediatez, en este caso madurarlo hasta el 2011 obró -y perdón por la poca originalidad de la comparación- igual que el añejamiento de los buenos vinos en vasijas de roble. El resultado es la armoniosa combinación entre la memoria documentada de un Subteniente de 19 años (cumplió sus 20 en Malvinas) y la capacidad de análisis de quien era Coronel en 2011.
Sobre esos aciertos, que azarosamente pudieron no haberse dado, se potencian los méritos. El fundamental es la honestidad intelectual para respetar la verdad aunque se torne incómoda, recuérdese que según suele decirse en toda guerra la primera baja es la verdad. Jiménez Corbalán no solamente cuenta su verdad sino que ha hecho un gran trabajo de recopilación bibliográfica para dar con ella. Otro mérito. o acaso otra faceta del mismo mérito, es la comprensión de lo colectivo dando participación testimonial a los demás integrantes del Regimiento 4, extensivo a otras unidades, lo que amplía la acotada percepción que cualquier combatiente se construye desde su lugar de empeño. El título mismo "Malvinas en primera línea", resulta toda una elaboración crítica para un componente del Ejército que fue apostado en el terreno previsto como retaguardia y reserva.
Tiene también el libro gran mérito desde la forma literaria, pues el estilo logrado hace que a medida que pasan las hojas la narración adquiera mayor intensidad. El relato cronológico está llevado de tal modo que la ansiedad de los protagonistas es compartida por el lector y las palabras se hacen imágenes muy nítidas. Especialmente gráfico es el relato de los combates, desde el desgastante cañoneo naval de la flota inglesa hasta el frenesí violento del enfrentamiento terrestre, cada renglón parece escrito con adrenalina en lugar de tinta.
Todos los tópicos que hacen a la literatura de guerra van apareciendo a lo largo del texto, porque hay cientos de historias dentro de la historia que cuenta el libro. Están esas vueltas del destino que parecen de ficción, como los granaderos novatos enviados a Malvinas por ganar un concurso de tiro, o el inimaginable reencuentro del Oficial de Inteligencia Teniente 1º Jorge A. Echeverría con tres conocidos (sepa el lector descubrir los detalles leyendo el libro). Y está la camaradería que forja hermanos de guerra, porque la historia del Subteniente Jiménez Corbalán es también la del Soldado Teodoro Flores, compañeros de carpa, vigilia y combates.
Obviamente toda lectura es una experiencia personal y con este libro me ha pasado algo especial. Si bien soy consciente que el autor tiene algunos años más que yo, el protagonista es siempre un muchacho de 19/20 años y uno no ve al autor, así ocurre en los libros bien escritos, ve y comparte el libro con el protagonista por el cual se genera una simpatía creciente. Ahora bien: leer se trata también de ponerse en la piel del personaje narrado, pero ocurre que el mayor de mis hijos tiene 21 años, por lo tanto me era inevitable imaginarlo a él en ese lugar. Así cobré conciencia que uno tiene pensamientos mucho más proclives a la violencia cuando siente desde la propia piel que cuando siente desde la piel de sus hijos.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López
El primer acierto del autor fue haber registrado su realidad durante la campaña de Malvinas llevando un diario personal. El segundo acierto fue no apresurarse a publicar su contenido. Si bien hay testimonios que adquieren espectacularidad con la inmediatez, en este caso madurarlo hasta el 2011 obró -y perdón por la poca originalidad de la comparación- igual que el añejamiento de los buenos vinos en vasijas de roble. El resultado es la armoniosa combinación entre la memoria documentada de un Subteniente de 19 años (cumplió sus 20 en Malvinas) y la capacidad de análisis de quien era Coronel en 2011.
Sobre esos aciertos, que azarosamente pudieron no haberse dado, se potencian los méritos. El fundamental es la honestidad intelectual para respetar la verdad aunque se torne incómoda, recuérdese que según suele decirse en toda guerra la primera baja es la verdad. Jiménez Corbalán no solamente cuenta su verdad sino que ha hecho un gran trabajo de recopilación bibliográfica para dar con ella. Otro mérito. o acaso otra faceta del mismo mérito, es la comprensión de lo colectivo dando participación testimonial a los demás integrantes del Regimiento 4, extensivo a otras unidades, lo que amplía la acotada percepción que cualquier combatiente se construye desde su lugar de empeño. El título mismo "Malvinas en primera línea", resulta toda una elaboración crítica para un componente del Ejército que fue apostado en el terreno previsto como retaguardia y reserva.
Tiene también el libro gran mérito desde la forma literaria, pues el estilo logrado hace que a medida que pasan las hojas la narración adquiera mayor intensidad. El relato cronológico está llevado de tal modo que la ansiedad de los protagonistas es compartida por el lector y las palabras se hacen imágenes muy nítidas. Especialmente gráfico es el relato de los combates, desde el desgastante cañoneo naval de la flota inglesa hasta el frenesí violento del enfrentamiento terrestre, cada renglón parece escrito con adrenalina en lugar de tinta.
Todos los tópicos que hacen a la literatura de guerra van apareciendo a lo largo del texto, porque hay cientos de historias dentro de la historia que cuenta el libro. Están esas vueltas del destino que parecen de ficción, como los granaderos novatos enviados a Malvinas por ganar un concurso de tiro, o el inimaginable reencuentro del Oficial de Inteligencia Teniente 1º Jorge A. Echeverría con tres conocidos (sepa el lector descubrir los detalles leyendo el libro). Y está la camaradería que forja hermanos de guerra, porque la historia del Subteniente Jiménez Corbalán es también la del Soldado Teodoro Flores, compañeros de carpa, vigilia y combates.
Obviamente toda lectura es una experiencia personal y con este libro me ha pasado algo especial. Si bien soy consciente que el autor tiene algunos años más que yo, el protagonista es siempre un muchacho de 19/20 años y uno no ve al autor, así ocurre en los libros bien escritos, ve y comparte el libro con el protagonista por el cual se genera una simpatía creciente. Ahora bien: leer se trata también de ponerse en la piel del personaje narrado, pero ocurre que el mayor de mis hijos tiene 21 años, por lo tanto me era inevitable imaginarlo a él en ese lugar. Así cobré conciencia que uno tiene pensamientos mucho más proclives a la violencia cuando siente desde la propia piel que cuando siente desde la piel de sus hijos.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
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