sábado, 31 de enero de 2015

CASA ROJA



Este lodazal de inmundicias logrado por el kirchnerismo no es mi Patria, ni la de los granaderos que combatieron por la Libertad, ni la de los combatientes que en Malvinas dieron lo mejor de sí por la dignidad nacional. Prueba esta foto la decadencia moral e intelectual del país:




La imagen del criminal comunista Ernesto Guevara exhibiéndose en la Casa de Gobierno, entronizado en la Galeria de Patriotas Latinoamericanos y al lado de las Islas Malvinas como Bandera Nacional, es la imagen del cambalache. Un apátrida, por asesino de hombres y libertades traidor a la nacionalidad, usurpando el lugar que le corresponde por derecho propio a cualquiera de los hombres o mujeres que dedicaron sus vidas al bien de la República Argentina. 

El régimen kirchnerista, que es el mismo proyecto totalitario explicado por George Orwell en "Rebelión en la granja" y "1984", dedica gran parte de su propaganda a mentir diciendo "Tenemos Patria". Lo dicen desde su pretensión de refundar todo, como si la Patria no existiera antes del 25 de Mayo de 2003. Boquean "Patria" sin entender el concepto, capaces por eso de incurrir en las mismas aberraciones escatológicas del chavismo que la esgrime como alternativa a la escasez de papel higiénico. 

Pero los argentinos, como el bravo Juan Lavalle le hizo entender a Simón Bolívar, tenemos Patria desde 1810; acaso desde antes, cuando a consecuencia de las invasiones inglesas Don Vicente López y Planes, el gran Bardo de la Libertad, escribió su poema "El triunfo argentino". 

Es necesario reaccionar ante la agresión a la identidad nacional que significa el kirchnerismo. Hacerlo desde la historia, honrando la memoria de los buenos argentinos. Por eso les digo a los jóvenes: si hay un rostro que merece tu remera, es este. Si hay un ejemplo que seguir, es este. Si hay un cuadro que merece las paredes argentinas, mucho más mientras la Casa Rosada siga siendo la Casa Roja y no la de todos los argentinos, es este.

El rostro de un PATRIOTA con el alma limpia, el Teniente Roberto Estévez con su mirada transparente de joven argentino, chico de barrio, amigo, hermano, uno de los nuestros. El que ordenó "seguirme" al marchar al combate y que herido de gravedad dedicó sus últimas palabras a la protección de sus soldados. 





Nuestros héroes, todos ellos simbolizados en Roberto Estévez, no lucharon por arriar la Generala Albiceleste y reemplazarla por un trapo rojo, ni por cercenar nuestras libertades, ni por quitarle territorio a la Nación. Nuestros héroes, combatieron por mantener la Celeste y Blanca flameando altiva, para asegurar los beneficios de la Libertad y en defensa de la integridad territorial de la Patria. 

Más allá de todo canto de sirena, nuestro Himno Nacional nos dice quienes fuimos, quienes somos y quienes debemos ser. Si olvidamos su mandato seremos apenas un montón de parias sobre el territorio que alguna vez supo, y quiso seguir siendo, la República Argentina.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López




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