jueves, 17 de abril de 2014

SEMANA SANTA DE 1987, GRACIAS ALDO.


Aldo Rico, Semana Santa de 1987

Semana Santa de 1987 cambió mi vida. Tanto como para reinventar la letra a la canción de Miguel Mateos cantando: "Sólo Rico tuvo el valor, de jugarse la carrera por mi amor".

Desde el primer momento en que se hizo público el alzamiento defendí la justicia del reclamo militar. Sabía que no era un intento de golpe de Estado sino un mero e inevitable coletazo del pasado mal resuelto. Ese convencimiento provenía de anteriores charlas con algunos de los más jóvenes oficiales del Ejército, quienes eran vehementes al sostener que el golpismo era una etapa concluida. La derrota en la Guerra de Malvinas era una bisagra definitiva para redefinir el rol de los militares, pero para seguir adelante había que dar vuelta la página de la Guerra Antisubversiva. Una victoria y una derrota que dejaban lecciones concordantes de cara al futuro. Lideraba la protesta el Teniente Coronel Aldo Rico, un formidable instructor de comandos que sirvió en la Guerra de Malvinas como jefe de la Compañía 602 mereciendo la condecoración "al mérito militar". 

El 19 de Abril, domingo de Pascua, el Presidente Raúl Alfonsín afirmó desde el balcón de la Casa Rosada que los amotinados eran "un conjunto de hombres, algunos de ellos héroes de la guerra de Malvinas, que tomaron esta posición equivocada y que reiteraron que su intención no era provocar un golpe de Estado", a lo que agregó luego su frase más recordada: "la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina". Desde entonces a los saludos pascuales se añade siempre como deseo que la casa esté en orden, aunque el patio sea un desorden.

Raúl Alfonsín,  Domingo de Pascua

A la par que se desarrolla la historia del país, transcurren los millones de historias de sus habitantes que, en mayor o menor medida, se ven influenciadas por el contexto. El lunes 20 de Abril de 1987 el Dr Arauz, quien enseñaba Obligaciones en la Facultad de Derecho de la UBA, con buen criterio decidió que era oportuno abrir un diálogo reflexivo sobre lo ocurrido. Lo que siguió fue un acalorado debate, pero sin embargo respetuoso, algo que hoy, kirchnerismo mediante, sería poco probable o francamente imposible. No recuerdo que nadie haya pronunciado ningún agravio, incluso cuando se alzaba la voz no corría ninguna descalificación frente a las ideas de los demás. Se argumentaba apasionadamente, pero sin mugre. En ese aula había todo un abanico de opiniones, radicales, peronistas, liberales, izquierdistas y derechistas. En franca minoría defendí la posición de los carapintadas, y después de aquello nos seguíamos saludando al cruzarnos en los pasillos; conversando con unos y otros. En el país  no existía el kirchnerismo y en la UBA se podía pensar. El disenso no asustaba a nadie.

Al termino de la clase cruzamos al Café de las Artes con la intención de seguir debatiendo, Inés y yo. 15 minutos después la charla iba por otro lado. El 24 de Abril de 1987 nos pusimos de novios. Nos casamos el 20 de Abril de 1990.

Mar del Plata, julio de 1987, éramos tan jóvenes...

Por eso digo que Semana Santa de 1987 cambió mi vida. Una historia mínima de las tantas que se mueven al son de la historia del país. Tanto como para reinventar la letra de "Va por vos", y es que en mis oídos cada vez que escucho a Miguel Mateos cantarla, dice: "Sólo Rico tuvo el valor, de jugarse la carrera por mi amor". 

Y digo: Gracias Aldo, por el fuego.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López







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