Los argentinos vivimos en estado literario, nunca sabemos con exactitud donde queda la frontera entre la realidad y la ficción.
A modo de ejemplo cito que alguna vez me contaron la historia de cierto Juez que coqueteaba con el dueño de un prostíbulo, y por negocios o despecho (vaya uno a saber) mandó a policías para pegarle unos plomazos.
Ahora leo en Infobae que "Un juez federal reconoció que ordenó frenar el allanamiento a una financiera tras recibir el llamado de un funcionario del Gobierno". Recomiendo leer con atención la información que transcribe Omar Lavieri, y preguntarse cuánto de lo que los actores argumentan resulta convincente. Mi opinión es que en esa historieta, que el periodista no inventa sino que refleja tal como la presentan los involucrados, hay muchas cosas que no cierran; ni para verdad, ni para ficción.
Se supone que un Juez debe ser, y enfatizo "ser", garantía de integridad. En la Argentina Norberto Oyarbide es Juez Federal. ¿Se entiende ahora lo del Fiscal José María Campagnoli? Igual que en aquella histórica tapa de la revista Humor, sigue yendo "la Justicia en patineta". Tanto así avanzamos desde 1983. Bien por nosotros, sigamos así.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
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