lunes, 14 de octubre de 2013

MARTÍN INSAURRALDE Y LA OPOSICIÓN NARCOLÉPTICA




El kirchnerismo está grogui. Igual que la Presidente Cristina Fernández tropieza a cada rato para coleccionar hematomas; pero no está acabado. Todavía no. Y, atención, puede que no reciba el golpe de nocaut.  El problema es que tiene en frente una oposición narcoléptica, con puños de algodón y sin el necesario instinto asesino. 

Después de las PASO la dirigencia opositora decidió hacer la plancha, y en la misma sintonía suicida también la ciudadanía bajó la guardia. Aquel entusiasmo que golpeaba las puertas de la Red Ser Fiscal se ha transformado en una peligrosa apatía; y no fue en las primarias sino ahora, en las legislativas propiamente dichas, que deberemos enfrentar la maquinaria del fraude. 

Influido por la estrategia de no confrontación que impuso el sciolismo, con el anuncio constante de una new age feliz siempre a punto de llegar, el plan del massismo es más de lo mismo y ofrecer el puente de plata para que los kirchneristas -con o sin las garrochas de San Jorge Asís- puedan reconvertirse. El resto acompaña esa concepción proselitista de tibieza atroz, con la que todos los errores y dislates del kirchnerismo se suceden gratis, o a precio de ganga sin un severo costo político. 

La colección de averías del kirchnerismo es interminable, pero sobre ninguna profundiza el ataque la oposición para abrir el buco que lo mande a pique. Luego que Juan Cabandié sacara a la luz toda la estúpida soberbia kirchnerista en un control de tránsito, se ha confirmado que movió influencias para que Martín Insaurralde tomara represalias contra la agente municipal que osó cumplir con su deber. Así, días después del incidente, la Inspectora Belén Mosquera fue despedida de su trabajo en la Municipalidad de Lomas de Zamora. Si todo esto ocurrió nada más que por una falta de tránsito, ¿de qué no serían capaces por algo mínimamente importante?

Cabandié e Insaurralde, en lugar de ser servidores del Estado, parecen formar parte de una asociación ilícita; agravada por operar en más de una de las jurisdicciones políticas del país y que recibe apoyo, ayuda y dirección de funcionarios públicos. Claramente incurren en abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionarios públicos e intimidación pública al infundir temor frente a los privilegios del poder; subvirtiendo la razón de sus cargos políticos al atentar contra la razonable autoridad de funcionarios que, a diferencia de ellos, sí cumplen con sus deberes legales. 

Martín Insaurralde miente desacaradamente en sus spots publicitarios al prometer un futuro mejor: no es posible ninguna mejora en el mañana si echa a quien cumple con su deber sin importar la "chapa" del que tenga enfrente. El despido de la Inspectora Mosquera demuestra que el único futuro esperable de votar al Frente Para la Victoria, definido en palabras de Juan Cabandié como "los hijos de puta que quieren arruinar este país", es la servidumbre de la obsecuencia y el autoritarismo. Si la oposición fuera tal, y no se pareciera al argentino narcoléptico de la película "Mouline Rouge", tanto Cabandié como Insaurralde se verían jaqueados en la continuidad de sus cargos actuales e invitados a bajarse de sus candidaturas. Me siento tentado de decir varias cosas más, pero en favor de la síntesis voy a cerrar compartiendo un recuerdo que habla por sí solo.

Mi abuela Albina gustaba de cocinar scones y contar historias. Una de sus preferidas era la del Granadero al que San Martín le ordenó custodiar el polvorín. Expresamente le indicó que nadie entraba con espuelas, y cuando el mismo San Martín pretendió ingresar llevando espuelas en sus botas, aquel soldado le impidió el acceso con energía y corrección. San Martín era San Martín, por eso se quitó las espuelas y felicitó al Granadero. En la voz de la abuela Albina resonaba el orgullo de la tradición, me parece volver a estar con ella, viendo que sus ojos se empañaban emocionados con aquella enseñanza de coherencia y dignidad. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López