Confirmando lo pensado en la anterior entrada de este blog (leer nota) Daniel Scioli, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, ha hecho pública confesión de incumplir los deberes a su cargo.
La Constitución de la Provincia de Buenos Aires le impone al Ejecutivo, a través del juramento de asunción, la obligación de desempeñar su cargo con "lealtad y honradez" (Art. 132).
Es público y notorio que la Provincia de Buenos Aires viene siendo relegada en la coparticipación federal, y que el congelamiento del Fondo de Recuperación Histórica del Conurbano Bonaerense no compensa la pérdida, lo cual influye negativamente en las finanzas provinciales con evidentes perjuicios sobre la calidad de vida del pueblo de la Provincia, que debe así padecer una mayor presión tributaria.
En lugar de seguir hurgando en los bolsillos de los bonaerenses, el deber del Gobernador es reclamar en forma firme y sistemática que se reconozca a la Provincia de Buenos Aires la coparticipación federal que merece, y la reparación histórica que le corresponde. Claro que para ello hay que decirle al gobierno nacional que deje de despilfarrar el dinero de los argentinos -y el de los bonaerenses en particular- en el fútbol para todos, la reivindicación setentista con revancha permanente y la búsqueda de un poder hegemónico que atenta contra la Libertad de los ciudadanos y las instituciones de la República.
Dándole la espalda a las necesidades de la Provincia de Buenos Aires, el Gobernador Scioli ha explicado muy claramente al diario La Nación que "por respeto a la investidura presidencial y personal, no voy a andar planteando mis diferencias".
Degrada así el juramento de servir con "lealtad y honradez", dejando expuesta su obsecuencia y deshonestidad. Está muy bien que se muestre como el paladín del diálogo y se atreva a mostrarse con opositores, cosa que debiendo ser normal es un sacrilegio para el kirchnerismo duro, pero no alcanza. El diálogo no es honesto si se ocultan las diferencias, y el respeto no es tal sino obsecuencia cuando se callan los errores del, en teoría, respetado.
Scioli no es honesto; está hoy embarcado en su proyecto político personal, ambicionando la banda presidencial antes que honrar la defensa de la Provincia de Buenos Aires.
No se puede vivir en la confrontación permanente, pero tampoco evitando siempre la confrontación. El cargo de Gobernador puede y debe ejercerse desde el consenso, pero ese mismo cargo impone tener la suficiente presencia de ánimo, coraje que le dicen, para plantarse frente al gobierno nacional cuando las circunstancias así lo exigen.
Buenos Aires es una de las Provincias preexistentes a la Nación, gobernarla no debe ser entendido como un paso hacia la Presidencia: sin margen para especulaciones, es un honor en sí mismo.
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López