domingo, 30 de diciembre de 2012

GESTO SIN EDAD




GESTO SIN EDAD

Algo tan simple, acaso un gesto sin edad,
los dedos buscando acomodar los cabellos,
igual que la brisa cuando sopla el olvido,
así como al descuido, casi prohibido,
y cualquier mujer, tal cual es se deja ver
desnudando su más profunda intimidad.

Luca se mordió los ojos
a dentelladas asesinas; suicidas.
Pobre chico el tipo aquel
drogoncito de jeringas sin cuartel
cantándole a la heroína
sin poder ver, la hermosura frente a él.

Las damas tienen ese grácil ademán
entrecierran sus ojos, empujan los labios,
se peinan la melena pasando las manos,
ignorando todo cuanto se halle a sus lados
y en apenas segundos, la gloria del mundo
que es verlas en tierra siendo ángeles del cielo.

Por eso:
Soltate con Wellapon, soltate
soltá tu pelo con Wellapon.
Soltá el brillo, soltá la belleza
de tu pelo con Wellapon.


* Escrito por admirar en infinitas mujeres ese gesto sin edad, al que instintivamente relaciono con el estribillo de "Heroína", canción de Luca Prodan en el disco de la banda Sumo "Llegando los monos" - 1986.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López


lunes, 24 de diciembre de 2012

HÉROES NAVIDEÑOS DEL PAÍS DEL NO ME ACUERDO





Navidad. Celebración religiosa de quienes profesan la fe cristiana, y ocasión para el encuentro familiar en el común de los argentinos que se prepara con varios días de anticipación. 

En 1975 los argentinos anhelaban una noche de paz. Al menos una noche de paz. Hacía ya años que el país estaba en guerra. La guerra declarada por organizaciones terroristas que actuando con objetivos y dirección foránea, tal como supo sentenciar el Presidente Perón en 1974, atacaban al Estado y a sus instituciones como medio de quebrantar la unidad del pueblo argentino.

En Octubre de 1975 la banda de delincuentes subversivos Montoneros atacó en Formosa el cuartel del Regimiento de Monte 29 matando a 12 de los nuestros; y digo "los nuestros" porque nuestros son los soldados del Ejército Argentino en cualquier tiempo y lugar. ¡Escuchen!... Todavía hoy, cualquier brisa del norte trae las últimas palabras del bravo soldado formoseño Hermindo Luna: "¡Acá no se rinde nadie, mierda!".

Pero para los enemigos de la Patria, sabedores que sus ideas totalitarias sólo podían ser impuestas por medio de la violencia, las postales de guerra con sus dolorosas secuelas nunca eran bastante. Con el odio del demente criminal Ernesto Guevara agitaban el sucio trapo rojo del comunismo queriendo multiplicar los Vietnam. 

Así, al atardecer del 23 de Diciembre de 1975 los esbirros de la dictadura castrista enrolados en el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), después de haber instalado un puesto camuflados como vendedores de pan dulce y sidra, atacó el Batallón de Arsenales Domingo Viejobueno en Monte Chingolo.

Los guevaristas planeaban la captura de armamento pero, a diferencia de la sorpresa con que contó Montoneros en Formosa, el ataque del ERP estaba siendo esperado por el Ejército, que había logrado infiltrar las filas de la logística guerrillera a través de Jesús “El Oso” Ranier.  El jefe del ERP, Mario Roberto Santucho había sido advertido por la inteligencia erpiana que la operación estaba “cantada”, pero de todas formas decidió materializar el ataque. El resultado fue un absoluto matadero para el ERP, perdiendo en la acción casi un centenar de guerrilleros entre los que había mujeres y adolescentes. Luego de esa intentona la organización entró en franco declive.

Los diarios dieron cuenta del ataque, y ese fue el tema que dominó todas las mesas navideñas de 1975. El 13 de enero de 1976 el Oso Ranier fue asesinado por el ERP. Ranier, otro de los tantos héroes olvidados de nuestras guerras civiles, nunca fue debidamente reconocido por haber contribuido al desmantelamiento del ERP ahorrando vidas y sangre de soldados argentinos. 

En aquellas vísperas de navidad, nuestros héroes navideños ofrendaron su vida en combate, defendiendo a la Patria de la agresión del imperialismo comunista.

Las fuerzas patriotas tuvieron las bajas fatales de: 

-          Capitán Luis María Petruzzi.
-          Teniente 1° Jose Luis Spinassi.
-          Sargento Ayudante Roberto Cisterna.
-          Soldado Roberto Caballero.
-          Soldado Manuel Benito Ruffolo
-          Soldado Raúl Cesia.

Además, resultaron heridos en combate el Teniente  Guillermo Ezcurra, el Cabo 1° Néstor Rodríguez, los soldados Eduardo Chabane, Jerónimo Romero, José Sidras, Carlos Niessi, Jerónimo Caballos, Horacio Botto, Jorge Bofalaro, Julio Britos, Roberto Fontana, Carlos Gómez, Jorge Novosak, Jorge Cuesta y Daniel Divito (todos del Ejército Argentino), y los efectivos policiales Oficial Ayudante Juan Carlos García, Cabo Hugo Cades, Cabo 1° Omar Fernández Ceballos, agentes Enrique González y Rubén Darío Cedano.

Pese a la victoria, aquella Navidad del 75 fue de luto y llanto para los argentinos. Jóvenes militares habían dado sus valiosas vidas por la Libertad y la Patria, sus familias enfrentaron la más tristes de las navidades. Es justo y necesario recordarlos hoy, cuando el relato kirchnerista pretende reivindicar los 70’s como si hubiera algo bueno en las salvajadas guerrilleras. Dirigiendo la memoria intentan convertir a la República Argentina en el país del no me acuerdo, pero allí están nuestros héroes navideños, venciendo al tiempo, al olvido y a la traición.

Fue la misma navidad que el entonces Comandante en Jefe del Ejército, general Jorge Rafael Videla, pasaba en Tucumán junto a los soldados que participaban del Operativo Independencia. En pleno monte nuestros soldados cantaban con sentida emoción la muy dulce “Canción para mi pequeña hija”, de Salvador León Cabral, que dice: 

Esta noche tan nuestra, querida
hija mía que allá en la ciudad
sos la luz de bengala y un beso
para abuela y abuelo y mamá.

Quiero estar yo también a tu lado
mientras llega Jesús Navidad
y contarte en mis brazos la historia
del soldado al que nombras “Papá”

Hoy la Patria me llama, pequeña,
para hacerte una tierra mejor
sin piratas de rojas banderas
y hombres que odian por no tener Dios.

Tengo espada por vos y por todos
voy al monte de mi Tucumán,
canto y lucho alegrías muy tiernas,
aunque estalle la rabia el fusil

Navidad en la selva, pequeña
y un fogón compañero recuerda
las familias lejanas muy cerca
y un aliento de pueblo hasta el fin.


¡Honor a los combatientes y Gloria a los caídos!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.




miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL LUGAR DE LOS CABALLOS.



Invitados por Víctor Leguizamón, Director de Asuntos Institucionales de la Municipalidad de Vicente López, el martes 18 de Diciembre de 2012 algunos compañeros del Grupo Consensos (Archibaldo Lanús, Claudio Chaves, Pascual Albanese, Roberto Volpe) asistimos la cena organizada por Proyecto Olivos y Nueva Unión Ciudadana (NUC); que para despedir el año tuvo lugar en el Club Círculo Policial de Vicente López. 

Proyecto Olivos, que tiene por principal referente a Leguizamón, es un grupo de trabajo de acción social, cultural, deportivo y político sustentado en valores humanistas y cristianos. NUC es el partido político conducido por el Contraalmirante Juan Carlos Neves.

Unos 200 asistentes escuchamos con atención a los oradores: Bruno Torrano, Juan Carlos Neves, Gerónimo Venegas y Víctor Leguizamón. El discurso del titular de la UATRE Gerónimo Venegas me resultó particularmente interesante, porque al explicar la proyección política de FE (el nuevo partido que está organizando), puso énfasis en cuestiones por las que vengo bregando sostenidamente: pensamiento y organización. 

Mientras las calles de la Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano Bonaerense empiezan a empapelarse con carteles de candidatos a los cargos electivos que ofrece el 2013, marcando el inicio de una campaña de caras sonrientes, alguno que otro eslogan, sellos electorales de dudosa representación y un misterio de ideas que ya es preocupante, el Momo Venegas explicó con mucha claridad que FE es una construcción institucional. Como tal aspira a ser un partido político que, partiendo del ideario peronista, elabore planes de trabajo legislativo para el 2013-2015, exigiendo a quienes vayan a integrar sus listas disciplina partidaria (para el cumplimiento de lo pautado institucionalmente) e igualmente pensar y obrar para ser gobierno en el 2015; estando abierto a converger con otros partidos en acuerdos electorales, siempre sobre la base de impulsar políticas de Estado. 

Con esta simple definición de prioridades, Venegas se convierte en el primer político al que en esta coyuntura lo veo poniendo los caballos en el lugar que corresponde, por delante del carro; debe ser porque es un hombre del campo. 

El oportunismo, la ambición desmedida, lo espurio de la vieja y gastada política empuja en los aparatos  para armar la lista, queriendo asegurarse el puestito, antes que definir el proyecto. Los afiches que veo en las paredes con candidaturas huecas, personalistas, estilo campaña publicitaria de dentífrico, demuestran que hay quienes creen que hacer política es invertir mucho dinero para ir por un cargo o retenerlo. Sólo eso. El para qué, no se sabe, pero en la foto Fulano sonríe y Mengana mucho más. Un perfume, una gaseosa, una pasta hemorroidal o un político se venden igual. Contribuyen así al engaño de suponer que Scioli es potable, de resignarse a que hay que seguir como hasta ahora pero con modos de new age. 

El país no necesita suavizar el kirchnerismo, ni aggiornarlo, exige superarlo. Y eso es planificar, consensuar, dar vida a las instituciones. Las instituciones que, en todos los órdenes, el kirchnerismo dejará vaciadas de contenido cuando Cristina Fernández salga del gobierno en el 2015; ni un minuto antes, ni un segundo después de lo que dispone la Constitución Nacional. 

No importa que tanto coincido o no con el Momo. Es peronista y yo soy liberal, pero vengo reclamando que se piense desde la acción para no caer en más de lo mismo, y es lo que Venegas está proponiendo; con tal claridad que apunta a pensar y consensuar políticas de Estado. Entonces lo elogio, porque corresponde subrayar la coherencia frente al oportunismo. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

sábado, 15 de diciembre de 2012

THINK TANK, o más de lo mismo.


Alberdi, Sarmiento y Perón pensaron la Argentina.
¿Alguien está pensando hoy?

Las políticas de Estado no surgen por generación espontánea. Aparecen como resultado del consenso y son la expresión más elevada de la actividad política, la que valora la historia, entiende el presente y proyecta el destino de la Nación. En 29 años de continuidad democrática, la República Argentina no ha logrado generar consensos; en consecuencia, carece de políticas de Estado. En nuestro país se hace política sin pensar.

El Dr. Raúl Alfonsín no tenía un plan de gobierno cuando accedió al poder en 1983. Las urgencias de la transición iniciada el 14 de Junio de 1982, puedan quizá justificar aquella ausencia por la necesidad imperiosa de volver a la vitalidad las instituciones democráticas. Podía suponerse que, al retomar aquellas su funcionamiento, la improvisación inicial iría cediendo en favor de la organización. Nunca ocurrió. 

La salida anticipada del radicalismo puso en evidencia que la frase de campaña "con la democracia se come, se cura y se educa", no iba más allá del más básico entendimiento. No había otra cosa. Pero si el radicalismo no fue capaz de elaborar planes de gobierno, tampoco tuvo la previsión de hacerlo el peronismo. En 1989 Carlos Menem ganó las elecciones sin tener ningún plan. Avanzó a lo caudillo, ensayando pasos de acierto y error. "Síganme", repetía sin brújula ni mapa. 

A resultas del Pacto de Olivos, sellado entre dos improvisadores, en 1994 se reformó la Constitución Nacional al sólo efecto de especulaciones partidistas de muy corto plazo. Se aplica al caso la terrible frase de uno de los más notables poetas del Tango, Francisco Gorrindo, que ya en 1937 describió en "Las cuarenta" este defecto de la sociedad argentina: "No pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive! Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil". 

El Menem que fue reelecto en 1995 era tan improvisado como el de 1989. La oposición de entonces tampoco ofrecía un verdadero plan alternativo. Así, cuando la Alianza entre la UCR y el FREPASO ganó las elecciones en 1999 no sólo carecía de plan de gobierno: ni siquiera habían sido capaces de prever  el entendimiento entre Fernando De La Rúa y Carlos Álvarez, con el triste final por todos conocido. 

En la emergencia institucional que dejó el Presidente De La Rúa al escaparse por los techos de la Casa Rosada, la improvisación llegó a su climax en la sucesión de presidentes provisionales, todos peronistas. Sin plan previo, pero con buena mano para el timón, fue Eduardo Duhalde quien ofició de piloto de tormentas para volver el país a su cauce institucional. Néstor Kirchner llegó al gobierno perdiendo las elecciones en una suerte de interna abierta del peronismo, sin plan, sin ética, pero con una voraz ambición de poder.

Desde entonces gobierna el kirchnerismo, un fraude en sí mismo, suerte de fase superior del menemismo, al cual ya he dedicado demasiadas notas como para añadir una más. Redundante volver a subrayar que muerto Kirchner el reelecto gobierno de Cristina Fernández sigue en la misma dirección, sin plan, sin buscar consenso, sin aceptar críticas, viviendo de la soja, "ese yuyito que crece solo".

Una sola cosa me obsesiona día y noche, me desvela y atormenta concentrando todos mis esfuerzos: que los opositores que integramos el abanico republicano no progresista, quienes con matices y diferencias -obvio- vamos del peronismo disidente a la diáspora liberal, pasando por el PRO, Unión por Todos y otras opciones cívicas, contemos con el think tank necesario para no ser más de lo mismo.

Es urgente e imprescindible pensar desde y para la acción. Enhebrar con pulso de orfebre los consensos básicos que nos permitan ser, de verdad, una alternativa seria apuntando a establecer políticas de Estado. No hablo de cuestiones electorales, no estoy proponiendo un frente ni un alianza para ir juntos a las elecciones, eso es lo que llamo el hardware, estoy hablando del software, de un conjunto homogéneo de ideas pensadas, evaluadas, discutidas y proyectadas para romper de una buena vez esa constante nefasta de la improvisación. Saber que, más allá de los armados electorales, hay un fondo de pensamiento común que anticipa el día después del kirchnerismo para no caer en nuevas improvisaciones. 

Estoy convencido que el Grupo Consensos, por su carácter plural, puede ser la herramienta que nos permita   saldar esa deuda con la historia argentina. Debemos llegar al gobierno, cualquiera sea la opción partidaria del sector que lo consiga, con una usina de ideas propias y un plan que vaya a ser respaldado por la totalidad del sector. 

A fin de lograr este objetivo no hay modorra del verano que valga, ni vacaciones, ni feriados, ni ninguna excusa para posponer la urgente. Esto tiene que estar funcionando y quedar bien claro antes de las elecciones del 2013. Debemos juntarnos, ampliar la integración del Grupo Consensos con una dinámica organizativa que permita la rápida asimilación de nuevos miembros y una metodología de trabajo que empiece a mostrar resultados. Pensamiento desde y para la acción. No después, no mañana, ahora. ¡Ya!. 

Think tank, o más de lo mismo. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López













lunes, 10 de diciembre de 2012

"HOMO VIRALIS", LIBRO DE JORGE ZIRULNIK.




Jorge Zirulnik es una mente brillante. Si bien es profesionalmente reconocido por su labor como médico psiquiatra, pionero argentino en el campo psiquiátrico con pacientes de SIDA; en su afición a la historia es también un estudioso de la guerra civil, en especial de la Española. En tal sentido ha desarrollado originales teorías sobre el concepto de la guerra civil y su evolución que, lamentablemente, aún mantiene en condición de inéditas.

Siempre que tengo el gusto de conversar con Zirulnik me siento en la obligación de esforzarme tratando  de ver varios escalones por encima de mi capacidad. Puede decirse que es un sembrador de ideas, alguien que sabe "mostrar el razonamiento" (tal vez por la necesidad que le impone estar situado por sobre el intelectual promedio). 

Con la publicación de: "Homo Viralis" (Historia biointelectual del SIDA), editado por Libros del Zorzal, queda felizmente documentada "en su real magnitud la profundidad de su análisis"; tal como la señala en el prólogo el Dr. Pedro Cahn. 



"Homo Viralis" es un libro breve que habilita largas reflexiones y sobre el que caben distintas lecturas, ya que más allá de lo que el subtitulo podría indicar, no tiene un único eje sino varios. Uno de esos ejes, o al menos el que he tomado en la primera lectura, es la identidad del sujeto infectado; en tal sentido es sumamente interesante ver la evolución de la enfermedad desde su dramática aparición hasta la actualidad. La interrelación entre el conocimiento médico y el ordenamiento social fueron marcando fases de superación desde el total rechazo a la aceptación, tanto individual como colectiva. Entonces surgen interrogantes por fuera del texto. ¿Cuánto representó el SIDA para el llamado orgullo gay? ¿Hubiera logrado cohesión y peso, como minoría hiperactiva en la Argentina, la comunidad homosexual sin la existencia del SIDA? ¿Cuánto influyó a nivel global el anuncio de Magic Jhonson en 1991 para comprender que no era exclusivamente un problema de homosexuales? ¿Hay aceptación de la homosexualidad por parte del resto de la sociedad, o es un efecto  de reparación culposa por la ignorancia (inevitable) que en los comienzos de la pandemia marcó una fuerte discriminación por la "peste rosa"? 

Quien lea "Homo Viralis" formará su propia lista de interrogantes y seguirá pensando por mucho tiempo, y acaso (hermosa palabra la palabra "acaso") esa sea la mayor virtud del Dr. Jorge Luis Zirulnik.


"HOMO VIRALIS"

Historia biointelectual del SIDA

Autor: Jorge Luiz Zirulnik
Editorial: Libros del Zorzal
Páginas: 118
Precio: 60$

OPINIÓN: PARA MOVER LAS NEURONAS

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

domingo, 9 de diciembre de 2012

LA PROTESTA QUE NO FUE


El 6-D iba a ser otro día de protesta cívica. Ciertamente no se esperaba que tuviera una gran convocatoria, no iba a tener el impacto del 8-N. Muchos no estaban de acuerdo con repetir ese modo de expresión popular, en principio esa fue también mi posición hasta que Julio De Vido insistió con la re-reelección. La organización del 6-D no tenía en las redes la consistencia, constancia y fervor de las anteriores marchas. De todas formas creo que unos cuantos íbamos a salir a las calles; para refrendar nuestro compromiso ciudadano por el respeto de la Constitución Nacional y evitar el manoseo de sus contenidos republicanos.

Primero la humareda tóxica por el incendio registrado en el Puerto de Buenos Aires, que obligó a evacuar edificios en la zona aledaña, y luego el temporal que descargó una cantidad inusitada de agua sobre la Capital Federal y el Conurbano Bonaerense, obligaron a suspender las convocatorias en curso incluyendo, por un efecto arrastre, las del interior del país. 

Sin embargo, el mismo día, en la hartante y exagerada disputa por la aplicación de la Ley de Medios entre el kirchnerismo y el multimedios del progresismo, un fallo judicial desarmó el triunfalismo del gobierno. Así, la protesta que no fue, quedó compensada en el espíritu cívico: No todos se doblegan frente a la ambición hegemónica. Todavía es posible la República. La protesta no fue porque la jornada parecía apocalíptica, un día "Lilito" para decirlo con humor, y sin embargo un rayito del Sol de Mayo alumbró la oscuridad del 6-D.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

miércoles, 5 de diciembre de 2012

BREVE ELOGIO DEL CONSENSO


La diosa Concordia entre Tiberio y el Genio Populi Romani,
"Consenso" no es solamente una palabra, aquella que deriva del latín consensus y que la Real Academia Española define como: el acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos. 

Sobre la historia argentina y de cara al porvenir, esa sencilla definición resulta insuficiente para comprender la profunda dimensión del concepto y la necesidad de ponerlo en práctica. El desafío de las generaciones presentes es emprender la construcción del consenso como la obra patriótica que podemos aportar al bienestar de la Nación. Nuestro protagonismo generacional no está signado por la inminencia de ninguna gesta heroica, no hay en el horizonte inmediato guerra alguna que librar, tampoco tenemos que organizar el Estado ni consolidar la extensión territorial del país como lo hizo la Generación del 80. La República Argentina no necesita fantasías revolucionarias ni epopeyas de cartón. Evitando la tentación de caer en la manía refundadora, cuyo brillo siempre es efímero, el rol de mi generación es promover la evolución cívica a través del consenso. En el desenvolvimiento de la historia las circunstancias nos condicionan, desde las nuestras podemos inventarnos una bandera épica para ser más de lo mismo, o asumir el contexto y buscar la trascendencia de valorar lo cotidiano. Parafraseando a Discépolo, ya basta de tirar la casa vieja antes de construir la nueva.

Creo que nos toca ser los humildes de la historia. Limar la soberbia, abrir el diálogo para encontrar la llave que, cerrando el ciclo de repetidos fracasos al que ha conducido la constante de la discordia, rescate los logros del pasado y los ponga en la perspectiva de una sociedad que se integre concientemente para forjarse el futuro común.

La humildad de trabajar en la construcción del consenso es una misión que se sabe fatigosa, tanto que incluso pueda sentirse opaca desde que el diálogo carece  de la espectacularidad que brinda la agitación, pero sus frutos, a diferencia de cualquier otro curso de acción, harán una sociedad menos hipócrita, en la que el valor de las palabras no sea meramente el de las apariencias. Para que el ser se oriente hacia un deber ser, es necesario: primero diferenciar lo que es de lo que parece, y luego mantener la correlación entre realidad y apariencia. 

Una sociedad plural y abierta, capaz de definir sus objetivos, sólo es posible en base al consenso. Conceptualmente el consenso parte del reconocimiento del otro. Del otro apreciado en su libertad de pensar y obrar. Del otro como dueño de su propia entidad. Del otro como una insoslayable voluntad. Partiendo de esa premisa el consenso asume la igualdad de los distintos. La razón del consenso anida en la diferencia y no hace de esta un obstáculo a eliminar, por el contrario, la disidencia enriquece el pensamiento y eventualmente posibilita tener un plan “B”.

Se dice que cuando dos personas coinciden en todo es porque al menos alguna de las dos no está pensando. La uniformidad no es el objetivo perseguido por el consenso, ni siquiera en el básico consenso entre dos personas puede esperarse una identificación total. Mucho menos en un grupo de acción política; excepto claro que en lugar de querer fortalecer la democracia se apunte a instalar un proyecto totalitario, emulando a Cuba o cualquier otra dictadura donde algún iluminado se arroga el derecho de decidir la suerte colectiva.

A medida que más personas participan de la búsqueda de un consenso, lógicamente las coincidencias tienden a ser menores, sin embargo y por eso mismo, en ese proceso se define lo fundamental. Un matrimonio bien constituido vendría a ser el máximo común denominador del consenso. En ese caso, dos personas coinciden mucho más allá de lo fundamental y sus diferencias son poco relevantes en relación a la felicidad del matrimonio. En el otro extremo, la definición de políticas de Estado determina el mínimo común denominador de un país. En este caso los acuerdos se limitan a lo básico, pero esos acuerdos, cuantitativamente ínfimos en relación a las diferencias tienen una valorización cualitativa que las apacigua y encauza a favor de la paz social.

Tómese conciencia que en la República Argentina, aunque abunden las declamaciones, prácticamente carecemos de políticas de Estado; ello es así porque como sociedad no tenemos incorporado ni el concepto ni la práctica del consenso. Consensuar es darle a la organización la oportunidad de vencer al tiempo, es cumplir la palabra empeñada respetando las reglas de juego, es aprender y enseñar en la constancia.

Consensuar sólo es posible con responsabilidad mutua, por ello representa el mayor ejercicio de Libertad al que puede brindarse un ciudadano; y un claro síntoma de salud republicana.

El consenso es la práctica de la duda, de la humildad y de la tolerancia. Las convicciones, para ser auténticas, deben ser cuestionadas; constantemente puestas a prueba, tanto por las dudas propias como por las razones del otro. 

Construyamos consensos, ayudémonos a pensar para la acción.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López