El 07 de Setiembre de 2012, al cumplirse 42 años de las muertes de Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus, ante la celebración del denominado "Día del montonero" hice el siguiente comentario:
.- Dos menos. Fue un buen comienzo...
El mismo día vi la película de Clint Eastwood "Invictus". La historia de Sudáfrica, con los esfuerzos del Presidente Nelson Mandela por superar el pasado racista y violento del apartheid, que lo mantuvo en prisión durante 27 años, me conmueve hondamente.
En Sudáfrica Nelson Mandela, un abogado que estuvo 27 años prisionero del régimen racista, llegado a la Presidencia eligió la generosidad para que su Patria mirase al futuro dejando atrás los odios del pasado.
En la Argentina Néstor Kirchner, un abogado que durante el Proceso estuvo cordialmente preso unas cuantas horas y se "exilió" en el Chile de Pinochet, llegado a la Presidencia eligió el rencor para estancar a su país en los odios del pasado.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica, donde unos 200.000 sudafricanos fueron prisioneros y la mayoría torturados durante el apartheid, registró unas 22.000 víctimas con derecho a reparaciones; en la Argentina el número de desaparecidos de la Conadep no supera los 9.000, sin embargo y contra toda evidencia se insiste en señalar que fueron 30.000. Un bolazo de 21.000. En la Sudáfrica segregacionista el gobierno perseguía a sus opositores por razón de su color de piel, en la Argentina de los años de plomo el Estado combatió a bandas de terroristas.
En Sudáfrica se busca consolidar la verdad, en la Argentina se intenta consolidar la mentira.
Trazar un paralelo con lo ocurrido en Argentina me resultó inevitable.
En la Argentina Néstor Kirchner, un abogado que durante el Proceso estuvo cordialmente preso unas cuantas horas y se "exilió" en el Chile de Pinochet, llegado a la Presidencia eligió el rencor para estancar a su país en los odios del pasado.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Sudáfrica, donde unos 200.000 sudafricanos fueron prisioneros y la mayoría torturados durante el apartheid, registró unas 22.000 víctimas con derecho a reparaciones; en la Argentina el número de desaparecidos de la Conadep no supera los 9.000, sin embargo y contra toda evidencia se insiste en señalar que fueron 30.000. Un bolazo de 21.000. En la Sudáfrica segregacionista el gobierno perseguía a sus opositores por razón de su color de piel, en la Argentina de los años de plomo el Estado combatió a bandas de terroristas.
En Sudáfrica se busca consolidar la verdad, en la Argentina se intenta consolidar la mentira.
Me quedé un largo rato reflexionando y comprendí que, en el hartazgo por el relato falso y parcial de la historia que promueve el kirchnerismo, corría el riesgo de caer en su misma lógica miserable y permanecer encerrado en el círculo del rencor.
Jamás le tendré simpatía a los montoneros, mucho menos a los erpianos, ni a esbirro alguno de la dictadura castrista, pero alguna vez habrá que cortar la cadena del odio, la misma que ayer alimentó la guerra fratricida y que hoy sirve al negocio de los derechos humanos.
Quisiera para mi país ver en la Presidencia de la Nación a alguien más parecido a Nelson Mandela que a Néstor Kirchner, y por eso, en el 2015 votaré por quien mire hacia delante. ¡El futuro es nuestro!
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
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