El concejo deliberante de Salta no merece mayúsculas ni ser llamado honorable. La expresión "honorable" se aplica a la persona o cuerpo colegiado que actuando con honradez es digna de ser respetada. No es el caso de ese cuerpo legislativo.
Desde que, a instancias del concejal Miguel Martín Ávila, un espurio proyecto destinado a lanzar olvido sobre la ya muy deteriorada memoria de los argentinos encontró eco, el concejo deliberante de Salta merece la consideración de un antro dedicado a cagar sobre la historia argentina. Así han avalado: "solicitar al Secretario de Derechos Humanos de la Nación que por su intermedio el Ministerio de Defensa ordene el retiro del monumento denominado 'Combate de Manchalá', ubicado en terrenos del Ejercito Argentino". Se argumenta para ello que el Operativo Independencia, dentro del cual se libró el combate, resignifica el terrorismo de Estado y los crímenes perpetrados contra la población civil a partir del golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976. Una boludez, con mucho de hijadeputez.
Monumento al Combate de Manchalá |
De cara a la historia, los nuestros -repito y subrayo para el entendimiento de los concejales salteños-, los nuestros, son los hombres del Ejército Argentino que vencieron en el Combate de Manchalá. Los otros, el enemigo en armas contra la Nación Argentina son los guerrilleros guevaristas del ERP. Cuando el 28 de Mayo de 1975, en defensa de la integridad territorial y siguiendo las legítimas órdenes de un gobierno constitucional, nuestros soldados pusieron freno a los esbirros de la dictadura castrista que soñaban con privar eternamente de todas sus libertades al pueblo argentino, un nuevo laurel, digno de aquellos otros que recuerda el Himno Nacional, quedó añadido a la historia argentina. La Nación Argentina debe agradecer y celebrar por siempre esa victoria.
Los concejales de Salta obran como si no vivieran en la Argentina, ellos parecen habitar en el país de los traidores y desear que el Ejército Revolucionario del Pueblo hubiera impuesto a Mario Roberto Santucho como el "amado líder" de una Argentina esclava, que hoy compartiera la indigna categoría de aquellos pobres pueblos, como Cuba o Corea del Norte, que malviven tiranizados por dictaduras comunistas.
Cuando la historia se falsea alevosamente, y en una mezcolanza berreta se quiere hacer pasar por terrorismo de Estado a la legítima defensa de la Patria, no es posible quedarse callado viendo que en nombre de la memoria se profundiza el olvido, y tampoco vale la pena contener la bronca ni medir las palabras. ¡Ya basta de esperar que se calmen por sí solos! ¿Hasta cuándo?
Diría que el concejal Miguel Martín Ávila es un cretino, pero en rigor de verdad es el ejemplo del "perfecto falso cretino". El cretinismo es la enfermedad caracterizada por un peculiar retraso de la inteligencia, lo que se evidencia con estupidez, idiotez o falta de talento. Su propuesta, notoriamente estúpida, no lo muestra empero estúpido, sino parte de una clase gobernante que haciendo olas con el odio toma por idiota al resto de la ciudadanía que, es preciso decirlo, deja mansamente que la traten así. 54% de los votos para ser más exacto. La mayoría demuestra que hay cierto talento en sacar rédito de la mentira, y no quedan dudas que Ávila intenta aportar su cuota de mendacidad a la historia. ¿Se sentirá ofendido Ávila por esto que digo? Si así fuera, sepa que mis puños están prestos a brindarle satisfacción. Así de harto estoy. ¿Seré el único? ¿Nadie más siente hartazgo por estas aberraciones de la desmemoria? ¿Es Argentina un país de traidores?
concejal de la desmemoria Miguel Martín Ávila |
En medio de esto, la muerte del secretario de derechos humanos Eduardo Luis Duhalde, oportuna y nada lamentable, ha venido en parte a frustrar el despropósito planeado por Ávila. Seguramente el difunto, al que en vida consideré un miserable y no encuentro motivos para tener ahora otra opinión, quien supo dar soporte jurídico al ERP mientras esa horda de apátridas atentaba contra la sociedad argentina, hubiera recibido con beneplácito la posibilidad de borrar la derrota. Seguro encontrarán otro como como él, imbuido de las mismas miserables ideas, es posible entonces que el plan de Ávila prospere, llegado el caso ¿será el Ministro de Defensa Arturo Puricelli igual de miserable? Y si lo fuera, que esperemos que no, ¿encontrará militares serviles que vayan corriendo maza en la mano a demoler la memoria?
¿Viviremos mucho tiempo más en el país de los traidores?
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.
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