miércoles, 28 de marzo de 2012

CARTA ABIERTA AL EMBAJADOR DE POLONIA EN ARGENTINA


28 de Marzo de  2012.-



Estimado Señor Embajador 
de la República de Polonia,
Licenciado Jacek Bazański:




Me dirijo a Ud. en mi carácter de ciudadano de la República Argentina, al simple efecto de manifestar repudio personal a las expresiones vulgares y antidemocráticas del Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno respecto de la colectividad polaca.

Quisiera poder argumentar que esos dichos, de público conocimiento, son producto de un ignorante desubicado; lamentablemente ese funcionario con sustancia y formas de patotero es la fiel representación de un gobierno electo con el 54% de los votos. 

No diré entonces que la mayoría de los argentinos aborrecemos esas palabras lesivas para con la comunidad polaca de la Argentina, porque es bien posible que no sea así; o al menos eso habré de pensar mientras Guillermo Moreno siga siendo ratificado en el cargo por la Presidente de la Nación. 

Simplemente hablo por mí, en el llano y de a pie. Desde mucho antes de este triste episodio, uno más en la penosa vida pública de Moreno, indigna la conciencia republicana que un sujeto de tan despreciable conducta pueda tomar decisiones que afectan la vida diaria del país; contribuyendo a la bochornosa cultura gubernamental de intolerancia y autoritarismo.

Sepa pues, Señor Embajador, que no todos los argentinos somos corderos mansos que berrean al son del actual Gobierno ni de Guillermo Moreno, y puede estar seguro, eso sí, que hay quienes valoramos positivamente el aporte de todas las corrientes migratorias que contribuyeron a formar nuestra identidad nacional. 

Como testimonio de afecto por Polonia me parece oportuno, en cercanías de un nuevo aniversario de la gesta de Malvinas, traer de la memoria palabras de uno de nuestros valientes jóvenes que dieron su vida por la Patria durante la guerra contra el usurpador inglés. 

En Enero de 1982, en relación a las noticias que llegaban al país sobre Lech Walesa y Solidaridad, escribía en una carta el Teniente Roberto Néstor Estévez, del Regimiento de Infantería 25 con asiento en Sarmiento, Provincia de Chubut: 


"Dios dé al querido pueblo polaco sabiduría para triunfar en esta su epopeya nacional o valor para morir con el fusil en la mano, pero roguemos también para que no toleren ni un minuto más de látigo comunista sobre sus espaldas de hombres dignos".

Por eso, entre la voz descalificante de un funcionario que es causa de vergüenza y el sentir de un auténtico Héroe Nacional, elijo ponerme de pie para reconocer la dignidad del "querido pueblo polaco".


Sin otro particular, saludo a Ud. muy cordialmente.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.




  





jueves, 22 de marzo de 2012

LUIS ALBERTO ROMERO, SUPERFICIAL Y DERROTISTA.



Queriendo explicar los equívocos y malentendidos en la historia reciente de los argentinos, el historiador Luis Alberto Romero ha perpetrado un desatino con forma de artículo que, curiosamente, lleva un título interesante: “Conmemorar Malvinas, sí, pero hacerlo el 14 de Junio”; publicado por el diario Clarín en su edición del 22 de Marzo de 2012.

En la lectura del texto se hace evidente que Romero no alcanza a comprender a la Argentina como país; mucho menos como Patria.

Con pretensiones de esclarecido, se incluye entre quienes rechazan la sola idea de provocar una muerte; una linda moralina que no significa nada cuando la historia es conflictos aquí y ahora. Resulta muy llamativo en un historiador desconocer que matar o morir es una de las cosas que pueden justificarse o no según los contextos, y todavía más que condene como un equívoco propio de los ’70  la idea de que una muerte heroica es valiosa si la causa la justifica. Sepa el Sargento Cabral, que según Romero murió por nada.

Con el mismo criterio superficial, y que parece más interesado en provocar que en reflexionar, lo que Romero propone (tanto en este como en otros artículos) es que los argentinos nos deshagamos de la Causa de Malvinas, porque al fin de cuentas le parece una locura colectiva, para peor invención del nacionalismo antidemocrático.

Despidiendo un cierto tufillo a… ¿qué sería? ¿traición?, confiesa Romero que “En 1982 pensé que un triunfo militar sería nefasto. No lo dije, pero fui un derrotista, y el 14 de Junio sentí un enorme alivio. La realidad había arrasado al relato. La soberbia y la paranoia habían sido derrotadas. La nefasta vía hacia la dictadura nacionalista y populista se había interrumpido. Otro camino era posible”. De allí que proponga desterrar de la memoria el 2 de Abril, exaltando en cambio al 14 de Junio como el “día de la realidad” para “retomar el camino de la democracia institucional”. 

Decían Los Redondos que en su afán de lucirse cualquier cerdo puede comerse un jamón, Romero en pose de intelectual opositor al kirchnerismo lleva la desmemoria a un extremo absurdo, pues si el relato kirchnerista de la historia argentina es mentiroso -que lo es- e implica deteriorar la calidad institucional de la democracia, la visión de Romero es todavía peor: conduce lisa y llanamente a la negación de la Patria. La Patria, y en tanto historiador Romero debería entenderlo, no es una salida cómoda para las dificultades de la coyuntura, es el riesgoso mandato de la historia que cada argentino afronta en su presente para seguir siendo argentinos mañana. Razones jurídicas, convicciones ideológicas y sentimientos profundamente arraigados en la historia nos hacen querer seguir siendo argentinos; pero la Patria es también llamados irracionales, como el de la emoción que le pone lágrimas al Himno Nacional escrito por Don Vicente López, cantado por todas las generaciones de argentinos (ver “Teoría Romántica del Derecho Argentino”, Calvo & Tamagnone).

El patriotismo hace de la causa de Malvinas y la democracia dos banderas irrenunciables. Es falso que una implique abandonar a la otra, cosa que insinúa Romero a través de su derrotismo crónico; mismo que le impide reconocer la existencia de héroes en la Guerra de Malvinas pretendiendo así que todos nuestros combatientes sean reducidos a meras víctimas del Estado Argentino. Pero claro, para él Cabral murió en vano.

Como se ve, la cuestión de la fecha es lo menos importante en el artículo de Romero, de hecho yo soy de los que creen que también debe conmemorarse el 14 de Junio, pero por una sencilla razón a contramano de lo que argumenta: La causa de Malvinas no es solamente honrar a nuestros muertos, es la cuestión ética fundamental de impedir que el ladrón se quede con la billetera; por eso debemos superar la derrota y recuperar el territorio usurpado.

Luis Alberto Romero se dice historiador… ¡Já! Pobre hombrecito ilustrado, su mirada intelectualoide es incapaz de entender las razones y las sinrazones por las que la Patria existe y no tiene fecha de vencimiento.

¡Honor a los combatientes y Gloria a los caídos!.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.








martes, 20 de marzo de 2012

24 DE MARZO




Escribí estos 24 versos sobre una servilleta, mientras tomaba café por la Avenida Corrientes viendo caer la lluvia torrencial que empapaba a los desprevenidos. Guardé la servilleta y me fui caminando bajo el aguacero. Así como caía el agua, así han de caer un día todas las mentiras de este tiempo de falsa memoria. 




24 DE MARZO
  

Las madres de la Argentina
parieron hijos derechos,
que en Tucumán y en Malvinas
supieron poner el pecho.

Fue en el amor que crecieron,
en ese amor que vivieron,
y el dolor cuando cayeron
no fue tasado en dinero.

En las memorias de marzo
voy a escribir sobre el blanco
con letras rojas de sangre
tres nombres que andan rondando.

Cuando una estrella siniestra
y una tacuara traidora,
cargaban cegando vidas
al estallar de las bombas.

Por ser hijos de esta Patria
los tres pusieron el pecho.
Le dieron Patria a sus vidas,
le dieron vida a la Patria.

Y si hoy es nuestra bandera
la que en el mástil flamea,
es porque tiene Argentina:
¡Leonetti, Luna y Berdina!


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
Estado Libre Asociado de Vicente López

sábado, 17 de marzo de 2012

NUEVO SINÓNIMO DE DIGNIDAD


Sargento Villegas y Soldado Tries

Un gesto. Una demostración de honorabilidad y sentido común en el país del eterno cambalache. Y no, no todo es igual, hay quienes no aceptan vivir manoseados en el lodo. ¡Huy si Discepolín viviera! Saltaría de alegría, con su furor de hincha, para abrazarse a Miguel Cantilo y celebrar que la bronca se afloja cuando un ejemplo nos sirve de ley.  

El Soldado Veterano de la Guerra de Malvinas Esteban Juan Tries recibió una oferta de Tinelli, algo por lo que muchos venderían su alma, y la rechazó porque: "Malvinas no tiene precio y no se puede convertir en un show. No se puede hablar de los muertos en combate y después bailar el reggaeton. Es una falta de respeto".

Y desde ahora "Dignidad" también se dice "Tries"

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.

viernes, 9 de marzo de 2012

EL FUTBOL DE LOS IDIOTAS.


El fútbol argentino es de los idiotas y los mercaderes.

Un montón de idiotas que creen ser de Huracán arrojando piedras contra un micro lleno de hinchas de San Lorenzo dejan a un pibe de cinco años con lesiones en uno de sus ojos; el que por suerte y pericia médica no perdió. Otra "hazaña" más de barrabravas, los mismos que seis años atrás mataron al hincha de Vélez Emmanuel Álvarez, y ninguna reflexión sobre el origen del mal. 

Ningún periodista lo dice, pero cualquiera que se acerque a un club de AFA puede comprobar la existencia de carteles que advierten sobre la imposibilidad de ingresar con indumentaria de otros clubes del fútbol argentino. Y se aclara que es una disposición de la AFA. Parece una medida para prevenir la violencia, pero es todo lo contrario: en nombre del folclore la afirmación de la estupidez hace norma el credo de los intolerantes. Suponer que las camisetas son sagradas y por lo tanto excluyentes, es decir que los hinchas de distintos cuadros no pueden convivir en un mismo espacio; eso implica darles un valor absurdo a las remeras y los trapos. No son banderas, son trapos, apenas trapos. La lógica democrática -si la lógica de la civilización sirviera de algo en nuestro país-, no encuentra ninguna contradicción en ser socio de un club e hincha de otro. 

La AFA, si tuviera interés en prevenir la violencia -que no lo tiene- promovería la convivencia y sancionaría a los clubes que limitaran el ingreso de los que visten otros colores. 

Es necesario que las cosas cambien para mejor, pero las cosas no cambian con miedo. Cuando la AFA prohíbe a los clubes aceptar personas que vistan otras camisetas dentro de sus instalaciones, lo que muestra es miedo y cobardía. Los barrabravas, los que hacen del futbol una historia de vida o muerte, esos son los únicos que se benefician de la falta de audacia moral que, con Julio Grondona a la cabeza, exhibe en todo aspecto la dirigencia del fútbol argentino. 

Nada va a cambiar, a los barrabravas y a los dirigentes les conviene así. Y los demás tenemos la dirigencia que nos merecemos, somos corderitos, medrosos, tibios, nos indignamos un ratito pero nos acostumbramos a todo, y al fin de cuentas Don Julio bien lo sabe: "Todo pasa", por eso es que todos pasan y le besan el anillo.




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López.

sábado, 3 de marzo de 2012

NUEVO LIBRO, SOBRE EL TENIENTE ESTÉVEZ.

Me complace informar a los amigos y lectores de La Pluma de la Derecha que con Marisa Bisceglia hemos terminado el borrador preliminar (sujeto a correcciones) del libro en el que trabajamos juntos desde principios del año pasado:


"TOTO" 
Vida del Teniente Roberto Estévez, 
el chico que soñaba pelear en Malvinas.


El Teniente Roberto Estévez, caído en combate, se hizo conocido para los argentinos por la carta que le dejó a su padre antes de partir a Malvinas. Este oficial dedicado a la milicia con romántico idealismo, quien tenía una hermana presa por montonera, había sufrido un paro cardíaco durante el duro Curso de Comandos de 1981 (dirigido por el mayor Aldo Rico) y siendo revivido con una inyección de adrenalina al corazón decidió mantenerse en el curso hasta aprobarlo. Tal era su determinación. Su biografía contextualizada, que es también un ensayo sobre el heroísmo, se sustenta en documentos, testimonios de quienes lo conocieron y, fundamentalmente, en las cartas que el propio Estévez escribiera a modo de diario desde que estaba en primer año del Colegio Militar hasta pocos días antes de su muerte en batalla. Esas cartas se las enviaba a Marta, que fue primero amiga y luego novia de Estévez y a quien también dejó la otra carta póstuma que acompañaba a la del padre. En todas esas cartas, con buena prosa, brinda una semblanza de la vida militar y se descubre a un tipo que no borraba con el codo lo que escribía con la mano.

Escribir este libro ha sido una de las cosas más gratificantes que he podido experimentar. Debo agradecer por ello a Marisa Bisceglia que, siendo una malvinera de alma, me invitó a participar de su proyecto con total generosidad. Desde hacía tiempo venía Marisa recolectando información y profundizando en cada detalle con minuciosas investigaciones sobre la vida de su admirado Teniente Roberto Néstor Estévez. En rigor de verdad ella podía escribir este libro sin necesidad de mi modesta pluma, y esa certeza me obliga a reflexionar sobre uno de los motivos por los cuales me ofreció participar confiando en mi estilo de redacción. Personas como Marisa Bisceglia sienten la causa de Malvinas muy hondamente, y se involucran desde lo emocional con consecuencias que en algún  punto se tornan contraproducentes. Así que mi rol fue mantener una cierta distancia -y no crean que es fácil- para darle forma y definición al libro. Si por Marisa fuera, seguiría juntando y juntando información sobre Estévez, indagando un poco más en esto o en aquello, queriendo que nada ni nadie quede afuera. Esos son los riesgos del apasionamiento. En eso, creo que ayudé. Pero insisto, al margen de mis aportes el mayor mérito es de Bisceglia.

Marisa Bisceglia en Arroyo Malo, Malvinas.

Marisa trabó amistad con Marta, quien había sido novia de Estévez, y el prematuro fallecimiento de ella fue un golpe doloroso. El día que Marisa obtuvo las cartas de Estévez a Marta y las tuve frente a mí, junto con fotos, entradas de cine, el programa de la última película que vieron juntos y otros efectos personales, sentí una conmoción. Confieso que sus cartas las leí con algún resquemor: ¿sería el tipo tal cuál creíamos que era?¡Que satisfacción, amigos y lectores, descubrir que era mejor aún de lo que imaginábamos!

Leyendo las cartas en las que contaba todo, desde su afición por la música y la lectura hasta su deseo de ser el mejor combatiente, recordaba a cada rato la vez en que el Negro Rubén Juárez charlando por teléfono me cantó al oído: "Contame una historia / vos, que sos mi hermano, / volcame en la curda que me haga sentir / que aunque el mundo siga yirando a los tumbos, / aún vale la pena jugarse y vivir...". ¡Huy Negro!, como te gustaría saber que sí, "...que existen amigos derechos / mujeres enteras que saben querer. / Y tipos con tela que se abren el pecho, si ven que la vida te puso en el riel...". 

Ni una mancha mínima de tinta en el codo de Estévez, nunca borró lo que escribió con su mano. Se puede disentir con alguna de sus ideas, pero no se puede desconocer la entereza y la verdad de su sentir la Patria. Reitero que la principal fuente documental de la investigación, lo que nos permitió un conocimiento acabado de su persona, son las cartas que Roberto Estévez le envió a Marta, (incluyendo la que dejó escrita antes de partir a Malvinas previendo el caso de morir en combate); ella, quien fue su amiga primero y novia después, pese a haber logrado rehacer su vida, las guardó celosamente durante estos 30 años. Así nuestra biografía es también una bella historia de amor.

Nos embarcamos ahora en la difícil tarea de obtener el apoyo de alguna editorial, por eso les pido dar toda la difusión posible a este post. Y vaya como anticipo estos párrafos que, además de revelarnos al Estévez melómano, vienen a cuento de los dichos de Roger Waters sobre la pertenencia de las Islas Malvinas a la Argentina:  

1981: 

Escuchando “Wish You Were Here” de la banda británica Pink Floyd, teniendo a la mano un té caliente y la vista colgada en la lluvia al otro lado de la ventana, el 29 de Junio al mediodía Roberto pensaba en Marta; siempre en ella, cada vez con mayor intensidad. El 30 llegaron los demorados, y ansiosamente esperados, papeles de la Escuela de Infantería detallando los requisitos para el Curso de Comandos. El cassette de Frank Sinatra, “Los mejores años”, sonaba en la habitación mientras Raimondo y Estévez leían las exigencias que debían enfrentar. Es curioso el amplio abanico del gusto musical que tenía Toto, porque así como disfrutaba de Pink Floyd o de Sinatra, ponía el cassette de José Larralde para escuchar “Herencia pá mi hijo gaucho” sintiendo la fuerza y pureza del hombre que aunque golpeado sigue creyendo, lo mismo que se deleitaba al captar la radio de Las Heras, Provincia de Santa Cruz, escuchando folklore del mejor a través de Los Fronterizos, Cafrune y el Chango Nieto.

1982

Melómano extremo, una vez disponiendo del cuarto en exclusividad Estévez siempre colocaba un fondo musical en su habitación. La música era para él un arte sublime, cuya existencia era una gracia de Dios porque de faltar la vida sería incompleta y sin esencia. Y con esa convicción escuchaba a José Larralde cantando su zamba “Aunque no esté”, letra que le transcribió a Marta porque expresaba auténticamente el profundo sentimiento de presencia a pesar de la distancia. En opinión de Toto, sólo José Larralde podía manifestar, tan definidamente, el ineludible compromiso ante Dios de sentir verdadera alegría de vivir.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

viernes, 2 de marzo de 2012

MANIFIESTO DEL GRUPO CONSENSOS

MANIFIESTO
La comunidad organizada del siglo XXI
Grupo Consensos (*)

     Podría decirse que en la actualidad el debate cultural del país transcurre en las catacumbas, mientras la superficie es ocupada por intelectuales cortesanos y un amplísimo dispositivo (oficial y oficioso, oficialista y opositor-de-Su-Majestad) que difunde y amplifica todo lo que discurre por el sendero de lo políticamente correcto, mientras pone sordina o relega al pie de página las voces que amenazan el dogma predominante.

     Ese dogma se autodefine como "progresismo" y, en general, concibe como progreso distintas variantes de la decadencia. Se trata, en rigor, de un retroprogresismo: en temas fundamentales simula que la realidad no cambia y se mantiene anclado a ideas, tics o reflejos condicionados de un patético anacronismo.

     Este sedicente progresismo es, en rigor, agente del statu quo. Divorciado hace rato de reivindicaciones y pulsiones sociales que en el pasado le dieron razón de ser y legitimidad, el progresismo de hoy tiende a reagruparse conservadoramente alrededor de recetas, cuyos elementos básicos se encuentran en una concepción secularizada del mundo y en un afán normativo que tiende a juridizar derechos disímiles, definidos todos como "derechos humanos", en un listado sin fin, en el que muchos de ellos son contradictorios con otros y que conviven en el caldo de un relativismo trivial, para el cual, al fin de cuentas, no hay jerarquía alguna de valores.

     Lo que en los orígenes se presentaba como un movimiento propio de la realidad, ahora debe ser impuesto a esta como una acción normativa deliberada apoyada en un código de pensamiento, el "pensamiento políticamente correcto". 

     Se trata, ahora, de un moralismo sin valores, sin tradición viva, sin identidad. Según esta orientación, las identidades no se despliegan ni se desarrollan: se construyen arbitrariamente, en un movimiento paralelo de adecuación a la decadencia y de elevación de la decadencia a principio fundante, en nombre de una libertad concebida como exaltación absoluta del "Yo", y de la comunidad concebida como una yuxtaposición de átomos, una especie de Babel indiferente, en la que el sentido no está extraviado, sino que ha desaparecido ante una pretendida neutralidad valorativa para la que, como diría el filósofo Minguito, todo "se gual".

La Corte Cultural El grupo intelectual "progresista" hoy predominante es el que funciona como Corte Cultural del gobierno central, un colectivo de funcionarios, becarios y aplaudidores que aportó al gobierno el adjetivo "destituyente" para calificar la movilización rural y urbana de 2008.

     Más allá de sus conquistas presupuestarias, de sus kilométricas cartas abiertas y de la resonancia que le facilita el aparato mediático, la verdad es que ese sector influye mínimamente en las políticas del oficialismo; más bien su tarea reside en elaborar un envoltorio de justificaciones capaz de contener el respaldo al gobierno de algunas fracciones de los sectores medios así como de aportar adorno al "relato" oficialista. Estos bravíos apologistas de revoluciones lejanas no se animan siquiera a objetar seriamente al gobierno la adulteración de las cifras del INDEC.

     Si se trata de debatir políticas efectivas, los exponentes más genuinos del gobierno "sus intelectuales más orgánicos" son funcionarios como Guillermo Moreno, Ricardo Etchegaray, Gabriel Mariotto, Julio De Vido o Carlos Zanini. Son ellos y, por supuesto, la propia Presidente y, en su momento, Néstor Kirchner los que encarnan los conceptos y la práctica del llamado modelo, que va más allá de lo económico, aunque esta dimensión tenga un peso sustancial. El hipercentralismo, la falsificación estadística, la manipulación informativa, los límites a las libertades, el manejo discrecional de los recursos nacionales, el unitarismo fiscal, las presiones sobre todo sector que pretenda ejercer autonomía (desde la prensa o la Justicia al movimiento obrero o las conducciones territoriales) son puntos de un programa político-cultural que no surge de ningún debate de los cenáculos culturales oficialistas, sino que es la decantación del recetario progresista en las condiciones de un gobierno que, surgido principalmente del voto del peronismo, obedece a otras consignas y a otras prácticas.

     Como intelectuales vinculados al peronismo y a sectores independientes que convergen con él en estas circunstancias, manifestamos la necesidad acuciante de que el país ponga en discusión ese programa político cultural que está deslizando a la Argentina a una situación crítica, apenas disimulada por la inercia de un consumo que empieza a chocar con la fatalidad del ajuste; un programa político cultural sin rendición de cuentas, hecho de gastos irresponsables, de subsidios inequitativos, de creciente déficit público, de exacción de las provincias y colonialismo interno, guiado por objetivos de corto plazo. Un programa que, ante nuestros propios ojos, a veces insensibilizados, consagra la pobreza (y la oculta estadísticamente), estimula la desintegración social y sume al Estado en la impotencia en materia de seguridad, educación, incorporación efectiva de los marginados y cumplimiento de sus compromisos con los jubilados.

Peronismo vs. kirchnerismo . El peronismo mismo afronta hoy un gran desafío. Desde el gobierno y desde la oposición, se alzan voces para proclamar su caducidad histórica y postular su desaparición. El oficialismo pretende sustituirlo por el "kirchnerismo", ampulosamente publicitado como una "fase superior" del justicialismo. Desde cierta oposición, sea a través de Plataforma 2012 o de otros grupos de matriz liberal, se busca también atraer a sus presuntos restos mortales para nutrir a nuevos experimentos de centroizquierda o de centroderecha.

     En todos los casos, existe un común denominador: la implícita caracterización del justicialismo como una bestia descerebrada, un espacio conceptualmente vacío y la absoluta ignorancia acerca de la doctrina y el pensamiento estratégico de Perón. El núcleo básico de esa doctrina, cuya vigencia política puede ser compartida en la actualidad por amplios sectores sociales es el concepto, el modelo y la estrategia de transformar la masa en pueblo, apuntando a la comunidad organizada, modelo ciertamente único y original para América Latina y aún más allá de ella, ante la caída de otros modelos políticos, y condición indispensable para el imperio de la justicia social, concebida como una opción de equilibrio y armonía para la constante y natural tensión entre el individuo y la sociedad, que en el plano ideológico se manifestó históricamente en la lucha entre el individualismo liberal y el colectivismo totalitario.

     Perón define a la comunidad organizada como la conjunción entre "un gobierno centralizado, un Estado descentralizado y un pueblo libre". El "kirchnerismo" encarna el intento de reemplazar al peronismo como movimiento nacional por un "Partido del Estado", vertebrado desde arriba hacia abajo, que neutraliza, para ponerlas a su entero servicio, a las estructuras políticas territoriales, las organizaciones sindicales y en general a todas las organizaciones libres del pueblo.

Partido del Estado . En esta nueva etapa política, el Partido del Estado corre una carrera contra reloj para lograr su objetivo de perpetuarse en el poder. Antes de 2015 se propone eliminar cualquier posible alternativa peronista para la sucesión presidencial. De allí la necesidad imperiosa de embestir ya no sólo contra una oposición políticamente desarticulada, sino contra quienes hasta ahora habían sido sus más importantes aliados tácticos, como el gobernador Daniel Scioli o el secretario general de la CGT, Hugo Moyano.

Nosotros no queremos un estado inerte ni un estado faccioso, sino un Estado fuerte y eficaz, que pueda cumplir sus misiones indelegables en materia de salud, educación, seguridad y defensa, fiscalizar adecuadamente el funcionamiento de los servicios públicos y asumir las tareas vinculadas con la preservación del medio ambiente y de lucha frontal contra el narcotráfico en todas sus manifestaciones.

Un estado que se ocupe de las grandes estrategias nacionales, de intervenir con políticas que liberen las fuerzas creativas y productivas de la Argentina, encorsetadas por políticas anacrónicas, de impulsar la productividad, el desarrollo social, la integración territorial y el federalismo.

Sólo en estas condiciones podrá afrontarse con éxito la lucha contra el desempleo, la pobreza y la marginalidad social, prioridad insoslayable en la construcción de una sociedad más justa. 

Educación . A través de un sistema educativo renovado y fortalecido podremos restablecer valores de respeto, disciplina, urbanidad y armonía, así como la cooperación y las jerarquías entre educadores, alumnos y familias. Nuestra Argentina tiene que debatir y poner en práctica políticas capaces de incorporar al trabajo, la producción, la educación a compatriotas a los que no es justo ni consistente atender con un mero subsidio. 

     Juan Domingo Perón no legó a la sociedad nacional ni un populismo ni un nacionalismo obtuso, sino un patriotismo de proyección continental y universal o, si se quiere, un universalismo enraizado en nuestra tierra, nuestra sociedad, nuestras tradiciones, nuestra historia.

     En este contexto, otorgamos una importancia decisiva a la batalla cultural para redefinir el Proyecto Nacional en el mundo del siglo XXI, porque consideramos que es una condición necesaria para combatir exitosamente la estrategia de liquidación de los partidos históricos impulsada por el Partido del Estado. Vemos esa batalla como una circunstancia ineludible si queremos construir una alternativa ante el proyecto gubernamental, cuyos primeros síntomas de agotamiento comienzan a mostrarse.

     Frente a quienes plantean la política como un ejercicio de confrontación permanente, orientado a la eliminación del adversario, revindicamos, tal como lo hizo Perón en su último mensaje al Congreso Nacional, el 1° de mayo de 1974, a la política como la "lucha por la idea", entendida como una forma civilizada de dirimir los conflictos inherentes a toda sociedad, con la vista siempre puesta en la unidad nacional y regional, y bajo el axioma de que para un argentino no puede haber nada mejor que otro argentino.

     Nuestra Argentina es la Argentina de Moreno y de Saavedra, de Belgrano y el Dean Funes, la de San Martín, la de Sarmiento y Facundo, Paz y Rosas, la de Juan Bautista Alberdi, la de Roca y Sáenz Peña, la Argentina de Yrigoyen, Perón, Evita, Frondizi y Balbín. La de Lugones, Borges y Marechal.

     Todo está en nosotros: decaer o renacer es la opción de este gran país hoy por debajo de sus posibilidades y del respeto que tuvo y merecerá tener en el contexto internacional y particularmente en nuestra América. En este país pleno de dones y voluntades creadoras, debemos convocarnos al sentimiento de grandeza y felicidad que supimos demostrar en nuestros dos siglos de vida nacional.


(*) Silvio Maresca, Abel Posse, Graciela Maturo, Enrique Breccia, Jorge Lulo, Pablo Anzaldi, Jorge Raventos, Pascual Albanese, Claudio Chaves, Pablo Rojo, Daniel Vicente González, Ricardo Saldaña, Juan Maya, Heriberto J. Auel, Diana Ferraro, Antonio Calabrese, Lisandro Mora, Cristina Noble, Adolfo Sequeira, Laura Daus, Judith Botti de González Achával, Sara Berehil, Mario Elgue, Rodolfo Barra, Víctor Sonego, Jorge Roetti, Luis María Bandieri, Norberto Monestés, Inés Urdapilleta, Carlos Daniel Lasa, Ariel Corbat, Jorge Lorenzut, Guillermo Compte, Víctor Lapegna, Carlos Falcone, Juan Carlos Landó, Karina Di Benedetto, Hermes Puyau, Daniel Panaro, Cristina Simeone.