Revisando las noticias no encuentro vestigios de pensamiento ni acción por parte de la oposición. Yo -que no tengo convocatoria ni para llenar una cabina telefónica- estoy de vacaciones descansando en el Chubut, pero ¿y todos los demás? ¿Nos fuimos todos a vacacionar? ¿Y los llamados políticos de raza? ¿Dónde están los líderes que legítimamente ambicionan un rol preponderante? Hace rato vengo sosteniendo -sin que nadie tome nota- que en lugar de jugar al sparring bobo, lo que los opositores debemos ofrecer frente al Gobierno y de cara a la ciudadanía es una prédica firme, organizada y constante, que demuestre vocación de poder; esa, justamente, que no puede tomarse vacaciones. El oficialismo es una suma de mamarrachos, pero en la oposición, desde la abundancia de resta, no tenemos ni eso; lo cual les permite elegirse la "oposición" que más les conviene, como Clarín que de oposición no tiene nada. Necesitamos formar un gabinete en las sombras para demostrar la posibilidad de una alternativa y disputarles el centro del escenario político. Que se sepa que hay otra voz; pero ¿hay otra voz? Mientras ningún sector opositor logre formar algo tan elemental como un gabinete en las sombras, toda la oposición no será más que una diáspora de nadas. Es absurdo quejarse por lo que el gobierno hace mal -que es mucho- si desde la oposición no hacemos lo mínimo: que es estar. Mantener los pies en el plato. ¿Es mucho pedir?
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López
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