sábado, 15 de noviembre de 2008

LA HISTORIA POR ESCRIBIRSE DE UNA CANCIÓN OLVIDADA.

DE ALBERTO NERY Y CARLOS MARÍN: UN HIMNO PARA EL ESTADO LIBRE ASOCIADO DE VICENTE LÓPEZ.

Toda canción tiene una historia entrelazada al misterio que marca su derrotero. Algunas estallan de inmediato, convirtiéndose en resonados éxitos que llegando muy profundo al corazón de la gente sintetizan la época y quedan para siempre en el recuerdo colectivo e individual. Tal el conocido caso de la canción “Lilí Marlene”, música para las emociones esenciales del ser humano cantada por soldados de la Segunda Guerra Mundial a ambos lados de cada trinchera. Los himnos nacionales son de esa clase de canciones, pero con un agregado de excelencia: iluminan el futuro porque logran representar el espíritu de sus pueblos. Ya se trate de La Marsellesa para los franceses, del The Star Spangled Banner para los estadounidenses, del Kimi ga Yo para los japoneses, el antiguo Het Wilhelmus para Holanda o el Oíd Mortales para los argentinos, cada Himno da cuenta de un origen común y grandes cosas hechas en el pasado, de la voluntad de sostenerse mutuamente en el presente y del esfuerzo colectivo para mantener la identidad común de cara al porvenir.


Me viene a la memoria cierta noche lejana en un bolichón de San Telmo, cuando algún ignoto cantor de Tango acomodando la guitarra preguntó a la concurrencia que le indicáramos por donde preferíamos que arrancara. Mi amigo Diego tuvo la respuesta inmediatamente: “Maestro: el Himno manda y abre, después todo el repertorio”. Entendiendo y consintiendo semejante afirmación el cantor atacó con las cuerdas de su guitarra los sones de Cambalache que alegremente cantamos a coro. No es una digresión, evoco aquella ocurrente salida para dejar bien de relieve que Himno es sinónimo de excelencia. Muchos tangueros consideran a Cambalache el Himno del Tango, y aunque me genere alguna reticencia, aquella noche sin duda que lo fue. Cosa curiosa que letra tan sombría como la de Discépolo, sentenciando “que el mundo fue y será una porquería”, pueda ser cantada de modo tan jovial. 

Entonces, poner el mote de Himno a una canción es elogiar su capacidad de impacto en el pecho. 

Esta introducción viene a cuento de una canción que no fue grabada, de cuya existencia no tenía ni remota idea, y que acaso -¡qué hermosa es la palabra “acaso”!- tenga un destino que alcanzar tras el largo sueño de más de cuatro décadas. La historia es esta: 

Recientemente escribí un artículo titulado “El Estado Libre Asociado de Vicente López”, explicando algo en serio, bastante en broma, la razón de ser de esa humorada y orgullosa afirmación de identidad barrial o vecinal de darle al propio pago entidad de Patria Chica con aspiración de independencia. 

Si bien lo de Estado Libre Asociado surgió de mí, la publicación tuvo un inesperado rebote desencadenado por el Dr. David Lawes, quien a través del correo electrónico me hizo saber que el célebre Profesor Amelio Ronco Ceruti promovía décadas atrás el lanzamiento de la “República de Vicente López”.

Y si ese dato me alegró muchísimo, porque ya tenía un antecedente a favor de las aspiraciones independentistas de los vicentelopinos, mis niveles de “contentura” crecieron geométricamente cuando Fernanda Barcano, a quien podríamos definir como una tanguera del ciberespacio, me advirtió que en el blog “El Tango y sus invitados” consultando la biografía del Maestro Alberto Nery había tropezado con la existencia de una marcha compuesta en 1962 que, con música de Alberto Nery y letra de Carlos Marín, lleva por título “República de Vicente López”. 

Imaginen. De inmediato me comuniqué con el responsable de “El Tango y sus invitados” tratando de obtener mayor información. Jorge, de él se trata, a tono con el ánimo gamba que lo llevó a crear un blog para difundir y hacer conocer el disfrute del Tango, ofició diligentemente poniéndose en contacto con Norma Nery, hija del Maestro Alberto Nery. 

Celosa guardiana del legado artístico de su padre, Norma Nery acudió al archivo buscando y buscando –téngase en cuenta, para valorar el esfuerzo de la búsqueda, lo muy fecunda que ha sido la obra del compositor y pianista Alberto Nery (1912-1993).

Será porque el que busca encuentra, o porque el hado del destino así lo tenía reservado, que Nery encontró lo que aparentaba yacer en el olvido enviándome copia de letra y partitura. Acaso, hermosa palabra vuelvo a decir, no haya sido más que para regalarme un momento de enorme felicidad, pero intuyo que esa obra no esperaba sólo por mí –no puedo ser merecedor de tanto-. Merece más, merece el reconocimiento del Estado Libre Asociado de Vicente López, porque la dupla Nery-Marín que ha dado tangos como “Volvé Mimosa” y “Suburbio gris”, también nos ha dejado, aguardando su momento, esta Marcha que puede ser Himno: 


REPÚBLICA DE VICENTE LÓPEZ

(Marcha)

Mirando ilusionado el porvenir,
llevando de bandera el ideal,
sepamos siempre juntos sonreír
y ¡unidos llegaremos al final!

Luchemos afanosos sin cesar
con fe, con optimismo, con amor...
¡Que el triunfo así podremos alcanzar
henchidos de emoción y de fervor!

Vicente López, Patria Querida!
Nace a la vida de una Nación.
Vicente López, cuna de historia,
hoy que vivimos toda tu gloria
nos confundimos con emoción!

Que sea esta República Naciente
la misma voz del pueblo en su sentir,
que el arte y la cultura estén presentes
para después laureles conseguir.

Simbólica Nación de la que haremos
la gran familia en toda su unidad,
por eso esta República queremos...
¡Para que exista siempre la hermandad!

Letra: Carlos Marín
Música: Alberto Nery
(1962)


Nos queda la misión de hacerla tocar y grabar por músicos de Vicente López, y acaso, acaso digo, la Patria Chica, el Estado Libre Asociado de Vicente López, ya tenga su Himno, un Himno creado por tangueros.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.