¡QUEREMOS TANGO!: LUCIO ARCE Y LOS DEL ZAGUÁN
Tan sólo los grandes artistas del Tango logran en sus presentaciones convencer a cada espectador de ser el destinatario de una función privada, y después de haber disfrutado el sábado su show en La Casona de Colombres puedo aseverar en forma terminante que Lucio Arce integra esa categoría selecta.
La propuesta artística es sumamente arriesgada y se juega sin red. El humor que abunda en sus letras, el preponderante formato musical de milonga con guitarras, su vestuario desde la gomina hasta los zapatos, la postura y alguna gestualidad coquetean con la posibilidad de la parodia. El valor de su puesta está en insinuar ese costado fácil, que podría ser atractivo para la caricatura, y plantándose muy cerca de la línea que divide la comedia del Tango dejar en claro, con elegancia, su auténtica pertenencia al dos por cuatro. A ese tipo de resolución, que no abunda, se le llama tener clase.
Si bien y adrede algunos acordes milongueros remiten a la primera mitad del siglo pasado, las letras de Arce se caracterizan por retratar el presente haciendo eje en lo cotidiano, esquivando los golpes bajos y sin enrolarse en la cantinela trillada. Tanto los personajes que aparecen en sus canciones, como las situaciones que describe, son cercanos y reconocibles, se multiplican por miles de rostros que en definitiva somos nosotros. En consecuencia es un show para tangueros de paladar negro, libre de la tan aborrecible “carnada para turistas” que huele mal, se ve peor y da vergüenza oírla.
En escena, la voz de Lucio Arce suena tan cálida y afinada como en la sala de grabación de la que salieron sus dos discos: “Tangos inesperados” y “¿Trajiste la guitarra?”, con pulmones de sobra para darse el lujo de dejar el micrófono a un lado y probar que esa gola no necesita las muletas de ningún filtro de estudio. Mucho y bueno es lo que aporta a la performance de Lucio Arce el -por ahora- trío de guitarras criollas Los del Zaguán: Sebastián Henríquez, Sergio Zabala -se luce cantando “Potrero Argentino”- y Mariano Lucesoli, este último en reemplazo del Director Musical Sebastián Luna que en el show del sábado estuvo ausente con aviso.
A diferencia de aquellos a los que conviene escuchar sólo en grabaciones, Lucio Arce logra en vivo darle valor agregado al disco, haciendo que cuando se lo vuelva a escuchar en casa se experimente otra vez la alegría del recital. Por el mismo misterio por el cual Gardel canta cada día mejor, estos discos después del vivo suenan aún mejor.
Del generoso repertorio, en el que no falta su caballito de batalla que es “La fiesta de Camacho”, vale destacar ese himno al sagrado ritual del asado con el sorprendente vuelo poético de una lágrima de grasa en “La última molleja”, como así también el despliegue histriónico de Arce interpretando “Esperando un balazo”, y, en la confidencia al contar el origen de sus letras, la particular e imborrable ternura de “Azul melancolía”. Les contaría más, pero corresponde dejarlo incomplé…
En definitiva, Lucio Arce y Los del Zaguán ofrecen un show de excelencia; pues asumiendo el desafío de arrancar bien alto se mantienen arriba con solvencia, sin baches ni altibajos.
RECOMENDACIÓN: No te los pierdas.
Lucio Arce y Los del Zaguán repiten el Sábado 22 de Noviembre a las 21:30 hs en La Casona de Colombres: Colombres 764, Boedo, Capital Federal. Reservas al 4932-3816 y 4866-1671.
Entrada: $ 15 (Sí: ¡Quince pesos! Más que ganga o bicoca es un precio tan bajo que parece otra mentira del INDEC).
Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.
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