lunes, 18 de agosto de 2008

LA DERECHA POR LA DERECHA

LA DERECHA POR LA DERECHA

Apuntes para el debate que se viene.


La Derecha como espacio político debe definirse a sí misma y no arrinconarse en la asfixia de las definiciones por siniestra, dicho esto en el sentido de no dejarse estigmatizar por la izquierda.

En la República Argentina la evolución de la vida institucional está en retardo frente a las necesidades del presente, en gran medida porque La Derecha dispersa se ha vuelto timorata, casi muda, provocando un insostenible desequilibrio en el que los problemas se agravan e imponen el acostumbramiento de saber que inexorablemente pasarán de mal a peor. Transformar reacciones aisladas -aunque a veces masivas- en una esperanza de futuro mejor es el desafío inmediato y urgente que exige clarificar ideas.

Descartando las viejas clasificaciones que ya no guardan relación con la efectividad política, podemos ensayar una reescritura de las etiquetas atendiendo al bien rector de las ideas. Básicamente las ideas políticas se encolumnan detrás de tres objetivos: el bien de la Nación, el bien de una clase social o el bien individual. Cuando lo que se persigue es el bien de la Nación, sencillamente se es de derecha. Cuando se persigue el bien de una parcialidad, se es de izquierda. Y cuando se persigue el bien individual se es de centro.

Sin negar las zonas fronterizas que terminan de cubrir el espectro rellenando los espacios del centro derecha y centro izquierda, ubiquemos en el centro a los ultraliberales económicos y a los anarquistas; en estado puro, extremo, comparten el mismo egoísmo autodestructivo. En la izquierda a los marxistas y a todos los que bregan por el notorio predominio de una parcialidad sobre el total. Esa parcialidad puede ser tanto una clase social como un grupo étnico, religioso, etc. Es decir que, para esta clasificación, perfectamente cabe un izquierdismo de clase alta. La oligarquía, tal y con toda la maldad que le atribuyen los encendidos discursos que constantemente alientan la lucha de clases, es también de izquierda.

Señalado el punto, enfoquemos a Fidel Castro como un nene bien sin ningún altruismo, que cambió su condición de rico hacendado no para liberar al pueblo de un tirano, sino para ocupar el lugar del desplazado apropiándose en forma vitalicia de toda Cuba con vidas y hacienda. Suerte, habernos librado de correr igual destino bajo las botas de sus esbirros.

¿Por qué ser de Derecha? Serlo por creer que el bienestar de la Nación es la elevación del conjunto: la solidaridad de una base igualitaria a partir de la cual pueda el mérito marcar las diferencias de la realización individual. En ese contexto fraterno el éxito personal construye el orgullo colectivo. La humanidad cobra sentido en la interacción, si lo que prima en la escala de valores del hombre es el egoísmo el caos no puede tardar mucho en llegar, como bien lo explica el Leviatán. Lo mismo ocurre cuando el dominio de una sociedad queda en las manos de una parcialidad dispuesta a hacer sentir al resto los privilegios de pertenecer. Libertad, igualdad y fraternidad, marcan la justa medida de la vida social.

La Nación, en particular La Nación Argentina, se funda en esos valores: Libertad, Igualdad y Fraternidad. El Himno Nacional es mucho más que una canción, es el relato de la nacionalidad argentina: la convicción de haber hecho grandes cosas juntos en el pasado y desde el origen, la voluntad de mantenernos unidos en el presente y la esperanza de seguir construyendo juntos el futuro.

La izquierda tergiversa la historia, la desprecia, la aborrece porque no la necesita. En su estrecha concepción de la realidad hay una utopía revolucionaria, un corte abrupto con el pasado a partir del cual instaurar su nuevo orden sin dejar ningún ladrillo del anterior. Ese dogmatismo hace innecesaria a la historia: ¿Para qué prestarle atención? Si la verdadera historia es la que ellos comenzarán a escribir desde su revolución. Cierta estupidez imberbe, que no curan los años ni las barbas, hacen que a falta de utopía realizada se vean a sí mismos no en el lugar de la historia en el que efectivamente están, sino en el que querrían estar. Así resulta que antes de ellos no existía ninguna de las instituciones de la República. Todo es nuevo, todo nace, todo es ahora distinto. Claro que todas esas novedades son ficticias, el cuento de la buena pipa.

Por el contrario desde La Derecha no creemos en las revoluciones, apuntamos a la evolución, a la mejora de lo que hay, incluso de lo que ellos están dejando. Por eso respetamos la historia y la asumimos aceptando nuestros méritos y errores, aprendiendo del pasado, sabiendo que somos lo que siempre fuimos, sin importar lo que la izquierda pretenda decir que somos. Somos La Derecha Argentina, y de ninguna manera “La Nueva Derecha Argentina” rótulo con el que pretenden encorsetarnos en la actualidad. La Derecha es el orden de la libertad, credo republicano y espíritu conservador para el progreso.

Terminando con este primer apunte, resalto que conservador y progreso no son términos contradictorios, para entenderlo basta con atender a palabras escritas en 1931 por Enrique Santos Discépolo, quien compuso letra y música de “¿Qué sapa, Señor?, tango que fuera estrenado por Tito Lusiardo en el Teatro Nacional como parte del sainete “Caramelos surtidos”, y ya entonces observaba:

“Hoy todo Dios se queja
y es que el hombre anda sin cueva,
volteó la casa vieja
antes de construir la nueva…”.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.

lunes, 11 de agosto de 2008

"CAMUCHIANDO LA CAMUCHI", milonguita mimosa para las mañanas de lluvia.

Buenos Aires es linda cuando llueve. Linda para quedarse de fiaca en la catrera, hacerle el ole al despertador y esquivar la locura de cada día cambiándola por un rato de buena vida. Al fin de cuenta los grandes placeres son también los más simples. Un mimo, la complicidad de inventarle alguna excusa a las obligaciones y escribir "Te amo" en el cristal empañado de la ventana.
Con un verso de "Garúa" robado a Enrique Cadícamo, esta letra es una milonguita alegre que suena jovial en mi orquesta imaginaria. Así "Camuchiando la camuchi" es el buen recuerdo de momentos sublimes, la invitación a repetirlos en quienes hemos tenido la fortuna de vivenciarlos, y ojalá quiera también ser la esperanza de crearlos en quien no ha tenido el gusto. A propósito: ¿Lloverá mañana?


CAMUCHIANDO LA CAMUCHI

Camuchiando la camuchi
nos quedamos la mañana
de la lluvia interminable
gambeteando a Buenos Aires…
y su trajín

Debería ser Ley Nacional
e inciso cons-ti-tu-cio-nal
el derecho inalienable
del hombre y la mujer
a guardarse en la cama,
camuchiando la camuchi,
las mañanas de llover.

Amagando despertar,
con un beso en la almohada,
ronroneando mushi mushi,
nos fuimos acurrucando
como hojas de enredadera
cuando el viento las golpea
al trepar la medianera

Con las pestañas tan largas
abriendo a la complicidad,
se alza el arco de tu espalda
desde la nuca al bostezar.
Las sábanas, tus piernas, y…
La enormidad del cielo gris,
dicen “ahora”, dicen “aquí”.
Mientras tanto la garúa,
desgranándose sin prisa,
interpreta melodías
en el xilofón de cinc.

Camuchiando la camuchi
nos quedamos la mañana
de la lluvia interminable
gambeteando a Buenos Aires…
y su trajín.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

domingo, 10 de agosto de 2008

Sudáfrica 63 - Argentina 9

¡¡¡AGUANTE LOS PUMAS!!!!

Cuando se tiene corazón y garra, la revancha siempre llega.

miércoles, 6 de agosto de 2008

LÁGRIMAS DE PUMAS: DOLOR DE GRINGOS.

LÁGRIMAS DE PUMAS: DOLOR DE GRINGOS.

El 09 de Agosto el Seleccionado Argentino de Rugby, Los Pumas, van a enfrentar a Los Springboks, el Seleccionado Sudafricano. Será un partido harto difícil. Sudáfrica, el merecido Campeón del Mundo, se presentará de local y con la motivación adicional de estar festejando los noventa años de Nelson Mandela.

Pensar en una victoria de Los Pumas es ilusionarse con la posibilidad de la hazaña improbable. No obstante, al margen del resultado final, muchos estaremos alentando incondicionalmente al Seleccionado de Rugby sin ser aficionados a la guinda. Cuando juegan Los Pumas el resultado es lo de menos. No importa si ganan o pierden, uno queda satisfecho igual, porque Los Pumas ofrecen una mística que va más allá de la competencia estrictamente deportiva.

Desde el momento en que se abrazan para entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, cuando sus ojos se cargan de lágrimas y enrojeciendo las gargantas expresan con los rostros tensos el vendaval de emociones que se les despierta en el pecho, desde ese instante, que es el “vamos”, uno se contagia. A la distancia, acaso en la intimidad del hogar, de algún modo frente a la pantalla nos abrazamos a ellos y nuestros ojos también cargan lágrimas.

El significado de esas lágrimas se ve en el sacrificio que cada Puma derrocha en la cancha, todos para el equipo, sin guardarse nada, libres de mezquindad, cargando, embistiendo, tacleando, cayendo y levantándose aunque los golpes recibidos parezcan destructivos hasta para muñecos de pruebas. Nadie puede ver jugar a Los Pumas y sentirlos pechos fríos, especular que se están cuidando o que por cualquier razón dejan de poner lo que hay que poner.

Algunas veces, viendo al Seleccionado de Fútbol mientras suena el Himno, tengo la sensación de estar contemplando once vacas que rumiando pasto miran, desde atrás del alambrado, pasar los autos que van por la ruta. Hay –y ha habido- honrosas excepciones entre "Las Vacas", afortunadamente. Pero debe ser por esa irregular predisposición que aunque en fútbol se gane suele quedarme un regusto a poca cosa, y sé que es irracional, tal vez injusto por la distinta naturaleza de un juego y otro.

No faltan quienes se oponen a la entonación de los himnos nacionales antes de las competencias deportivas, pero hace la cultura del respeto saber escuchar el Himno del adversario y motivarse entonando el propio. Al Seleccionado Mexicano de Fútbol, por caso, da gusto verlo cantar con su peculiar formación.

Sin ánimo de polemizar, aguardo el sábado con la alegría de volver a sentir esa emoción que Los Pumas saben brindar y que es ya tradición que no se interrumpirá por el recambio de nombres. ¡Lágrimas de Pumas: dolor de gringos!.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
http://www.plumaderecha.blogspot.com/
Estado Libre Asociado de Vicente López.