lunes, 4 de noviembre de 2024

RAÚL ALFONSÍN, PROXENETA DE LA DEMOCRACIA.




Es tiempo de "desalfonsinizar" la democracia, para hacerla mejor, más decente y más fuerte. 

El pasado 30 de Octubre, coincidiendo con el aniversario de la elecciones de 1983, el Presidente Javier Milei disertó en Córdoba con motivo del 47° aniversario de la Fundación Mediterránea.

En esa ocasión sostuvo que "paradójicamente a Alfonsín lo muestran como el padre de la Democracia, siendo que fue partidario de un golpe de Estado", refiriendo con ello a la caída del Presidente Fernando De la Rúa.

Aquella declaración generó un vendaval de respuestas. En rigor de verdad no se dijo nada que no se haya escuchado antes; pero al paso de los días la polémica, aunque con menos intensidad, sigue abierta.

Me planteo entonces que quizás sea oportuno esbozar una suerte de autopsia sobre el cadáver político del Presidente Raúl Ricardo Alfonsín. Cuestión ciertamente compleja porque más allá de los datos duros es imposible omitir, y sería hipócrita intentarlo, que a quienes éramos jóvenes en 1983 la figura de Alfonsín nos genera sentimientos encontrados.

Para 1982 el Proceso de Reorganización Nacional estaba agotado. Represión mediante afortunadamente había pasado ya el temor a las organizaciones terroristas (ERP y Montoneros, principalmente) y como consecuencia entendible la sociedad ordenaba sus intereses con otras prioridades que el gobierno de facto no atinaba a resolver. La mejora de la economía volvía fuertemente a ser el reclamo cotidiano de mayor intensidad, como lo expuso el paro general del 30 de Marzo de 1982 (al que adherimos los alumnos de 4° año del Instituto Cervantes, aunque por diversión de "rateada colectiva" más que por cualquier otra cosa).

En ese contexto la Junta Militar decidió proseguir con su plan de recuperar militarmente las Islas Malvinas, lo que fue festejado por gran parte de la población y por mí. 

La acción de la reconquista, en lugar de ser un "toco y me voy" para volver al juego diplomático, derivó en la guerra con los británicos.

Hasta ese momento el Proceso dominaba todos los resortes para darle al país una salida ordenada hacia el retorno de la democracia, entre otras razones porque es un relato falso el que se cuenta hoy sobre que la sociedad lamentaba los terroristas desaparecidos y que ello fue clave para el retorno a la democracia. No lo fue ni podía serlo desde que a los terroristas castristas se los quería muertos porque aborrecían la democracia y literalmente mataban por imponer una dictadura comunista con pretensiones de eternidad; igual a la que todavía hoy padece el pueblo cubano. 

La guerra, como siempre ocurre, avivó pasiones patrióticas y tuvo el Presidente Leopoldo Galtieri su momento de brillo. Pero hay algo en la guerra que ningún pueblo perdona a sus "líderes" y eso es la derrota. Mucho más en un país pasional como el nuestro que jamás había perdido una guerra. Y la guerra se perdió, arrastrando en la derrota cualquier posibilidad para el gobierno militar de conducir una transición democrática con condiciones. Si en Malvinas el General Mario Menéndez pudo tachar la palabra "incondicional" del acta de rendición antes de firmarla, en el continente la rendición del Proceso ante los partidos políticos fue lisa y llanamente incondicional. 

Todos, incluyendo militares, estábamos enojados con el Proceso de Reorganización Nacional. Para el 24 de Noviembre de 1983, cuando cumplí mis 18 años, Alfonsín ya era presidente electo.

Creía yo, y quería creer, que el retorno de la democracia -esta vez con la experiencia de todo lo vivido desde 1930 y el peso enorme de una guerra perdida- haría de la República Argentina un país serio como antaño supo serlo y como lo han sido otros países tras perder una guerra.

Deseaba pues el éxito de Alfonsín como necesario para el éxito del país, aunque no lo hubiera votado ni fuera radical (¡vade retro!). 

Entendía que en función de la herencia recibida le tocaba bailar con la más fea y eso le daba, en mi consideración, un amplio margen de error tolerable. 

No recuerdo en qué momento se lo comenzó a llamar el "padre de la democracia". Ese calificativo no me genera nada en tanto sólo refiera afectivamente su condición de primer presidente del retorno democrático. Pero sí me preocupa y molesta cuando se dice queriendo imponer que Alfonsín sea la encarnación misma de la democracia y fueran sus ideas, valores y conducta el parámetro para determinar que tan democráticos somos los demás. Tal cosa la juzgo moralmente inaceptable.

En tal sentido, por sus ideas, valores y conductas Alfonsín no puede ser considerado el padre de la democracia. Más aún, por esas mismas razones encuentro más apropiado llamarlo "el proxeneta de la democracia".

Objetivamente el daño que le hizo Raúl Alfonsín a la República Argentina es enorme. Fue su presidencia el primer gran fiasco de la vuelta a la democracia. El hecho de haber generado una hiperinflación con tal descomposición social que lo obligó a abandonar el gobierno antes de cumplir el mandato, afirmó tempranamente el estigma de que gobiernos radicales son incapaces de llegar a término, debilitando profundamente a la democracia.

Su frase "a vos no te va tan mal, gordito" (acaso antecedente moral =o inmoral= del "¡qué abuelo amarrete!" que diría años luego Cristina Fernández), arrojada intentando descalificar a alguien que protestaba, como subirse al púlpito en la Iglesia Stella Maris para contestar al vicario castrense José Miguel Medina porque se sintió aludido en su homilía, son pequeños indicios que evidencian un Alfonsín autoritario, como el que declaró el estado de sitio en 1985 ordenando detener a 12 personas entre militares, periodistas y el prestigioso analista Rosendo Fraga. 

Porque Alfonsín recitaba el Preámbulo de la Constitución Nacional, pero no pasó de ahí.

Fantaseaba Alfonsín, desde su corazón izquierdista (que en su momento lo acercó al jefe del ERP Mario Roberto Santucho) con que los "Contras" que combatían al sandinismo en Nicaragua conspiraban aquí contra él, creencia que lo llevó a uno de sus más grandes papelones que fue pretender dar lecciones de democracia a Ronald Reagan en los jardines de la Casa Blanca: El Presidente argentino que no terminaría su mandato y dejaría un desastre hiperinflacionario, queriendo aleccionar al Presidente estadounidense que ganaría la Guerra Fría. En fin.

Por ese tipo de delirios ideológicos Alfonsín también debilitó a la democracia argentina no interpretando para dónde iba la historia y  abriendo la puerta para que el Estado se encuentre largamente infiltrado por funcionarios que militando ideologías contrarias a la Constitución Nacional atentan contra su eficiencia, cosa que el kirchnerismo llevó a su paroxismo. Detectar a esos elementos e impedir que hagan más daño es una medida de sentido común.

Alfonsín prostituyó la democracia de muchas maneras, una de ellas fue sembrando el asistencialismo dadivoso mediante la indignidad de la Caja PAN. La volvió a prostituir con la exhibición pornográfica del espurio Pacto de Olivos en el que facilitó al Presidente Carlos Ménem la posibilidad cierta de reelección al módico precio de unos cuantos senadores. Aquella mala reforma de la Constitución Nacional no tuvo así otro interés que ser un negocio de dos.  Corolario de todo lo cual terminó sus días aplaudiendo a la corrupta condenada Cristina Fernández, cosa que le quita cualquier presunción de buena fe a sus muchos "errores" políticos.

Protestan los radicales cuando son llamados prostitutas del peronismo, pero así como en el Pacto de Olivos se alquilaron a Ménem, los alfonsinistas se alquilaron a Eduardo Duhalde haciendo todo lo posible por voltear al inútil de De la Rúa. Alfonsín no es pues el demócrata impoluto que gustan mentir. Sin necesidad de ninguna caminata como aquella con Ménem, fotografiada en la Quinta de Olivos, operó para voltear a De la Rúa: no era cuestión que otro radical terminara su mandato si él no pudo.

En nombre de lo justo, cabe subrayar que el Presidente Fernando de la Rúa no cayó por las operetas golpistas, sino por su propia incapacidad para gobernar que fue la que alentó las operetas golpistas de políticos, periodistas e intereses varios. Personalmente celebré efusivamente la caída de De la Rúa, un presidente que parecía la conjunción política del Alzheimer y la aterosclerosis. 

Por eso a pesar de mucho golpista operando contra De la Rúa, no es del todo acertado referir su caída como golpe de Estado. 

Y ya que la sensibilidad democrática se ha puesto a flor de piel, vale acotar que el último golpe de Estado ocurrió el 19MAR20 cuando por decreto de Alberto de la Fernández se derogó de facto la Constitución Nacional dando inicio a la infeKtadura, de la que también fueron cómplices los radicales.

Alfonsín fue el primer presidente desde el retorno a la democracia, el primer fiasco y fracaso desde el retorno la democracia, cómplice de una mala reforma constitucional y finalmente responsable de muchos males presentes.

Por definición no puede la democracia ser hija de nadie en particular, y afortunadamente no es hija de Alfonsín porque al no serlo es posible desalfonsinizarla para comenzar a eliminar sus vicios.

Y voy a cerrar este escrito con la mayor claridad y mordacidad que me es posible: Raúl Alfonsín lo único que finalmente dejó fue a su hijo Ricarguito...

¿Hace falta decir algo más?


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

domingo, 3 de noviembre de 2024

MENSAJE ABIERTO A ELISA CARRIO POR SU INTIMACIÓN AL PRESIDENTE MILEI




Estado Libre Asociado de Vicente López
Domingo Tres de Noviembre del 2024  


Dra. Elisa Carrió:

Leo el texto de la nota que publica Usted bajo el rimbombante título de "INTIMACIÓN DE CARRIÓ AL PRESIDENTE POR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES".

Allí, desde su ego sobredimensionado y presentando una visión complaciente y acrítica de su trayectoria, a la que me referiré mas adelante, patalea su rechazo a la decisión diplomática adoptada por  el gobierno del Presidente Javier Milei de no suscribir la "Declaración sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres", elaborada y consensuada por los representantes de todos los países miembros en oportunidad de celebrarse la reunión ministerial del Grupo de Trabajo sobre Empoderamiento de las Mujeres, en el ámbito del G20.

Argumenta Usted que al no suscribir esa declaración el Presidente Javier Milei está violando la Constitución Nacional. Se trata de un planteo absurdo en tanto supone que la República Argentina ha resignado su soberanía ordenándose suscribir automáticamente cualquier declaración en la que concuerden otros países desde sus propios intereses. 

De ninguna manera es vejatorio de la Constitución Nacional que, a través de definiciones de su política exterior, el gobierno argentino filtre los documentos a los que deba suscribir la República aprobando o descartando esa posibilidad según el caso. 

En ninguna parte de la Constitución Nacional, que Usted dice conocer, hay  mandato alguno de adhesión a ciegas a declaraciones como la que reclama, ni a ningún otro documento internacional. De hecho, si fuera como Usted quiere hacer creer no necesitaríamos cuerpo diplomático, ni Canciller, bastaría con apenas unos burócratas dóciles que vayan a esos "grupos de trabajo" a sonreír estúpidamente y poner la firma. Algo que lamentablemente ha ocurrido reiteradas veces.

En tanto partícipe de la mala reforma constitucional de 1994, surgida del espurio Pacto de Olivos por el cual el Presidente Carlos Ménem obtuvo su reelección inmediata pagando unos cuantos senadores al ex Presidente Raúl Alfonsín, errónea o perversamente llamado "padre de la democracia", intenta chapear Usted como "autora del texto del artículo 75, inciso 22 y 23 de nuestra Constitución".

Pues bien, Usted que acusa al Presidente Javier Milei de no haber leído la Constitución Nacional, demuestra no comprender ni siquiera el significado del lamentable texto de su autoría, que alterando la sabia jerarquía de las normas jurídicas dispuesta por los Honorables Constituyentes Fundadores, concedió rango constitucional a tratados internacionales. 

Siendo la autora del dislate, voy a reconocer que al menos tuvo el tino de no hacer el desastre completo sosteniendo en la cúspide de nuestra pirámide jurídica la Primera Parte de la Constitución Nacional, cuyo articulado no puede ser modificado por ningún tratado internacional.

Luego, entonces, la igualdad ante la ley consagrada en el Artículo 16 en esa Primera Parte de la Constitución Nacional está por encima de cualquier tratado, y más aún -en mi personal opinión como jurista y ciudadano- hace que sea irrelevante por superfluo y reiterativo o distorsivo cualquier disposición añadida a través de tratados internacionales. 

Sobre ese entendimiento y tornando su pataleo completamente absurdo, los incisos que Usted dice haber redactado refieren facultades del Congreso, y el ejercicio de esas facultades no se ve en nada menoscabado por la decisión del Poder Ejecutivo Nacional de, conforme a sus propias atribuciones, no suscribir la declaración en cuestión. Que el citado Inc. 23 ordene "promover medidas de acción positiva" no implica que necesariamente deban ser las que promueva el G-20 ni ningún otro ámbito diplomático. Y esto sin olvidar que las denominadas "medidas de acción positiva" suelen no ser otra cosa que actos de discriminación inversa cuyo único resultado es afirmar estereotipos negativos. 

Si su argumentación jurídica con cargos infundados al Presidente Milei es absurda, la visión sobrevalorada de sí misma que demuestra al decir "con la legitimidad que mi trayectoria académica y política me otorga", es pavorosamente ridícula. 

Su carrera política es un zig-zag de incongruencias con coqueteos a izquierda y derecha, donde si alguna vez defendió lo correcto fue por la misma razón que un reloj detenido acierta la hora dos veces al día.

Su pose de republicana no es más que la farsa de quien corrompió los poderes del Estado cuando, promoviendo la inconstitucional anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, dio el primer paso hacia la venganza judicial del terrorismo castrista derrotado por las armas; lo que utilización del kirchnerismo mediante como cortina del proyecto de corrupción estructural (el "roban pero encarcelan" que bien supo observar como estrategia del régimen K Jorge Asís) convirtió al Poder Judicial en Poder Prevaricador.

Usted pues no tiene una trayectoria honorable en tanto por causa del prevaricato sistematizado, en "juicios de lesa" donde se niega a los acusados elementales garantías constitucionales del debido proceso para el derecho a la defensa, se encuentran privados de su libertad individuos que no hicieron otra cosa que cumplir con su deber.  

Lo peor del caso es que Usted es consciente del daño que ha causado desde el 2003, por eso declaró ya en 2017: 


Y allí quedó su esbozo de autocrítica, porque acaso habiendo ya sobornado a su cómoda conciencia con decir unas pocas palabras sobre el desastre causado, posteriormente no ha hecho nada para generar el consenso que corrija las injusticias por Usted misma denunciadas y que, de 2017 a hoy, no han hecho más que agravarse.

Gracias a Usted sobran inocentes en prisión y (recordando aquella célebre frase sobre jueces en Berlín), faltan jueces en Buenos Aires. 

Gracias a Usted el más escandaloso prevaricato de la historia judicial argentina sigue inventando causas para apresar cabos y subtenientes. 

No, Doctora Carrió, Usted no tiene argumentos jurídicos ni autoridad moral. Usted ha dañado la República y haría bien en alejarse definitivamente de la vida política argentina; como tantas veces prometió y nunca cumplió.

Sin otro particular, le saludo cordialmente.


Ariel Corbat*, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

*J. Santiago Tamagnone, Abogado (UBA).

viernes, 1 de noviembre de 2024

PATRICIA BULLRICH, CUANDO EL AUTOBOMBO ES UN MANGUERAZO EN LA FRENTE



Categóricamente la actual gestión de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad de la Nación está siendo notoriamente mejor que su anterior gestión durante la Presidencia de Mauricio Macri.

Saben los lectores de este blog de mis críticas a esa primera gestión (incluyendo  como tal mi renuncia al cargo que desempeñaba en la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal), pero nunca se trató de criticar por  criticar, no es mi estilo, sino de librar el camino de errores para alcanzar una mayor seguridad.

Se aprecia en Bullrich II una mayor coherencia funcional en tanto el Presidente Javier Milei le ha confiado plenamente el manejo del Ministerio, cosa que no hizo en su momento Mauricio Macri imponiéndole como número dos a Eugenio Burzaco, lo que dio lugar a una interna tan absurda como contraproducente. 

También tuvo el tino Bullrich de esta vez nombrar Director Nacional de Inteligencia Criminal, Ricardo Ferrer Picado, en lugar de dejar esa Dirección acéfala como ocurrió durante sus cuatro años en el interregno macrista. Esa acefalía fue mi principal y constante crítica en esos años, con el agravante que terminó confiando ese área al inútil irrecuperable de Gerardo Milman.

Por lo tanto, podría decir que mi interés primordial se ha visto satisfecho: bajo un gobierno no kirchnerista la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal tiene director, dos requisitos sine qua non para que pueda trabajar bien (director designado y no kirchnerista).

Otro punto mejorado a tener en cuenta es que en esta gestión Bullrich no se pasa de progre; que lo es. Su progresía se mantiene contenida, sin duda porque Milei no es un tibio como Macri (afortunadamente) ni La Libertad Avanza es el PRO (y espero que nunca lo sea).

Luego la gestión exhibe logros que, como el control de las calles, eran un reclamo ciudadano y promesa electoral. No hay atisbo de zaffaronismo, esa enfermedad que victimiza delincuentes, y la presencia en el staff ministerial del Dr. Marcelo Romero es garantía de que no la habrá.

Por supuesto no hay gestión ideal o perfecta, se evalúa lo que hay, en su contexto y con las limitaciones de los siempre escasos recursos disponibles, así el balance en lo que va de gobierno a mi criterio es positivo. 

Y sería todavía mejor si Patricia Bullrich se librara de su vieja y mala costumbre de comunicar al estilo efectista, lo mismo que usaba Sergio Berni. La gestión no debe ser un show ni fulbito para la tribuna. 

Su actual gestión debería mostrar en la comunicación una austera seriedad a la altura de los valores que debe preservar y consolidar conforme las directivas presidenciales; es decir la vida, la Libertad y la propiedad de los argentinos. Ello implica evitar los apresuramientos y calificativos rimbombantes para hacer público algún hecho. Un error al que Patricia Bullrich se ha precipitado varias veces, porque olvida que el deber de todo funcionario público es informar cuando corresponde sin hacer autobombo.

La última de esas veces tuvo lugar el 06 de Octubre de 2024 y se le conoce como "El papelón del Efficient", ya que ese día la ministro Bullrich en su cuenta de X posteó lo siguiente: 

MUCHO TALCO, POCO EFICIENT-E

Un hombre intentó burlar un control en Mendoza, llevando más de 2kg de cocaína ocultos en envases de talco dentro de un micro de larga distancia. Pero la Gendarmería lo descubrió rápidamente gracias a su nerviosismo y actitud sospechosa. 

¡La seguridad de nuestro país va un paso adelante de los delincuentes!

Las hace, las paga.

Resultó luego que el detenido, Maximiliano Acosta, no trasportaba los dos kilos de cocaína que la ministro supuso camuflados en envases de Efficient, sino que el contenido de esos envases era el talco para los pies de la conocida marca. Un error en el test realizado por Gendarmería Nacional dio positivo de cocaína y generó la desagradable situación por la que Acosta se vio privado de su libertad hasta que el 23 de Octubre, 21 días después de su detención, el juez Alberto Carelli dispuso su liberación. 

Téngase presente que la Seguridad Interior consiste en garantizar el estilo de vida propiciado por la Constitución Nacional, y que como supo predicar Manuel Belgrano: "el modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente". Por todo ello es grave que un inocente reciba trato de delincuente, aunque desde el más elemental sentido común se comprende que sin necesidad de mala intención se producen situaciones donde recordamos vivir en el mundo real y no en la utopía ideal.

Repetiré algo que siempre tengo presente: "el que trabaja se equivoca", ni personas ni instituciones están exentos de cometer algún yerro. 

Ahora bien, cuando se comete un error es necesario darse una autocrítica y pedir las disculpas del caso, especialmente cuando el error causa un daño grave, como es que un inocente pase 21 días preso. La ministro Bullrich, acaso pecando de soberbia, no ha hecho pública ni autocrítica ni disculpa. Lo cual es otro error, porque nadie pierde autoridad por reconocer un equívoco. Al contrario, es un gesto de fortaleza.

Para hacer el asunto más bochornoso argumentó Bullrich que "El talco siempre se confunde con cocaína", lo cual lejos de servir de justificativo subraya que no se pone el debido cuidado en prevenir aquellas confusiones que, según la ministro, ocurren siempre. 21 días prisionero por una confusión que "ocurre siempre" suena, de mínima, a negligencia.

"El papelón del Efficient" no es el error en el operativo, que pudo ser una falla del test, el papelón es el tuit de la ministro alardeando que "¡La seguridad de nuestro país va un paso adelante de los delincuentes!" para terminar confirmando los saberes del Tango: un tropezón cualquiera da en la vida...

Este simple ciudadano insta pues a la ministro Bullrich a mejorar su gestión revisando y corrigiendo su inconveniente forma de comunicar.

Y sin privarme de la ironía, le digo: Ministro, su tuit finalmente ha sido lo que usted misma escribió: "MUCHO TALCO, POCO EFICIENT-E".

Evite repetir esa clase de paradojas, pida al detenido las disculpas del caso y si va a continuar con el autobombo, al menos tenga el cuidado de no pegarse manguerazos en la frente.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
Estado Libre Asociado de Vicente López







martes, 29 de octubre de 2024

TRES SUBTENIENTES EN LA PICADORA DE CARNE DEL PREVARICATO SISTEMATIZADO




El pasado jueves, 24 de Octubre de 2024, el Tribunal Oral Federal N° 2 de Comodoro Py resolvió reducir condena a los tres subtenientes que participaron del operativo en San Andrés, donde en 1976 funcionaba la imprenta de la organización terrorista ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), instalaciones que servían también como apoyo logístico con arsenal y "cárcel del pueblo".

Los subtenientes, prisioneros del prevaricato sistematizado iniciado en 2003 con los llamados "juicios de lesa", habían sido condenados a cadena perpetua; lo cual de por sí era un absurdo, otro más, de los que tornaron infame al Poder Judicial devenido Poder Prevaricador.

La revisión de esa sentencia, que por su desmesura prueba el afán de venganza que persiguen esos juicios amañados en los que no se respeta ningún precepto constitucional de los que hacen al derecho a la defensa, estableció ahora condenas de 10 años por homicidio simple con dolo eventual a Horacio Linari y Emilio Morello y de doce años a Martín Sánchez Zinny. 

Con esta sentencia los dos primeros pueden pedir y obtener su libertad condicional, puesto que llevan privados de su libertad más de dos tercios de ese tiempo.

Ciertamente, que dos de los nuestros vayan a salir de las mazmorras del prevaricato es una buena noticia que nos alegra. Personalmente quiero estar allí para recibirlo con un abrazo de Patria y Libertad cuando deje el penal Emilio Morello, cuyo caso fue particularmente tratado en este blog: JOVEN ARGENTINO: COMBATE POR TU PAÍS PARA QUE TU PAÍS TE CONDENE.

No obstante hay consideraciones que no conviene obviar. En mérito a la brevedad voy a subrayar dos.

En primer lugar, conforme a lo que manda y dispone la Constitución Nacional, ninguno, absolutamente ninguno de los que permanecen presos, debería estar preso. Todos esos juicios son nulos y así sería declarado si en Buenos Aires hubiera jueces con un mínimo de decencia en lugar de los impresentables acomodaticios que tenemos.

La segunda consideración es que no hay que dejar de ver y denunciar la perversidad del prevaricato sistematizado. Estos tres subtenientes nunca debieron ser enjuiciados y mucho menos condenados. La reducción de la condena, si bien alivia sus situaciones personales, lejos de añadir Justicia a esos juicios consolida la injusticia. Dirán, los cómplices del prevaricato, para que repitan a coro los interesados y los distraídos, que el fallo muestra ecuanimidad. Pero esa ecuanimidad no existe, ni puede existir, en contexto de prevaricato. Lo que siguen haciendo los "jueces" federales, la cría de Oyarbide, es lo mismo que hacen desde 2003, medir el viento político para acomodar sus sentencias en función de sus propios intereses corporativos y ampararse unos a otros en la complicidad delictiva del prevaricato sistematizado.

No tengo dudas, que porque algo está cambiando, ya que todo lo que se lleva al extremo finalmente causa hartazgo, es que los que hacen las veces de jueces federales deciden disimular un poco (muy poco) la salvajada de parcialidad que caracteriza al prevaricato. Cada tanto, cuando la falta de toda lógica jurídica se torna obscena por lo brutal, (como cuando apresaron al Tcnel VGM Emilio Nani, un héroe de ética superior y con heridas en el cuerpo ganadas combatiendo en defensa de la Patria) cae alguna absolución o una reducción de condena para salvar las apariencias. 


Yo no tengo dudas que en otro contexto político y social, con el kirchnerismo en el poder, a los tres subtenientes que cumpliendo con su deber participaron del operativo contra el ERP, estos mismos "jueces" les convalidaban la perpetua. 

Y sé, por experiencia propia, lo mucho que duele y frustra golpearse una y otra vez tratando de derribar el muro de las injusticias. Llega uno a pensar que es en vano, sin embargo es la infinidad de acciones mínimas, pequeñitas, esas que percibimos como intentar abrir un túnel en la pared de piedra con una cucharita de plástico, las que definen los cambios de época. Y la época signada por el régimen kirchnerista finalmente está cambiando.

Tal vez no llegue a tiempo para muchos de nuestros presos la hora de la Libertad que traiga la Justicia, quizá nunca veamos presos a ninguno de los jueces prevaricadores, quienes sí merecen condenas a perpetua, pero estoy seguro que si bajamos los brazos no veríamos de ninguna manera aliviarse la situación de ninguno de los nuestros. 

El 9 de Febrero de 2025, en Tucumán, desfilarán los veteranos del Operativo Independencia, asistamos a ese evento desde todos los rincones del país. Buena oportunidad para decir bien fuerte que un pueblo que condena impiadosamente a sus defensores entrega su futuro al enemigo. 

Y subrayar también que ningún país con mayoría de jueces honorables, probos y eficientes, alcanza el grado de daño institucional, degradación cultural y hasta miseria intelectual por el que se desbarrancó la Nación Argentina.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

sábado, 26 de octubre de 2024

SOBRE TORMENTAS EN VASOS DE AGUA Y MUERTOS QUE TODAVÍA NO ESTÁN EN SU ATAÚD




Para quienes resistimos desde el mismo 2003 al régimen kirchnerista, apoyar al gobierno del Presidente Javier Milei era, es y será por el tiempo que manda la Constitución Nacional (un mandato con posibilidad de dos) el único camino posible. Ese punto está fuera de discusión.

Teniendo ello en claro hay que tener mucho cuidado de no degradar la lealtad a esa forma de traición que es la obsecuencia. Porque la obsecuencia, aborrecible por sí, es también una fuente inagotable de ridiculeces. Y en el oficialismo lo ridículo ha cobrado una dimensión que supera la esperable desprolijidad de un espacio político surgido de un fenómeno disruptivo que, canalizando el hartazgo de la sociedad frente a la obscena corrupción y extrema ridiculez del kirchnerismo, fue armado de apuro y todavía sigue en formación.

Desborda en el oficialismo mucha estupidez interna de esa que malgasta energías en tormentas de vasos de agua. Lo cual tiene entre otras varias características no menos perversas, una muy singular: obsecuentes que sobreactuando su "lealtad" salen de safari a la caza de enemigos internos para dar fe de su fanatismo. Fracturan dentro en lugar de golpear fuera.

El carácter peleador del Presidente es esgrimido como excusa por la corte de obsecuentes para justificar sus propios agravios, olvidando que el propio Javier Milei en demasiadas ocasiones y con distintos personajes pasó del insulto rimbombante al abrazo estrecho.

En este punto, obsérvese que Milei es un político de pragmáticas conciliaciones, por lo tanto generar o agravar disensos en su nombre es de mínima estúpido; como estúpida es la obsecuencia.

Desgastan las esperanzas de enterrar al kirchnerismo la abundancia de frases, gestos, actings de pura idiotez especulando al 2025/7 o vaya uno a saber porqué. No voy a listar aquí los protagonistas de esas situaciones, se reputan por todos conocidos; ya que señalarlos además de llevarme a caer en lo mismo que critico sería tan vano como engorroso. Arduo sería compilar la larguísima sarta de pavadas que se vienen diciendo y haciendo. Doy por sentado que mis lectores lo tienen claro.

Yo a esa calesita no me subo. Y eso también lo saben.

Pareciera que en el mareo disfrutaran masticar la cizaña que desde antes del 10 de Diciembre de 2023 el kirchnerismo, se propuso sembrar entre referentes del nuevo gobierno. Debe ser pues que el sabor de la ponzoña obnubila el pensamiento y endulza los egos y veleidades de los que les hacen el juego pegando codazos entre quienes debieran permanecer formados hombro con hombro recordando que los enemigos están enfrente y que ya volvieron una vez. 

Si el imperdonable pecado del PRO durante el interregno macrista fue intentar congraciarse con los que nunca los iban a votar, el pecado capital de La Libertad Avanza podría llegar a ser debilitarse por causa de una absurda intolerancia interna. Si el afán de dividir, que afloró groseramente tras la correcta visita de diputados oficialistas a los presos del prevaricato, se impone a la voluntad de abroquelarse para desmantelar todo bastión sobreviviente (cultural y político) del régimen, los kirchos seguirán disponiendo de guaridas desde las que operar en contra de la Nación y la República.  

En la evolución del cuadro de situación no puede soslayarse que indudablemente hay fallas de conducción política que por su sola posición son responsabilidad exclusiva de Javier Milei, no obstante lo cual existen otras responsabilidades porque la política es siempre una construcción colectiva. Hay pues acciones políticas secundarias dentro de un mismo espacio de gobierno que requieren el tacto de entender contextos y obrar con consensos organizados para no ser contraproducentes. No entender algo tan simple como eso genera situaciones desagradables y desgastantes como la inentendible disonancia entre Milei y Victoria Villarruel.  

El complicado asunto de la unidad de la Derecha es un tema más que sensible para mí. Lo supo advertir Agustín Laje cuando en el prólogo de "El heroísmo y la gloria", captó que yo pretendo sintetizar varias corrientes. Y así es. Siempre he creído que en función de alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional es posible e imprescindible construir consensos básicos, para que en principio confluyan liberales, conservadores y nacionalistas. Sin olvidar las diferencias ni resignar identidad, la unidad de la Derecha republicana es una aspiración que se esbozó posible con el fenómeno Milei aglutinándonos en la necesidad de enfrentar al kirchnerismo, pero que sólo podrá existir realmente cuando no sea el espanto lo que nos una sino el más sincero amor por la Patria y la Libertad que creo, estoy convencido, profesamos por igual buena parte de los conservadores, liberales y nacionalistas. 

No olvido que abundan hoy quienes comenzaron a decirse públicamente de Derecha, muchos de los cuales con desprecio me llamaban "facho" hace no muchos años, cuando aferrados a la corrección política más progre sostenían que decirse de Derecha era aborrecible. Bienvenidos sean al bando de la racionalidad republicana, pero si bien paso por alto viejos agravios celebrando que, batalla cultural mediante, hayamos logrado romper el cerco de la idiotizante corrección política progre, (porque sin conversos no hay victoria) tenemos que asegurarnos que reconocerse de Derecha no sea una moda pasajera.

Durante el predominio del régimen kirchnerista quienes resistimos debimos dedicar mucho tiempo a preservar el sentido común explicando una y otra vez conceptos básicos, comenzando por el más básico de todos: 2+2=4. Haríamos mal en olvidar que 2+2=4.

Estamos viviendo el desarrollo de una gran oportunidad histórica para recuperar la voluntad de ser y prevalecer de la Nación Argentina. La audacia transformadora del Presidente, a la que los zurdos y progres llaman "locura", es la racionalidad del 2+2=4.

El gobierno del Presidente Javier Milei está haciendo cosas que reclamo hace décadas y más allá de lo que critico, mucho de lo que debe hacerse se hace.

Lo que subrayo con estos renglones es que se haría más recordando que el kirchnerismo todavía no está en el ataúd. 




Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.
Estado Libre Asociado de Vicente López

sábado, 14 de septiembre de 2024

LA MISERABLE Y ENGAÑOSA MORALINA DE MARTÍN BALZA




Leo, con asco, el artículo de opinión escrito por Martín Balza que publica Perfil bajo el título: "Crímenes y delitos para hacer el bien".

Principia Balza por calificar de ignorantes, agresivos y fanáticos a diputados y políticos que, según su rebuscada y kirchnerista interpretación, reivindican a generales del Proceso de Reorganización Nacional. 

E inmediatamente aclara Balza (como si falta hiciera) que no es de su interés recordar los crímenes del terrorismo castrista, sino seguir machacando sobre la criminalidad de las Fuerzas Armadas y particularmente del Ejército Argentino.

Lo divertido del artículo es leer el párrafo de su diatriba contra el General Jorge Rafael Videla, porque el 26 de Mayo de 1989 lejos de repudiar al dictador le escribía para felicitarlo por el Día del Ejército agradeciéndole "que tanto diera por el engrandecimiento y profesionalización" de la institución. Y de su puño y letra finalizaba: "Hasta siempre mi General". 

Pero hay más. Tal como se puede leer en otra nota de Perfil Balza también le escribió a Videla el 20 de diciembre de 1989, para las fiestas navideñas, como subjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Y allí, el Balza del que el Balza de hoy no se acuerda, escribió: “A nadie escapa ya que los tiempos de la historia han comenzado a reubicar los hechos, iluminando la verdad que algunos intentaron colocar bajo un cono de sombra tan falso como poco creíble”. Y por si ello no fuera lo suficientemente claro, escribió esta joyita de chupada de medias: “La conjunción de estas fiestas navideñas y el brillo de una gesta heroica que empieza a adquirir su real dimensión a pesar de las falacias, debe ser interpretado con la Fe y la Esperanza del que contempla un nuevo amanecer”. Hermoso y poético. 

Una pena que Balza no recuerde el delicado trazo de su pluma, pero entendamos que, a veces, los poetas se guían por la inspiración del momento y embriagados por las musas olvidan lo escrito.

Conforme al relato kirchnerista, intenta el embajador del régimen hacer pasar como justicia a la farsa de los llamados "juicios de lesa", que son en rigor de verdad un prevaricato sistematizado.

Desde el 2003, con esos inconstitucionales "juicios de lesa" impulsados como pantalla para la corrupción kirchnerista, el Poder Judicial se deshonra abandonando la lógica jurídica por el capricho político.

Ante el esfuerzo que muchos, cada vez más, venimos haciendo por dejar expuesto que lo que se ha vendido como un "logro" de los tribunales argentinos en materia de Derechos Humanos, no es otra cosa que infame prevaricato sistematizado, tan evidente que ya no hay manera de disimularlo, todos aquellos que son cómplices del prevaricato y los que de alguna forma se han visto beneficiados con negociados tales como la estafa con los desaparecidos o prebendas asociadas a lo mismo, están desesperados por silenciarnos.

Es la razón por la que Balza, termina su artículo con una hipocresía antológica diciendo que reconocer a los presos políticos como tales, "afectaría el prestigio y la credibilidad argentina ante el mundo, y estaríamos –como Cuba, Nicaragua y Venezuela– ante la negación existencial del sistema republicano y el respeto por los derechos humanos". 


MENSAJE PERSONAL A MARTIN BALZA:

Según su miserable y engañosa moralina, el Capitán Juan Carlos Leonetti no sería un Héroe de Guerra, sino un terrorista de Estado que allanó de manera ilegal el departamento en el que moraba el jefe del Ejército Rervolucionario del Pueblo (ERP) Mario Roberto Santucho. Y hoy estaría preso de no haber muerto en cumplimiento del deber.

Según su miserable y engañosa moralina, el entonces Subteniente Emilio Morello, por citar un caso particular entre tantos otros oficiales y suboficiales jóvenes,  debe pudrirse en la cárcel por no cuestionar las órdenes de sus superiores. ¿Con qué autoridad moral pretende que olvidemos a nuestros soldados en las cárceles? En 1989 usted todavía sobaba las medias de Videla, ¿acaso si en 1976 Videla lo hubiera destinado a atacar posiciones del ERP o de Montoneros le hubiera pedido usted la orden del juez? Pues no. Nadie lo hizo, nadie lo hubiera hecho, porque era absurdo hacerlo. Más allá de la estampita de puritano en la que pretende verse, usted hubiera obedecido como se obedece en toda guerra. Especialmente en las que se viven como "una gesta heroica". 

Según su miserable y engañosa moralina, no somos Cuba, ni Nicaragua, ni Venezuela, porque tenemos jueces que juzgan y condenan militares. ¿Cómo puede usted ser tan hipócrita? No somos ni seremos ninguna de esas dictaduras porque nuestras Fuerzas Armadas vencieron al terrorismo castrista. Y tan apabullante fue la victoria, que ni siquiera 20 años de kirchnerismo lograron que el enemigo consiguiera por medios políticos lo que no obtuvo por las armas.

Según su miserable y engañosa moralina, es condenable haber defendido la Patria venciendo en la "Guerra Revolucionaria" (Guerra Sucia, la llamo yo) declarada por enemigos que aspiraban a exterminar para siempre el estilo de vida argentino definido por los constituyentes de 1853/60. 

Usted, con su miserable y engañosa moralina, pasó de hacer una autocrítica necesaria a ser funcional al enemigo. Y de ser funcional al enemigo a aliarse con el enemigo para mantener prisioneros a sus otrora camaradas.

Su miserable y engañosa moralina, habrá de cobrársela la historia:

No tengo dudas que el Capitán Juan Carlos Leonetti siempre será recordado por la Patria y el Ejército Argentino como un Héroe de Guerra. De esa guerra que usted niega.

A usted, en cambio, nadie le negará sus méritos en Malvinas, sin embargo sobre ello, habrá una palabra que, dadas sus inconsistencias históricas, lo acompañará mientras dure su recuerdo: traidor. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

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miércoles, 11 de septiembre de 2024

LA ENCRUCIJADA DE JAVIER MILEI: INSTITUCIONALIDAD O SOMBRA



Una característica observable en las discusiones políticas que se desatan en la red social X (Twitter) es la prevalencia de cierta intolerancia preestablecida para la defensa de intereses políticos. La lógica amigo/enemigo, que el kirchnerismo exacerbó hasta el hartazgo en Argentina, acaso tenga en X como foro político su más desatado esplendor. Y en ese contexto la búsqueda de la verdad se convierte en la adopción individual de una ética a contracorriente.

Por supuesto, no promuevo ninguna reglamentación "buenista" como proponen los que diciéndose democráticos quieren uniformar opiniones y pensamientos por la vía de la censura. Aplica de pleno a X el claro concepto liberal del "laissez faire, laissez passer" (dejar hacer, dejar pasar). 

Lo que sí promuevo es ganar la batalla cultural. ¿Y cuál es el objetivo de la batalla cultural? Pues, en apretada síntesis, que la búsqueda de la verdad, el análisis objetivo de hechos y situaciones, el 2+2=4 que el totalitarismo y la progresía quiere 3 o 5, deje de ser una ética a contracorriente para ser lo corriente. 

Ganar la batalla cultural requiere no convertir en nuestro todo aquello que aborrecimos en la resistencia al régimen, como la mentira, la obsecuencia, el engaño, la intolerancia, la falsificación de la historia, el robo, el mal gusto y un largo etcétera. O para englobar todo en un concepto de George Orwell: que la verdad no sea 2+2=4 sino lo que el partido diga que es la verdad.

Y observo, con preocupación, situaciones en las que muchos de los nuestros asumen conductas que lejos de diferenciarlos los asemejan al enemigo. 

Una de esas situaciones es el debate abierto por Eduardo Feinmann al informar que el cuadro gastrointestinal que llevó a la internación del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se debió al estrés de disputas internas en el gobierno que lo enfrentan con el asesor presidencial Santiago Caputo.

La virulenta reacción de algunos tuiteros oficialistas no apuntó a desmentir la veracidad de esa información, sino que, directamente, como si la verdad o falsedad de lo informado diera igual, se concentraron en calificar de "ensobrado" al periodista, dando por sentado que por difundir ese trascendido estaba operando para algún interés oculto o no tan oculto. En el afán por descalificar no faltó el revisionismo histórico para recordar el rol que Feinmann, con Daniel Hadad y Antonio Laje, tuvieron desde lo mediático en la caída de De la Rúa, olvidando tal vez que De la Rúa se tropezaba sin necesidad que nadie le ponga el pie. Era aquella coalición una armada Brancaleone, pero sin gracia, con Chacho Álvarez en la vicepresidencia y Antonito De la Rúa jugando al monje negro con el grupo sushi. A De la Rúa no lo voltearon los periodistas que lo zamarreaban a diario, ni Tinelli, ni siquiera Alfonsín con Duhalde aunque le dieran el empujón final. A De la Rúa lo voltearon los suyos, pues nunca tuvo la claridad mental para entender lo que realmente estaba pasando. Y ni hablar del desastre que hicieron en la SIDE con Fernando De Santibáñez y Darío Richarte, yéndolas de reformistas sin tener otro plan que el desprecio por la actividad de Inteligencia (me consta personalmente).

El pasado siempre deja lecciones. De aquel escenario podrían extraerse unas cuantas luces de alarma para este gobierno, porque las comparaciones aparecen por sí solas aunque sean periodistas quienes dejen trascender que para algunos funcionarios Santiago Caputo es como Antonito De la Rúa.

Hay estupidez y contradicción moral en quienes siempre que un periodista de algún modo les desagrada lo acusan de ensobrado o mercenario. No niego que los hay. Pero en general expresan lo que piensan.

Acaso valga recordar aquello de que el ladrón cree a todos de su misma condición... Esa mirada que supone corruptos a todos quizá sea la mayor victoria del kirchnerismo, porque es lo que se necesita instalar para convertir las leyes de un país en la ley del gallinero.

Por supuesto no estoy diciendo que si un periodista dice algo deba darse por verdad, el propio Feinmann miente como idiota útil cuando llama "genocidas" a los vencedores del terrorismo castrista. Objetivamente es mentir llamar "genocidas" a quienes no perpetraron ningún genocidio, pero porque Feinmann repita esa idiotez no lo supongo "ensobrado", asumo en cambio que dice lo que piensa y piensa como progre. 

Pero el punto de este artículo es otro. Lo que abrió Feinmann a partir del conflicto Francos / Caputo es esencialmente un interrogante sobre la capacidad del Presidente Javier Milei para armar equipos. Puntualmente la pregunta a responder es simple: dado el marco institucional republicano dispuesto por la Constitución Nacional,  ¿es aceptable que un asesor presidencial tenga mayor influencia general que el Jefe de Gabinete en las decisiones del Presidente?

Para responder ese interrogante estimo conveniente partir de la lógica definición de roles formulada por Francos en estos términos: "Claramente yo cumplo un rol constitucional que está establecido en el Artículo 101 de la Constitución Nacional. Santiago Caputo, que en este caso es la otra persona que mencionó el vocero presidencial, es una asesor de confianza del Presidente y como tal el Presidente lo escucha y es razonable. Muchas veces el Presidente ha dicho que el Triángulo de Hierro lo conforman Santiago Caputo, su hermana y él. Pero a mí el Presidente me designó porque tiene confianza en que puedo ejercer este rol de Jefe de Gabinete y cumplir con esa función constitucional. 

Una primera observación a tener en cuenta es que hasta hace muy poco el Triangulo de Hierro era una mesa chica de cuatro lados que incluía al anterior Jefe de Gabinete Nicolás Posse. La salida de Posse reveló fricciones en el núcleo de mayor confianza del Presidente. Lo que implica una deficiencia de Milei para elegir personal al que delegar funciones esenciales. Es dable recordar, además, que en la primera parte de la campaña electoral, antes que el balotaje impusiera la necesidad de acordar con Juntos por el Cambio, Milei había hecho público que asignaba a Victoria Villarruel los temas de Defensa y Seguridad. El traslado llave en mano de la responsabilidad de esos ministerios a Petri y Bullrich, entendible en términos de suma política, no fue compensado a la Vicepresidente con una mayor cercanía de parte de Milei. 

Luego la bochornosa fragmentación generada en el bloque de diputados de La Libertad Avanza a partir de la visita a la cárcel de algunos diputados a militares que combatieron contra el terrorismo castrista, dejó al descubierto, además de la miseria intelectual de la diputada Arrieta, unas contradicciones de pensar y obrar que serían impensables bajo una clara conducción política.  

Si las listas de diputados son prueba de la mala selección de personal, que puede justificarse en la desprolijidad propia de un armado político que surgió de manera repentina alrededor del fenómeno Milei, el bochornoso espectáculo de haberse lanzado unos contra otros, más allá de ser la consecuente desprolijidad de aquel armado apresurado, muestra que la conducción política no es una de las virtudes del Presidente.

Acaso, hermosa palabra la palabra "acaso", si pudiera tomar de la historia tres asesores para que el Presidente Milei escuchara en estas circunstancias, esos asesores serían el General Sun Tzu, el Presidente Roque Sáenz Peña y el Presidente Julio Argentino Roca.

Es imaginable, que si fuera el caso, Sun Tzu le compartiría alguna de las enseñanzas del Arte de la Guerra que podría surgir de este párrafo tomado al azar: 

"Como norma general, para poder vencer al enemigo, todo el mando militar debe tener una sola intención y todas las fuerzas militares deben cooperar. Cuando los generales son débiles y carecen de autoridad, cuando las órdenes no son claras, cuando oficiales y soldados no tienen solidez y las formaciones son anárquicas, se produce revuelta. Los generales que son derrotados son aquellos que son incapaces de calibrar a los adversarios, entran en combate con fuerzas superiores en número o mejor equipadas, y no seleccionan a sus tropas según los niveles de preparación de la mismas. Si empleas soldados sin seleccionar a los preparados de los no preparados, a los arrojados de los timoratos, te estás buscando tu propia derrota".

Reemplácese "militar" por "político", "generales" por "ministros", "oficiales" y "soldados" por "funcionarios", y tendrá el Presidente una milenaria lección de estrategia política que conserva vigencia y aplica a su situación.

Si los ministros no deben ser débiles, mucho menos debe serlo el Jefe de Gabinete de Ministros, cuya autoridad dentro del Poder Ejecutivo Nacional sólo debe estar subordinada a la del Presidente. 

Al respecto el Presidente Roque Sáenz Peña (mi favorito entre todos los presidentes aunque indudablemente y por mucho Roca fue el mejor), aportaría algo largamente olvidado en Argentina: "las instituciones deben primar sobre la voluntad de los hombres", que no es otra cosa que el cabal entendimiento de lo postulado por el Presidente Julio Argentino Roca: "el secreto de nuestra prosperidad es la conservación de la paz y el acatamiento absoluto a la Constitución".

El Presidente Milei necesita armonizar su tropa y el modo en que debería hacerlo es afirmando en ello la lógica de la Constitución Nacional. 

Ya sea desde Sun Tzu, desde Sáenz Peña, o desde Roca, da cuenta de la armonía de su gobierno en la conformación y funcionamiento que refleja su propia autoridad. Por lo que si un asesor tuviera mayor peso en la generalidad de los temas de gobierno sobre el Presidente que su propio Jefe de Gabinete, el Presidente habrá elegido mal a su personal atentando contra sí mismo. 

El punto sostenido por Francos en relación a la importancia y jerarquía de su rol constitucional como Jefe de Gabinete es un argumento firme en el que deja entrever sin mucha sutileza que, más allá de su estado de salud y trascendidos varios, hay una cuestión que el Presidente debe resolver o la resolverá él mismo.

Deberá meditar el Presidente si con Francos o Caputo su gabinete reflejará abierta y cristalinamente su mayor confianza, apuntalando con ello la institucionalidad para armonizar la conducción del Estado, o si habrá de fomentar desconfianzas e intrigas que proyecta un asesor en sombras. 

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía. 


sábado, 7 de septiembre de 2024

CARTA ABIERTA A PATRICIA BULLRICH, por Ariel Corbat.




Estimada Patricia Bullrich:


Leo con interés declaraciones suyas que reproduce Perfil bajo el título: "Bullrich cruzó a Firmenich, pero cuestionó también a Villarruel: 'La agenda no es abrir el pasado'".

En principio comparto el concepto que Ud. expresa, porque nuestro país lleva mucho tiempo empantanado de pasado. A tal punto lo comparto que en esta cuestión disiento con Victoria Villarruel. 

Ocurre que como jurista tengo posición tomada respecto a que los llamados "juicios de lesa" son absolutamente inconstitucionales, por lo que igualmente inconstitucionales serían juicios semejantes contra terroristas castristas. 

Por ello, durante la campaña electoral cuando Ud. era candidata a Presidente, elogié abiertamente su "Carta de Compromiso" para las Fuerzas Armadas que prometía una “salida justa” al trato “inequitativo y en ocasiones inhumano” que reciben los militares retirados por una “herida histórica que no termina de cicatrizar”.

Esa promesa suya reconoce, al igual que lo hizo Elisa Carrió en 2017, la existencia de la injusticia como regla de esos juicios inconstitucionales; injusticia que exhibe obscenamente el prevaricato sistematizado desde el año 2003 a partir de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida (algo que fue impulsado por la propia Carrió, de ahí la importancia de su planteo). Se trata del más alevoso prevaricato de la historia judicial argentina, en el que son cómplices ministros de la CSJN, jueces federales y políticos. 

Ahora bien, Ud. ha dicho: "Imagínese si yo en este momento tendría que estar persiguiendo a la década del 70 en vez de a los narcos de Rosario o de Buenos Aires".

El problema con lo que Ud. señala, ministro, es que el pasado ya está abierto. Mal abierto, además. A medias. Y Ud. debe saber mejor que yo que el Ministerio de Seguridad de la Nación, en cumplimiento de mandatos judiciales, destina recursos a la persecución de la década del 70. Por lo tanto Ud. está hoy persiguiendo a la década del 70. 

Note Ud. que Firmenich, quien como jefe local de la organización terrorista castrista Montoneros se atribuyó en los años de plomo la potestad de decidir sobre la vida y muerte de los argentinos, reaparece ahora gozando de su libertad reivindicando al terrorismo montonero. Mientras tanto el Servicio Penitenciario Federal conserva "represores" en calidad de presos políticos y el prevaricato sistematizado sigue ensañándose en un festival de perpetuas contra subalternos, como cabos y subtenientes, que en aquellos años no hicieron más que cumplir con su deber y no tenían capacidad alguna para decidir por sí mismos.

No hay mayor injusticia que ver libre al jefe montonero que ordenaba asesinatos, secuestros, atentados, ataques a regimientos, mientras pasan sus días en la cárcel quienes nos defendieron de aquellos actos. 

No basta entonces ministro con decir que "la agenda no puede ser abrir el pasado", es preciso hacer saber que el pasado tiene que cerrarse y ello no será posible mientras el Poder Judicial siga siendo corrupto. Porque ningún país con mayoría de jueces honorables, probos y eficientes, alcanza el grado de daño institucional, degradación cultural y hasta miseria intelectual que exhibe hace años la Nación Argentina. La corrupción judicial es evidente.

Le toca a Ud., por segunda vez, la responsabilidad de llevar adelante el Ministerio de Seguridad de la Nación, debe saber entonces que un país que condena implacablemente y sin posibilidad de perdón a sus defensores, entrega su futuro al enemigo. Es lo que hizo y sigue haciendo la Argentina.

Sin otro particular que bregar por la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional y la libertad de los presos del prevaricato, saludo a Ud. con la cordialidad de siempre.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.






viernes, 30 de agosto de 2024

ARGENTINA COMO SANTUARIO DE TERRORISTAS




A lo largo del régimen kirchnerista argentina se convirtió en santuario para terroristas y no por casualidad sino por la voluntad del presidente Kirchner y los dos Fernández.

Vale citar un par de ejemplos y ensayar una reflexión:

El recientemente detenido Leonardo Bertulazzi, 72 años, terrorista de las Brigadas Rojas (partícipe secuestros y muertes como las del primer ministro italiano Aldo Moro), gozaba en Argentina del estatus de "refugiado político" desde el año 2004.

Constituye una tan grotesca como reveladora  paradoja que al mismo tiempo que se iniciaba la persecución inconstitucional de los militares argentinos que vencieron al terrorismo castrista, Argentina comenzara a servir de refugio para terroristas internacionales.

El caso de las Brigadas Rojas es particularmente significativo porque quienes, con el diario del lunes, critican a los militares argentinos lo citan como ejemplo de que se podía combatir al terrorismo con la ley en la mano. Ciertamente un argumento falaz y tramposo.

Las Brigadas Rojas fueron un grupo menor, casi insignificante comparado con la dimensión enorme que alcanzaron en Argentina el ERP y Montoneros, por ende no tenían mayor penetración social, no atacaban cuarteles, no copaban ciudades, ni establecieron focos guerrilleros. 

Tampoco obtuvieron las BR una amnistía como la que gozaron en 1973 el ERP y Montoneros. Y si bien las BR secuestraron a un juez, Mario Sossi, no lo mataron como si hizo el ERP luego de la amnistía asesinando al Juez Quiroga (quien los había condenado con la ley en la mano) para que los demás jueces ya no se atrevieran a juzgarlos.

En aquella década de los 70's BR compartía con ERP y Montoneros el mismo absoluto desprecio por la democracia y la determinación de matar para obtener el poder por la vía del terror. Pero las BR nunca fueron más que un problema policial, ERP y Montoneros alcanzaron dimensión militar.

Por lo tanto, distintas las circunstancias, los métodos para combatir a una y otros no podían ser los mismos.

Desde el 2004 el terrorista Bertulazzi vivió protegido del castigo penal italiano al amparo de una Argentina subvertida.  

Mientras cientos de militares iban presos del más alevoso prevaricato de la historia judicial argentina, como un corolario de la Ley de Corbat, según la cual: "Un país que condena de manera implacable y sin posibilidad de perdón a sus defensores entrega su futuro al enemigo", Argentina albergó terroristas de toda clase.

El punto más obsceno de la voluntad de ser santuario de terroristas, sin duda se expuso en las repugnantes negociaciones del Pacto con Irán para dejar en vía muerta los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA.

Los nombres de Cristina Fernández, Héctor Timerman, Andrés Larroque, Luis D'Elía y Fernando Esteche, entre otros, muestran a la política devenida lumpenaje para corroer la voluntad de ser y prevalecer de la Nación Argentina, que es el objetivo de toda acción terrorista.

Pero el Pacto con Irán no fue el único caso en el que se demostró la descarada intención de hacer de Argentina un santuario para terroristas. 

Porque no menos grave es que se haya apañado a una organización terrorista paraguaya por reclutar niños argentinos como carne de cañón.

Tal como denunciamos en su momento a través de Bloque Constitucional, desde la Embajada de Cuba en Argentina se dirigen distintas acciones para interferir en asuntos internos de nuestro país, incluyendo el adoctrinamiento marxista de niños argentinos bajo pretexto de ayuda humanitaria. 

Nada hizo en su momento el gobierno del Presidente Macri ante esa denuncia debidamente fundada que se presentó a Cancillería. Con asombro pero sin acciones concretas la sociedad vio que en Chaco, por gracia de Emerenciano Sena y las autoridades provinciales, flameaba la bandera cubana sobre una escuela. Después vendría el Caso Cecilia.

Sobre ese contexto de adoctrinamiento impune, afín al adoctrinamiento pro madres de Plaza de Mayo sostenido en el sistema educativo desde jardín de infantes, ocurrió que en septiembre de 2020 dos niñas argentinas cayeron muertas en Paraguay durante un enfrentamiento.

Las niñas, llevadas por familiares a un campamento en  Paraguay de la organización terrorista "Ejército Paraguayo del Pueblo" resultaron muertas en una operación contraterrorista del Ejército del Paraguay.

La reacción del gobierno de Alberto de la Fernández fue miserable.

En lugar de preocuparse porque terroristas estaban usando nuestro territorio como santuario y reclutando niños argentinos como "soldados", la Cancillería emitió un comunicado vergonzoso que daba por cierta la versión de los terroristas y cuestionaba al gobierno paraguayo.

Luego está la cuestión del terrorismo mapuche, al cual el gobierno kirchnerista no sólo facilitó medios logísticos sino que, con Sabina Fredericc ministro de Seguridad, llegó al punto absurdo de denunciar penalmente a vecinos de Mascardi que pedían poner fin a esos delitos.

Podría extenderme mucho más en describir como el kirchnerismo hizo de Argentina un santuario para terroristas y largo sería listar terroristas que fueron funcionarios a lo largo de sus dos décadas infames.

Como síntesis, repito abreviada la Ley de Corbat:

"UN PAÍS QUE CONDENA A SUS DEFENSORES ENTREGA SU FUTURO AL ENEMIGO".


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

lunes, 26 de agosto de 2024

JOVEN ARGENTINO: COMBATE POR TU PAÍS PARA QUE TU PAÍS TE CONDENE.



Sírvanse pochoclo para endulzar la amargura de esta historia que parece ficción y es pura realidad. Lo que narra este artículo es uno de los tantos absurdos a los que ha dado lugar el prevaricato sistematizado que son los llamados "juicios de lesa", iniciados en 2003 como cortina distractiva para la corrupción kirchnerista.

Empecemos por imaginar una película cómica, de aquellas que satirizan lo que ocurre en cualquier guerra. Sólo allí podría verse la escena de humor absurdo que paso a describir.

Luz, cámara, acción: Un teniente coronel, jefe de Regimiento, camina impartiendo órdenes a viva voz en medio de aprestos militares. Todas se cumplen al primer impulso, pero uno de sus subordinados, un joven subteniente de 23 años se queda paralizado cuando recibe del oficial superior la orden de subir a uno de los camiones de la columna en formación. En lugar de cumplir la orden al primer impulso, como se espera de cualquier militar que se alista para el combate, el joven subteniente, a diferencia de todos los demás que ven en el "Teco" una autoridad caracterizada con el temor reverencial que impone un padre, o la institución misma a la que pertenecen, casi la encarnación del dios Marte, decide hacer algunas indagaciones sobre la orden impartida.

- Antes de cumplir su orden, mi teniente coronel, tenga a bien explicarme: ¿por qué debería obedecer?
- Porque estamos en el Ejército, que es una organización vertical y jerárquica, soy su superior y quien imparte las órdenes.
- Sí, bueno, eso es así desde el origen de los tiempos en todos los ejércitos del mundo, pero yo soy distinto a todos los demás, por lo que debiera Ud. exhibirme la orden por escrito de sus superiores, si la tiene, para que pueda yo tener claro que esto no es algo que caprichosamente se le ocurre a Ud. o algún otro por encima de Ud.
- ¡Ah! Siendo así, Ud. distinto a todos los demás... lo haremos a su modo. ¿Y necesita saber algo más antes de obedecer la orden, subteniente?
- Sí, claro, debo estar completamente informado sobre hacia donde nos dirigimos y a hacer qué. No pretenderá que yo confíe en Ud.
- Desde luego que no, ¿qué clase de Ejército seríamos confiando en nuestros superiores? ¿O acaso se enseña eso en las academias militares?
- Me alegra que lo entienda mi teniente coronel, eso sí entienda también que después de ver la orden por escrito, sabiendo adonde nos dirigimos y a hacer qué, voy a tener que consultar con mi abogado para ratificar que obedecer sea lo correcto.
- Me ha abierto los ojos subteniente, voy a plantear esto mismo a mis mandos y posponer el ataque al enemigo para mañana cuestión que todos mis subalternos puedan clarificarse sobre la legalidad, oportunidad, conveniencia y porque no mérito de la orden antes de cumplirla.

Dicho eso el teniente coronel se dirige al resto de la tropa que lo observa expectante, ya ubicados en los camiones con la tensión propia de quienes saben que van al combate:

- ¡Atender! Suspendemos por hoy. Si todos están de acuerdo y el enemigo conserva su posición lo atacaremos mañana, salvo que ellos decidan atacar antes y nos ahorren el viaje. Caso en el cual les vamos a pedir que nos muestren sus órdenes antes de prestarnos al combate. Para que todo sea prolijamente legal.

Completamente ridículo, ¿verdad? Y no hace falta acreditar carrera militar para darse cuenta del absurdo, basta tener un mínimo sentido común para captar lo imposible de la escena en cualquier guerra librada o por librarse.

Pues lamento decir que es todavía más ridículo porque los jueces federales de la República Argentina, prevaricadores todos ellos, que juzgan a los militares que participaron de la victoria contra el terrorismo castrista los condenan por no obrar como ese subteniente ficticio. 

Lo que sigue no es ficción. Julio de 1976. En aquellos días que todavía hoy se cuentan tergiversados bajo la narrativa de la izquierda, los cuarteles militares del Ejército Argentino vivían en estado de alerta constante porque en el país se desarrollaba la "guerra revolucionaria" que, mucho antes del golpe de Estado del 24 de Marzo, las organizaciones terroristas dirigidas desde Cuba, Montoneros y ERP principalmente, habían declarado contra la Nación Argentina. Una guerra no convencional que se libraba en todo el territorio y donde se arriesgaba ni más ni menos que el estilo de vida de los argentinos. Si los esbirros de la dictadura castrista ganaban esa guerra, Argentina iba a perder para siempre su estilo de vida transformándose en otra tiranía con pretensión de eternidad a imagen y semejanza de la dictadura castrista. 

Ciertamente el Presidente Jorge Rafael Videla y la Junta Militar encabezaban un gobierno de facto, pero esa dictadura no personalista (pues no permitía a nadie eternizarse en el poder), que dio en llamarse Proceso de Reorganización Nacional, sucedía al fracaso de la política y tenía por objetivo restablecer el orden para garantizar las condiciones que con el retorno a la democracia hicieran posible alcanzar y sostener la irrestricta supremacía de la Constitución Nacional. Comprobadamente, tal como lo supo explicar el Presidente Carlos Saúl Menem (quien había pasado años preso durante el Proceso no obstante lo cual, sin guardar rencores, ensayó durante su Presidencia superar el pasado con un programa de pacificación nacional), de las dictaduras militares siempre se volvió a la democracia. Como contrapartida no hay en América una dictadura más rancia que la dictadura cubana, que es la misma que nos atacaba entonces y que hoy parasita a Venezuela. Con lo cual queda claro que no todas las dictaduras son igual de malas. 


Y ese era el dilema de la época que se resolvía armas en mano: vencer al terrorismo castrista para volver a la democracia o permitirle a Cuba someternos por siempre. 

En ese contexto en el Regimiento de Infantería Nº6 (RI6) de Mercedes “General Viamonte”, se había dispuesto que parte de sus efectivos durmieran con uniforme de combate, las botas puestas y el armamento a la mano, para su empleo rápido en el caso de ser atacados o que se requiera movilizarse. 

Emilio Morello, a sus 23 años, era allí un joven subteniente a cargo de la Sección Tiro de la Compañía de Infantería A cuando, al albor del 10 de julio de 1976, el teniente coronel Alberto Schollaert, jefe del RI6 impartió la orden de desplegar hacia un detectado objetivo del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). 

Esa organización terrorista había secuestrado, el 29 de abril de 1976, al vicecomodoro Roberto  Echegoyen, quien fue alojado en una de sus "cárceles del pueblo", pozos de estilo vietnamita o armarios estrechos en los que mantenían a sus cautivos en condiciones de constante tortura, como lo demuestra la abrumadora perdida de peso que experimentaban en poco tiempo quienes como Larrabure tenían las desgracia de ser arrastrados a esas mazmorras infames. A casi 43 días de ser secuestrado el vicecomodoro Echegoyen pesaba solamente 42 kilos.

El armario diminuto, casi un sarcófago, en el que el ERP mantenía privado de toda humanidad a Echegoyen estaba ubicado en la misma propiedad de San Andrés, Ecuador 170, donde funcionaba la imprenta clandestina con que la organización terrorista imprimía sus publicaciones, las revistas "Estrella Roja" y "El Combatiente" además de otros materiales de propaganda, y que resultó ser el objetivo del operativo militar del que participaba el subteniente Morello.

Marzo 14 de 1976, a través de "Estrella Roja", el ERP difundía
sus acciones de "guerra revolucionaria" (todavía contra un gobierno
democrático) así como su intención de ir "hacia la guerra civil abierta"
despuésde producido el esperado golpe militar que la sociedad reclamaba.

Se estableció un cerco alrededor del inmueble, una vivienda de apariencia modesta pero que contaba con dos subsuelos, los que habían sido construidos por el ERP asesorados por terroristas uruguayos de Tupamaros. Un entrada oculta en el lavadero servía de acceso al montacargas que conectaba los dos subsuelos.

El fuerte despliegue militar fue advertido por el sistema de seguridad de los terroristas y la primera reacción de los erpianos fue ejecutar a disparos el vicecomodoro Echegoyen, quien permanecía encadenado a una suerte de catre. Las acciones se sucedieron entonces rápidamente. 


Los terroristas activaron su plan de fuga por el que algunos lograron escapar. Uno de esos terroristas al alcanzar la calle fue observado por un soldado quien lo abatió con una ráfaga de ametralladora MAG. En el relato posterior a los hechos se ha querido inventar que el terrorista agonizaba en el suelo y que uno de los jóvenes oficiales lo remato con un disparo de escopeta al grito de "¡Viva la Patria!". Más allá de lo improbable de sobevivir a los impactos de una ráfaga de MAG, incluso si ese fuera el caso no debe haber una sola guerra en la historia de la humanidad donde no se haya rematado a algún enemigo herido. Y no debe dejar de considerarse que esos terroristas habían ejecutado de dos disparos a un militar argentino minutos antes. 

En esta simplificada descripción del combate, que al día siguiente fue tapa de diarios pues se informó al periodismo sobre circunstancias de la victoria, tenemos entonces la captura de un cuartel del ERP que servía como refugio de terroristas, "cárcel del pueblo", imprenta clandestina, acopio de armas y centro de operaciones logísticas (traslado de secuestrados, difusión de propaganda, etc).

En cualquier guerra, eso es un objetivo militar. 

Volvamos ahora a ponernos en la piel del joven subteniente Emilio Morello, imaginemos estar en su lugar. ¿Hay algo que le podríamos reprochar a un joven de 23 años que, siendo parte de un Ejército regular de un Estado constituido, obedece las órdenes recibidas y participa de un combate en el marco de una guerra? No. Lo único que cabe es darle las gracias por su servicio.

Pero no en Argentina. Aquí haber defendido la Patria y la Libertad frente a terroristas esbirros de la dictadura castrista es algo que se hace pasar por crimen. Emilio Morello se encuentra detenido en la Prisión Federal de Campo de Mayo desde el año 2017, porque según los jueces que lo juzgan debió haber hecho el planteo de un subteniente ficticio ante la orden impartida por su superior.

Así, con este grado de miserable cobardía y prevaricato, es como se encarcelan en Argentina cabos, subtenientes y demás personal subalterno que durante la guerra no tenían ninguna capacidad de tomar decisiones. Y mientras ellos están presos, los terroristas que dirigidos desde Cuba atacaron a nuestra Patria están libres, incluyendo al jefe de Montoneros, Mario Eduardo Firmenich, quien arrogándose derechos sobre la vida y la muerte de los argentinos ordenaba asesinatos, secuestros y atentados.

Por supuesto, nunca faltan ignorantes, idiotas o pérfidos argumentando que los militares tienen mayor castigo penal porque eran "terroristas de Estado" y los montoneros y erpianos simples terroristas. Pues si fuera el caso que la dependencia del Estado convierte a actos de terrorismo en una categoría de delitos imprescriptibles para el Derecho Penal, los terroristas castristas también deberían estar presos, porque tanto ERP como Montoneros eran dirigidos desde Cuba. De hecho la orrganización Montoneros llegó al extremo de tener, desde 1978 hasta 1982, su "comandancia militar" en La Habana, como una oficina más del servicio de Inteligencia cubano Desde allí ordenaba muertes Firmenich, quien actualmente es asesor del dictador Ortega en Nicaragua.

La injusta prisión que padece Emilio Morello, ya con más de 70 años y sin que se le conceda siquiera la prisión domiciliaria, pone en evidencia que el prevaricato sistematizado es ejecutado por jueces tan corruptos como cobardes, ya que los militares, a diferencia de los terroristas, nunca mataron a ningún juez por condenarlos. Estos "jueces", que pueden ser Rafecas, Lijo o cualquier otro de esos apellidos infames, cazan en el zoológico del pasado, sin riesgos y malgastando recursos que deberían dedicar al juzgamiento de cuestiones actuales. Pero no tienen la honorabilidad que ello requiere. Lo más vil de todo el asunto, es el modo servil al régimen kirchnerista con que eligen ignorar las características de la guerra que los guerrilleros llamaron "revolucionaria" al declararla, y los militares "antisubversiva" al enfrentarla. Yo la llamo "Guerra Sucia", porque las guerras de clandestinidad no se combaten sin mugre.

Esta es una cuestión que no puede soslayarse porque un país que condena de manera implacable y sin posibilidad de perdón a sus defensores le entrega su futuro al enemigo. 

Es lo que viene haciendo la Argentina desde el año 2003.

Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha,
un liberal que no habla de economía.

¿Qué es la Derecha?

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La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

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